Entrevista> Ana Vicente / Rapera y componente de CQD (Mislata, 17-mayo-1980)
El rap combina la rima, el habla rítmica y un componente de jerga que ha hecho que, en los últimos cuarenta años, se haya convertido en uno de los géneros musicales más populares del mundo. Estos ritmos callejeros irrumpieron con fuerza en España en la década de los noventa, con grupos que saltaban de los parques a estudios de música para lanzar sus primeras obras.
Sin embargo, la calle y el rap tampoco eran ajenos a uno de los problemas que sufría la sociedad y que, desgraciadamente, sigue presente en el año 2022: la brecha de género. Y es que, a pesar de que en los grupos sociales había tantas mujeres como hombres, los grupos musicales de éxito, incluso aquellos que no terminaron de llegar al estrellato, tenían algo en común, estar compuestos íntegramente por hombres.
Mislata cuna del rap femenino
A pesar de estas dificultades, València fue testigo, hace un cuarto de siglo, del nacimiento de una de esas pocas excepciones que el mundo de la música conoció en aquellos orígenes. A los movimientos musicales que germinaban con fuerza entre las calles valencianas se les unió uno que, para sorpresa de muchos (y mezcla de sorpresa y alegría para muchas), componían cuatro chicas que decidieron que ellas también podían lanzarse con el micrófono en la mano.
Se trataba de CQD, que nace en Mislata en el año 1996, aunque no fue hasta el año 1997 cuando, tras un tiempo en que las rimas se quedaban entre amigos, saltó al escenario de forma oficial. El grupo fue precursor del rap femenino no sólo en la zona sino en toda España, ya que, a pesar de que existían grupos surgiendo con fuerza en España, ninguno era femenino con apenas dos o tres excepciones en todo el panorama nacional.
Ana Vicente era una de las mislateras que formaba parte de aquel cuarteto de niñas valientes a las que en ningún momento les tembló ni el pulso ni la voz para subirse a un escenario, en el que sólo había hombres, para demostrar que, como dice ella, lo importante es siempre atreverse.
«Teníamos letras en el 98 muy feministas cuando todavía nadie hablaba de feminismo»
¿Cómo nace CQD, un grupo de mujeres en un género todavía por explotar pero que ya se consideraba un mundo de hombres?
Nos relacionábamos con un colectivo de gente de la cultura hip hop. En ella hay diferentes ramas, una es la música y otra el break dance, nosotras nos movíamos con esta gente, concretamente con un grupo que hacía break dance, y eran todo chicos.
Hubo un momento en que nos aburríamos de ser solo acompañantes. Como siempre se nos había dado bien expresarnos, rebatir, discutir, dijimos de empezar a escribir canciones. Sobre todo era ser parte de lo que estaba sucediendo.
¿Qué os decían al empezar?
Eran amigos, así que el grupo de gente con que nos movíamos lo vieron bien. Quizá siempre ha habido un tono paternal porque éramos niñas intentando hacer algo. Intentaban apoyarnos, en plan pobrecitas, hemos sentido ese paternalismo. Las mujeres estaban muy motivadas al vernos creciendo.
Una de las cosas muy particular nuestra es que nos encargábamos de toda la producción al cien por cien. Normalmente hay alguna persona que se encarga del instrumental, otro graba… nosotros hacíamos la producción musical, escribíamos y nos grabábamos a nosotras mismas. Eso sorprendía a mucha gente al ver que hacíamos todo el material integro nosotras, con el poco material que teníamos.
¿Cuándo nace realmente el grupo más allá del círculo de amistades?
Nos presentamos a un concurso de la sala Roxy con una canción. Lo hicimos sin ninguna expectativa, pero nos seleccionaron. El Ayuntamiento de Mislata contactó con nosotras para preguntarnos si habíamos hecho algún concierto, y cuando dijimos que no, nos montaron uno en la avenida Gregorio Gea; ese fue nuestro primer concierto, unos meses antes del certamen.
«Había un tono paternal porque éramos niñas intentando hacer algo»
Y a partir de ahí comenzó a crecer todo…
Nos fue bien en el concurso y empezamos a ver más concursos en Godella, Alaquás y otros sitios por la zona. Gracias a ello empezamos a sacar fondos para poder mejorar nuestro equipo y evolucionar.
Tras ello hicimos todo algo más profesional, contratamos un estudio para nuestra maqueta y gracias al ‘boca-oreja’, que es muy propio en el rap, nos llamaban de otros sitios porque les llegaba que había un grupo de chicas. Así fue creciendo y, todas las semanas quizá no, pero todos los meses teníamos algún concierto.
Eráis mujeres en un mundo de hombres. ¿El mensaje es que hay que atreverse?
Y tanto, el nombre del grupo es Como Queremos Demostrar (CQD), y lo que queríamos era demostrar que las mujeres también podíamos estar en un mundo masculino y que éramos capaces de hacer las cosas con la misma calidad y fuerza que los hombres. Hay que atreverse, por supuesto.
¿Consideras que fuisteis precursoras del feminismo?
Claro que hemos sido siempre muy feministas. Hace poco me hicieron una entrevista junto a Rocío, compañera del grupo, y lo decíamos, que había letras del año 98 que son feministas a tope cuando en aquel momento no existía todavía ni el feminismo.
Su salto se produjo gracias a un concurso en la sala Roxy
¿Qué cambiarias de toda la experiencia vivida hasta ahora?
Cambiaría querer ser tan independiente, que no buscásemos ayuda más profesional. Tuvimos contratos en la mano con varias discográficas de Madrid y eso no cuajó porque no supimos llevar de la manera adecuada que alguien nos representara teniendo más experiencia, alguien más adulto, porque éramos unas niñas.
Eso lo cambiaría, no ir tan de independiente y fuerte, porque formamos parte de un sistema y hay que tener en cuenta todo, sería lo único que modificaría porque como experiencia y aprendizaje fue brutal.
Y por el contrario, ¿hay algo con lo que te quedarías especialmente de todos estos años?
Me quedaría con la gente que estuve y las experiencias que la música me brindo. Al margen de que pudiéramos hacer cosas, tuvimos mucha proyección a otros niveles. Estuvimos en Francia o Alemania. Hicimos conciertos muy peculiares, como uno en la cárcel de Picassent. Gracias a la música tuve experiencias muy enriquecedoras.
«Lo que queríamos era demostrar que las mujeres también podíamos estar en un mundo masculino»
¿Echas de menos la acción de sentirte artista a tiempo completo?
Lo hecho mucho de menos, pero la vida te va llevando por donde te quiere llevar y no siempre las circunstancias te llevan por lo más favorable. Cuando nosotras empezamos yo era estudiante y disponía de muchísimo tiempo para dedicarle a la música. Luego he sido mamá, tengo tres hijos, por lo que mi tiempo no es igual a raíz de ser madre.
También te haces mayor y tienes otras preocupaciones, por lo que no me queda tiempo para dedicarle al cien por cien. Además considero que dentro de la música rap no hay condiciones para poder vivir de esto, por lo que siempre lo tienes que tener como un plus a tu vida normal.
¿Cuesta mucho ver que ya no haces, al menos tanto como antes, lo que te gusta?
No lo he dejado de hacer, va intrínseco en mí, cuando empecé no lo hacía pensando en hacer música. Lo hacía y sigo haciéndolo para expresarme, comunicarme y darle forma a las ideas que tengo en mi cabeza, sin más finalidad que eso.
«Sigo haciendo rap para expresarme, comunicarme y darle forma a las ideas que tengo en mi cabeza, sin más finalidad que eso»
Afortunadamente la sociedad está cambiando pero, ¿crees que en 2022 sigue siendo más difícil triunfar, especialmente en un género como el rap, siendo mujer?
Desde que yo empecé las cosas han cambiado mucho. Las mujeres tenemos muchísimo avanzado en el mundo del rap, ya no solo conceptualmente sino también en el acceso a los medios para que puedas hacer lo que quieras. Si yo tuviera ahora la energía y el tiempo que tenía con 18 años, CQD sería un bombazo.
Entonces, ¿sigue sin ocuparse ese espacio de grupos de mujeres raperas en España?
Sigue sin haber un grupo de mujeres que marque una red dentro del rap en España, todo lo que sí que hay en hombres. Sigue habiendo esa brecha de género, pero puede que sea porque las mujeres siguen sin atreverse.
«Sigue habiendo esa brecha de género, pero puede que sea porque las mujeres siguen sin atreverse»
Si tuvieras delante a alguna de esas jóvenes chicas que, como vosotras, sienten que requieren de su protagonismo en un mundo de hombres, ¿qué les dirías para que se atrevieran?
Ojalá hubiera un legado. Les diría que las cosas hay que hacerlas sin pensar donde se va a llegar. Si tienes la inquietud existen los medios, que no tengan miedo y pidan ayuda, no como no hicimos nosotras, y que cuenten con sus amistades y los medios que hay en Internet para formarse y llegar donde ellas quieran, porque pueden llegar donde ellas quieran, así que a por todas.