Por extraño que pueda parecer, a muy poca distancia de las siempre bulliciosas playas de Levante y Poniente, las ‘joyas de la corona’ de Benidorm, podemos encontrar un auténtico remanso de paz y tranquilidad submarino que, incluso para los más entusiastas practicantes del buceo, sigue deparando gratas sorpresas en cada inmersión: la Llosa.
En plano Parc Natural de la Serra Gelada, la Llosa es un punto de buceo relativamente escondido y eclipsado por la Isla de los Periodistas, de la que forma parte geológicamente. Al no existir una referencia visual en superficie para encontrarla, la mejor forma de visitar la Llosa es hacerlo utilizando los servicios de alguno de los clubs de buceo existentes en Benidorm, Altea o La Vila Joiosa.
Accesible todo el año
El acceso a esta maravillosa zona de inmersión no está restringido y los clubs locales realizan salidas durante los doce meses del año. Para disfrutar de una muy agradable inmersión, en verano bastará con un traje de tres milímetros, mientras que durante los meses más fríos del año, si no se dispone de un semiseco, es recomendable el uso de un neopreno de siete milímetros.
Las aguas que bañan la Costa Blanca, y en especial las de Benidorm y su bahía, sufren durante más de cinco meses al año, el continuo trasiego de miles de turistas ávidos de sol, calor y playa. Este panorama no parece ser muy halagüeño para aquellos que buscan la tranquilidad y la belleza de los parajes submarinos que ofrece el mar Mediterráneo. A pesar de todo esto, navegando apenas dos millas desde el Club Náutico de la capital turística, al buceador le espera una gran y agradable sorpresa: La Llosa.
El acceso a esta zona de inmersión no está restringido y los clubs locales realizan salidas durante los doce meses del año
Escondida tras la isla
Esta formación no es más que la prolongación geológica de la Isla de los Periodistas, otro punto de inmersión muy frecuentado, con la diferencia de que en la Llosa no existe ninguna parte emergida.
Su condición de zona totalmente sumergida la preserva de la presión que supone el turismo y la pesca indiscriminada. La profundidad de la zona de inmersión varía desde los seis metros que presenta la llamada plataforma hasta los treinta metros de su parte más profunda.
Los reyes de las inmersiones serán los pulpos y, por descontado, las morenas y congrios
Una inmersión fácil
El recorrido más habitual, y no por ello menos interesante, es realizar una bajada hasta los 20-24 metros por el cortado que presenta la Llosa en su parte Norte y Este, para ir ascendiendo poco a poco por su vertiente Oeste que presenta una pendiente relativamente inclinada.
Resulta siempre sorprendente que a tan poca distancia de un enclave turístico tan masificado como Benidorm, exista un lugar como La Llosa. Esto se confirma nada más saltar al agua y comenzar el descenso. La razón principal para que se dé esta circunstancia es la propia formación geológica del enclave.
Protegida por la Isla, que atrae el mayor flujo turístico en cuanto a embarcaciones y pescadores, la Llosa ofrece, en sus diferentes zonas, diversos grados de exposición a la luz solar y a las corrientes, por lo que en un pequeño espacio encontraremos una gran diversidad en cuanto a flora y fauna.
Entre todo este paraíso cabe destacar ‘El Arco’, una estructura rocosa que se encuentra sumergida y de una belleza incomparable
Explosión de vida submarina
En cuanto a la presencia de peces es difícil hacer una lista con todas las especies que el buceador se acabará encontrando en una inmersión en la Llosa. Las más llamativas y las más comentadas siempre a la hora del viaje de regreso son los pequeños bancos de barracudas casi omnipresentes, con los que es complicado no tropezarse.
Esporádicamente, también se recibe la visita de algunas rayas y, durante los meses más calurosos y soleados, es común tener la sensación de estar inmerso en un acuario gigante gracias a la explosión de formas y colores perfectamente visibles dada la buena visibilidad que permiten sus aguas tranquilas y la gran incidencia de luz que proporciona una zona en la que la profundidad nunca será excesiva.
Los reyes de las inmersiones serán los pulpos y, por descontado, las morenas y congrios. Si bien estas últimas son agresivas y territoriales, la mala costumbre de bajar comida ha hecho que las ‘más ancianas del lugar’ hayan perdido completamente el miedo a los buceadores, lo que hace que muchos de los visitantes se atrevan a disfrutar de su compañía.
La necesaria visita al arco
No sólo son los vertebrados las atracciones de este lugar. Las paredes de la Llosa están completamente cubiertas por diversas especies de invertebrados entre los que destacan, por su abundancia, varias especies de esponjas, nudibranquios y un largo etcétera de esos maravillosos ‘pequeñines’.
Y entre todo este paraíso cabe destacar ‘El Arco’, una estructura rocosa que se encuentra sumergida y de una belleza incomparable que hará las delicias de todos aquellos que atraviesen ese umbral pétreo y especialmente de los aficionados al vídeo y/o fotografía submarina, conservando un recuerdo imborrable.