La iluminación navideña es uno de los principales atractivos que se despliegan durante esta época del año, y a muchas personas les encanta, aunque pocos saben de dónde provino esta idea. ¿Te gustaría conocer quién inventó las luces de Navidad? Hoy tendrás la oportunidad de descubrirlo junto a nosotros.
Un primer antecedente
A mediados del siglo XIX, en Alemania la clase alta decoraba sus árboles de Navidad con pequeñas velas. Esto se lograba colocando los cirios decorativos en portavelas, que irían colgados a las ramas.
Por sí misma esta era una práctica era bastante peligrosa, debido a que la llama de la vela podía encender al árbol y provocar un incendio. No obstante, la decoración con luces eléctricas tiene aquí su antecedente más directo.
La llegada de las luces de Navidad
Para 1880, Thomas Edison, quien ya había logrado crear pequeños focos luminiscentes, decidió utilizar varios de estos para decorar su laboratorio de Menlo Park, y así contar con un ambiente navideño más alegre. Sin embargo, solo las pocas personas que visitaban el lugar podían apreciar la iluminación.
Más tarde, en 1882, Edward H. Johnson, socio de Edison en la empresa Edison Electric Light, decidió unir pequeños focos de luz con un cable, para obtener una cadena de farolitos que exhibieran brillos de azul, rojo y blanco.
Esa misma navidad Johnson mostró orgullosamente al público su árbol de Navidad, decorado con su invento: un cableado lumínico conformado por muchos focos. Así nacieron las luces de Navidad.
Un adorno popular…, pero costoso
En 1895, el invento de Johnson tomó mayor fama, luego de que el presidente de los Estados Unidos, Grover Cleveland, ordenara iluminar el árbol de Navidad de la Casa Blanca con luz eléctrica. Lo que llevó a que otras familias norteamericanas desearan emular la decoración presidencial.
Por lo que en 1901, la Edison Electric Light decidió producir las primeras series de luces navideñas para la venta al público. El problema era que adquirir este invento de moda era bastante costoso para la época (este innovador sistema de iluminación podía llegar a costar hasta 2000$).
Comercialización
En 1917, el joven Albert Sadacca convenció a sus padres de vender las luces navideñas que tenían decorando el escaparate de su establecimiento. El primer año se vendieron poco más de un centenar de luces, pero luego a Sadacca se le ocurrió pintar las bombillas, algo que dispararía las ventas.
Finalmente en 1920 Sadacca fundó una compañía para la fabricación en serie de estas luces de colores. Con el tiempo el negocio de Sadacca llegaría a convertirse en la compañía de luces navideñas con mayores ventas del mundo