Nada menos que en 1928 se inauguraba en San Vicente el cine La Esperanza, complejo que incluye proyecciones veraniegas entre pinos. Todo un clásico que alimentó de séptimo arte a generaciones y que trasciende del simple negocio hasta convertirse en reclamo municipal, como centro cultural y visita turística que antaño incluso actuó a la par con el Ayuntamiento y la desaparecida Obra Social de la no menos finiquitada Caja de Ahorros del Mediterráneo.
Y nos devuelve una imagen de un cinéfilo San Vicente del Raspeig. Tiene más motivos para serlo que conservar, en tiempos de multisalas y tele a la carta, toda una institución cultural equiparable, por ejemplo, al cine Roma de l’Alfàs del Pi: el municipio ha servido de plató de rodaje de varios largometrajes y cortometrajes (un puñado de estos últimos en el campus de la Universidad de Alicante). Anotemos algunas de las más destacadas cintas ‘sanvicenteras’.
Por cercanas praderas
Muchas de las referencias fílmicas sobre San Vicente nos llevan hasta el rodaje de la superproducción del hoy centenario, al escribir este artículo, Walter Mirisch para la United Artists ‘El regreso de los siete magníficos’ (‘Return of the Seven’, 1966), segunda entrega de una saga, siempre con Mirisch en la producción, que aún daría pie a dos continuaciones más.
Aunque en honor a la verdad, hay que señalar que la cinta de Burt Kennedy (1922-2001) se rodó sobre todo en la contigua Agost, aunque hubo, no recogidas oficialmente, secuencias sobre suelo sanvicentero, por Boqueres y el Valle del Sabinar.
Pero Yul Brynner (1920-1985), la ya retirada Elisa Montés (fue esposa de Antonio Ozores, 1928-2010, y hermana de Terele Pávez, 1939-2017) y Fernando Rey (1917-1994), estrellas en el filme, recorrieron sobre todo la sierra agostense de la Murta.
‘La casa de mi abuela’ mostró San Vicente a medio mundo
Desde aquí al mundo
Con el mediometraje ‘Verano o los defectos de Andrés’ (2006), el cineasta alicantino Jorge Torregrosa, autor más tarde, entre otros títulos para las pantallas grande y doméstica, de la miniserie de televisión ‘Fariña’ (2018), distribuida internacionalmente por Netflix, se fogueaba en los asuntos fílmicos.
Este drama sobre dos parejas de vacaciones se rodaba íntegramente en San Vicente. Como también, un año antes, el multipremiado documental del también alicantino Adán Aliaga ‘La casa de mi abuela’.
Quizá el carácter de ‘cine-realidad’ haya provocado que la cinta de Aliaga, cuya posterior carrera toma visos de internacionalidad equiparables a los de Torregrosa, no se recoja en las listas mediáticas. Y eso pese a que la película, que se recrea en la relación entre una abuela y su rebelde nieta de seis años, ha viajado las calles sanvicenteras, y sus costumbres, por buena parte del mundo.
En ‘Triage’, el municipio se convirtió en el Kurdistán
Filmaciones internacionales
La Ciudad de la Luz y San Vicente, aparte de diversas secuencias rodadas en Irlanda, se convertían en los ‘sets’ de rodaje de la co-producción internacional irlandesa-hispanobelga-francoaustríaca-caimanesa ‘Triage’ (‘Eyes of War, 2009), dirigida por el bosnio Danis Tanovic y protagonizada por el actor irlandés Colin Farrell y la española Paz Vega. Un territorio ‘sequet però sanet’ se convertía en el Kurdistán al que van a parar dos reporteros gráficos.
Por desgracia, Tanovic no pareció, para la crítica, tan inspirado como con ‘En tierra de nadie’ (‘No Man’s Land’), sobre la guerra de Bosnia y que estrenó en 2001 la United Artists. ‘Triage’, por ejemplo, fue distribuida directamente en DVD en Estados Unidos.
Más éxito tendrá el inglés Ridley Scott en una de sus producciones para la 20th Century-Fox (hoy 20th Century Studios), ‘El consejero’ (‘The Counselor’, 2013).
‘Esperanza & sardinas’ es hoy una cinta de culto
Tiros, cárteles y diálogos
El municipio sanvicentero se unía a diversas localizaciones alicantinas, murcianas, británicas, incluida Londres, o estadounidenses, como El Paso, para que Scott narrara esta peculiar cinta de acción, cárteles de la droga, tiroteos y mucho diálogo.
En el reparto de campanillas, el alemán Michael Fassbender, el estadounidense Brad Pitt o la pareja española Penélope Cruz-Javier Bardem. El guión lo ponía el exitoso novelista Cormac McCarthy.
Eso sí, tanto relumbrón nos deja fuera otras iniciativas más que interesantes, como la cinta prácticamente autóctona (contaba con Luis Beviá, de la familia sanvicentera ligada a la industria de la sal, como actor e impulsor) ‘Esperanza & sardinas’ (1996), dirigida por Roberto Romeo.
La aventura experimental
Este único largo, por ahora, anotado a Romeo, de bajísimo presupuesto, en blanco y negro y que, pese a no contar con una distribución reglada, sí recorrió exitosamente varios festivales, pretendía trasponer el ánima de ‘Los golfos’ (1960) de Carlos Saura a las calles autóctonas. Personajes marginales entre Navidad y Año Nuevo, mucho aficionado al cine sembrado en La Esperanza e improvisación en una cinta construida narrativamente en la mesa de montaje.
Su director presumía durante una mesa redonda en la Universidad de Alicante de haber rodado sin guion previo, lo que obligó, claro, a filmar y filmar. La productora antaño monovera Dacsa, que había presentado el largo de presupuesto mucho más generoso ‘Tabarka’ (1996), de Domingo Rodes, intentó insuflarle vida económica a un proyecto que ha quedado, eso sí, como cinta de culto muy sanvicentera.