El Parc Natural de la Serra Gelada es, además de un inmenso reclamo turístico para la Marina Baixa, una de las zonas más bellas y de mayor valor medioambiental de la Comunitat Valenciana. Aunque la mayoría de sus visitantes se adentran en él a través de su dominio terrestre en la cordillera del mismo nombre que une Benidorm con l’Alfàs del Pi, la mayor parte de su territorio, como si fuese una perfecta metáfora de todo el planeta, se encuentra sumergido en su dominio acuático.
Esa vasta extensión de agua y fondos marinos es una gran desconocida no sólo para los miles de turistas que lo visitan anualmente, sino también para los propios vecinos de Benidorm, l’Alfàs del Pi y Altea, los tres municipios que comparten este tesoro natural y del resto de poblaciones de la Marina Baixa que lo divisan desde lo lejos.
Costosa vigilancia
Esa condición de semiclandestinidad ha procurado a la zona cierta calma en comparación con la presión que sí sufren otros puntos más accesibles en tierra. Sin embargo, esa misma circunstancia propicia que su vigilancia sea más costosa, tanto en términos económicos como de efectividad, y que con mayor frecuencia de la deseada se realicen en su área de influencia actividades no deseadas o, directamente, ilegales.
En cualquier caso, la presión por evitar esas situaciones no disminuye y para ello, hace tiempo que los tres municipios que comparten el Parc Natural de la Serra Gelada, dotaron al mismo de una embarcación que se encarga de la vigilancia y control de su zona marítima.
La mayor parte del territorio del Parc Natural se encuentra sumergido en su dominio acuático
Peligro sobre el ecosistema
Una de las actividades irregulares más complicadas de vigilar y por lo tanto de detectar, es la pesca ilegal. Seguramente, la mayoría de lectores relacionarán en su imaginario la caza o la pesca ilegal con las muy frecuentes -y necesarias- imágenes de los furtivos que diezman la población de especies en peligro de extinción en África o Asia o la caza de ballenas y focas que de cuando en cuando se cuela en los informativos de la televisión.
Sin embargo, el mismo daño pueden realizar sobre el ecosistema local otras actividades a menor escala, menos publicitadas y, en muchas ocasiones, vistas con cierta benevolencia por parte de una sociedad que no termina de comprender el problema porque casi nunca se le presenta el mismo desde una perspectiva global.
Conciencia social
Pensar que las pequeñas -en tamaño y cuantía- capturas que los pescadores deportivos pueden realizar en sus salidas a las aguas de la bahía o lanzando la caña desde la costa no suponen una amenaza directa e importante para el medioambiente es, sencillamente, un terrible error. Efectivamente, cada una de esas capturas individuales pueden no suponer un impacto muy grande, pero si se suman todos esos pequeños ataques, lo que resulta es un daño irrecuperable.
Por ello, es fundamental que la sociedad, que es la que en última instancia tiene en su mano cambiar las cosas, tome plena conciencia de la situación y mire a la pesca ilegal en las aguas del Parc Natural de la Serra Gelada con los mismos ojos y alarma que a la caza furtiva en los parajes protegidos a los que sólo accede a través de la pantalla del televisor.
Los tres municipios que comparten el Parc Natural dotaron al mismo de una embarcación de vigilancia y control de su zona marítima
Palangres ilegales
Con ese objetivo, el ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, informó el pasado mes de marzo de que la embarcación de vigilancia que gestiona junto a Benidorm y Altea ha retirado recientemente una serie de palangres furtivos en las aguas protegidas del parque natural. El palangre es un arte de pesca artesanal que puede presentar dos formatos. Por un lado, aquel que reposa sobre el lecho marino y, por otro, el de superficie, que flota a la deriva.
En ambos casos, se trata de un arte no selectivo, es decir, que atrapa en sus redes a todos los animales que se cruzan en su camino, algo que provoca importantísimos daños al ecosistema, más graves si cabe cuando su uso se realiza de forma furtiva e ilegal.
Investigación policial
Tal y como han explicado los responsables del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, uno de los tres responsables de esa embarcación de vigilancia, cuando esta “localiza dispositivos ilegales de pesca como los encontrados este fin de semana, la actuación de los funcionarios de la Conselleria responsables de la vigilancia consiste en retirarlos e iniciar una investigación con el objetivo de localizar a quienes utilizan estas artes de pesca furtiva”.
“Tras la investigación y localización de los furtivos”, añaden, “se presenta la correspondiente denuncia para que la Dirección Territorial de Pesca pueda iniciar el correspondiente procedimiento sancionador”.
Una de las actividades irregulares más complicadas de vigilar, y por lo tanto de detectar, es la pesca ilegal
Colaboración con el Seprona
Así mismo, subrayan que además de la lucha contra la pesca furtiva, esta embarcación realiza otras importantes labores como “informar y dar traslado a la Guardia Civil de cualquier situación de incumplimiento de la normativa que rige el parque que detecten, ya sea por parte de embarcaciones recreativas, de vela o a motor, incluidas las motos de agua”.
Así, aseguran que “las infracciones más comunes suelen ser las de fondear lanzando el ancla al mar en vez de amarrarse a las boyas que para ello existen en distintos puntos del Parc Natural, exceder los límites de velocidad al pasar por las aguas de especial protección o acercarse en exceso y varar motos de agua en las calas del paraje”.
Reserva marina
Una vigilancia, en cualquier caso, que en opinión de grupos como Ecologistas en Acción, debería ser más intensa. Su representante en la Marina Baixa, Richard Barreno, explica que la presencia de pescadores furtivos en el Parc Natural de la Serra Gelada es, por desgracia, habitual no sólo en el Parc Natural de la Serra Gelada, sino en todo el litoral.
Desde el ámbito ecologista celebran la figura de protección que tiene el Parc Natural de la Serra Gelada, pero reclaman que, en lo relativo a su ámbito marítimo, se redoble ese cuidado. Una de las demandas que llevan tiempo realizando con la intención de aportar soluciones a este problema es que se declare el ámbito marítimo del Parc Natural de la Serra Gelada como reserva marina. Todavía no lo es, aunque es verdad que existe un plan para que lo sea.
Los ecologistas piden que la figura de protección del parque se vea incrementada con la creación de una reserva marina
Pesca sin licencia
Una reclamación fundamentada en que “en el parque natural, al tener un carácter de conservación diferenciado, esa pesca tiene más peso. Necesitamos más vigilancia y un mayor control de las zonas que están protegidas”, afirma Barreno.
Para Ecologistas en Acción, el problema de fondo no radica tanto en el arte de pesca que se pueda utilizar, sino en el impacto que muchos pescadores ilegales producen sobre el ecosistema. “El problema principal es la pesca sin licencia. La tipología puede ser muy variada. Desde la persona que tira la caña desde tierra, que puede incluso estar en un lugar en el que está completamente prohibida la pesca, a la pesca sin arpón, el trasmallo, el palangre…”.
Desaparición de especies
Barreno considera que, si bien todas esas actividades deben ser perseguidas, las que precisan de una actuación más urgente son el palangre y el trasmallo. “Son artes de pesca que no discriminan. Cualquier animal se puede enganchar en ellas y estamos viendo con frecuencia cómo se quedan tortugas, meros, peces luna, ballenas en las zonas más alejadas de la costa”.
Estas especies, según el responsable de Ecologistas en Acción, antes eran muy características, pero están viendo diezmadas sus poblaciones hasta el punto de que no se pueden encontrar en muchas zonas.
Ecologistas en Acción aplaude las sanciones, pero también pide que se dediquen esfuerzos a la educación
Reivindicaciones realistas
Richard Barreno es considerado un ‘histórico’ del movimiento ecologista en la zona. Su compromiso no está reñido con el realismo y, por ello, huye de reivindicaciones de máximos y utópicas y pone sobre la mesa propuestas que, al menos en su opinión, son alcanzables.
Sabe que la concienciación general sobre la importancia de cuidar el medioambiente ha crecido y sigue creciendo entre la sociedad y, por ello, trata de simplificar el mensaje con el fin de que el mismo pueda ser fácilmente entendible por todo el mundo. También por aquellos que tienen pocas o ninguna noción sobre pesca o espacios protegidos.
El impacto de la pesca recreativa
A la hora de analizar el impacto que tiene la pesca legal, el responsable de Ecologistas en Acción explica que siempre se ha puesto mucho el foco en la pesca industrial. “Es verdad que genera un gran impacto por su tamaño, pero si sumamos todas las capturas que realizan los pescadores recreativos, su impacto es igual o, incluso, mayor”.
Por todo ello, desde Ecologistas en Acción, proponen que haya vigilancia 24 horas al día y que haya transparencia en el sentido de que la gente sepa lo que está prohibido y lo que no.
El palangre y el trasmallo son las artes de pesca más peligrosas para la biodiversidad al no hacer capturas selectivas
Sanciones y educación
Sanciones para los infractores debe haber, pero “no pensamos que la solución pase por meter sanciones a lo bestia. Deben sancionarse los casos extremos y a los reincidentes, pero, a la vez, se debe concienciar sobre lo que es la conservación y las actividades que se pueden hacer en la Serra Gelada”.
Barreno es pragmático y no se cierra a ninguna idea, aunque pueda diferir de los postulados que emanan de Ecologistas en Acción. “Hay propuestas para hacer una reserva marina o crear una zona especial de pesca. A cualquier cosa que redunde en medidas que aumenten la población de peces y seres vivos, nosotros le damos la bienvenida”.
La oportunidad del turismo
Todos los implicados ven en el turismo una oportunidad para concienciar y proteger todavía más al Parc Natural de la Serra Gelada. Aunque pueda parecer un contrasentido, el gran número de visitas que recibe el paraje se han convertido en un aliado inesperado a la hora de crear conciencia medioambiental en la sociedad.
Pese a que esas visitas suponen un aumento de la presión sobre el parque, también permite que vecinos y turistas conozcan mucho mejor la belleza y, sobre todo, la importancia de contar con un tesoro natural como el Parc Natural de la Serra Gelada, por lo que el reto presente y futuro, pasa por conseguir un uso racional y sostenible del mismo.