Investigadores del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València evidencian que sustituir el césped natural por el artificial ha reducido el número de aves un 35,7%. En un estudio publicado en la revista Bird Conservation International, en el que han analizado 45 parques de 18 ciudades, alertan de la pérdida de biodiversidad consecuencia de esta práctica.
Así, en los 45 parques analizados, todos del litoral mediterráneo español, obtuvieron una diversidad de 31 especies de aves en conjunto. En los 24 parques con césped natural se encontró un 35,7% más de especies de aves que en aquellos que habían sido reformados con césped artificial. 28 especies de aves diferentes, por 18 en los segundos, lo que para los investigadores supone un punto de atención.
El estudio, en el que también participó la Asociación Iberozoa, dedicada a la conservación y divulgación de la fauna ibérica, concluye que los parques con césped artificial albergan menos diversidad a causa de la menor abundancia y variedad de alimento en la tierra (invertebrados, sobre todo), lo que es una amenaza para la conservación de la avifauna urbana y las comunidades de aves.
Los investigadores también concluyen que en aquellos parques con césped natural hay mayor diversidad, aunque sean más pequeños que los de césped artificial. Además, la sustitución masiva de la hierba por el césped artificial en grandes urbanizaciones está provocando una mayor disgregación de plásticos en el ambiente, con la consiguiente contaminación ambiental. Los expertos sugieren que la política de los ayuntamientos respecto a los parques públicos no siga el patrón de sustituir hierba por césped artificial.
Este trabajo es el primero en comparar las diferencias en diversidad biológica y la composición de la avifauna que habita en parques urbanos tradicionales y otros reformados con césped artificial. “Sus resultados son clave en la conservación de aves y la planificación urbana de las ciudades de muchos países”, explica José A. Gil Delgado, profesor honorario en el Instituto Cavanilles de la Universitat de València.
A pesar de que este proceso de expansión del césped artificial se extenderá a más países para ahorrar agua en un contexto de cambio climático (sequías y calentamiento global), los investigadores del Cavanilles proponen priorizar el diseño tradicional de parques en zonas verdes urbanas. Es decir, en las regiones áridas y semiáridas, como el litoral mediterráneo, en las que el agua puede ser un recurso limitado, el césped natural puede ser sustituido por árboles, arbustos y hierba autóctona adaptada a condiciones de agua escasas, lo que beneficiaría la biodiversidad de invertebrados y reduciría el consiguiente efecto isla de calor.
Metodología
El trabajo de campo se realizó en otoño de 2020 y en cada parque se realizaron recuentos de aves durante 5 minutos en áreas de 25 metros de diámetro. En cada punto se determinó el número de aves y de qué especies eran.
Los 45 parques en los que han intervenido los investigadores del instituto Cavanilles corresponden a una franja del arco mediterráneo que tiene unos 150 kilómetros de largo, con los municipios de Borriana (Castellón) en el extremo septentrional, e Ibi (Alicante) en el más meridional. En medio, localidades como Torrent, Bétera, Massamagrell, Alboraia, Paterna, Llíria, Algemesí, Canals, Tavernes de la Valldigna o Alcoi, entre otras poblaciones.
Este trabajo ha sido financiado por la Generalitat Valenciana y el Fondo Social Europeo, así como por Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
Reducción del número de gorriones
En un anterior estudio, este grupo de investigadores ya constató que el número de gorriones (Passer domesticus) en cuatro años se redujo hasta un 60% en áreas urbanas del mediterráneo por la substitución del césped natural por el artificial en los parques.