Alfafar celebra en este marzo sus Fallas. Una fiesta que nació en 1975 en su versión moderna, pero que realmente comenzó a celebrarse en nuestra localidad de forma informal hace alrededor de un siglo.
Para ahondar en la historia de esta tradición importada de València capital, pero tan arraigada en nuestra localidad, hemos querido conversar con el cronista oficial del municipio, José Francisco Catalá.
Inicios
La primera falla en Alfafar de la que se tiene constancia se plantó en 1923. Fue concretamente en la calle del Sol esquina con la calle Francisco Baixauli. “Era un monumento pequeño y familiar que fue construido por los vecinos. No fue financiado por ninguna comisión concreta” nos explica Catalá. Recientemente el Ayuntamiento y la Junta Fallera han colocado una placa en el mismo lugar donde se plantó esta histórica falla.
Al año siguiente contrataron a un artista fallero de València para que les construyera una falla de mayor tamaño, que se tituló ‘El sant del abuelo’. Se estructuraba con una plataforma sobre la cual se ubicaba una barraca. Los ninots protagonistas eran un niño que le daba un regalo a su abuelo y una madre presenciando el momento. Una tierna escena.
“Es posible que se plantaran algunos monumentos antes de estos años, pero no existen fotos. Tampoco sabemos exactamente los nombres de estos falleros pioneros. Suponemos que era gente del pueblo que quisieron importar la fiesta aquí a imitación de lo que se hacía en la capital” nos indica el cronista.
La primera falla conocida se plantó hace justo 100 años
Primera comisión
Después de varios años sin actividad conocida, en la década de los 30 hubo un nuevo impulso por plantar fallas en Alfafar. Concretamente en 1934 se construyó otra con el lema ‘Tot es faena’, y al año siguiente la Sociedad de Artes y Oficios tuvo la suya propia.
Esto motivó a que en 1936 unos jóvenes del Casino Proteccionista plantaran una falla en la plaza del Ayuntamiento. Podríamos considerar a este grupo como una primera comisión fallera, ya que elaboran su llibret y hasta organizan su propia programación festera con conciertos y una carrera de bicicletas.
“Ésta fue la primera vez que se organiza toda una fiesta en el pueblo con motivo de las Fallas. Todavía no había mascletás, pero sí se dispararon truenos y tracas” nos relata Catalá. Fue además un monumento con bastante crítica política hacia la situación por la que pasaba en ese momento España -en los últimos coletazos de la Segunda República- dado que habían salido a la luz varios escándalos de corrupción en el Gobierno. Se denominó ‘El estraperlo’.
La Guerra Civil interrumpió el primer intento de institucionalizar oficialmente las Fallas en Alfafar
Las fallas del cura
El estallido de la Guerra Civil supone un truncamiento total de todas las expectativas que habían puesto los jóvenes falleros para los siguientes años. Las fiestas se suspenden indefinidamente.
Una vez que termina el conflicto bélico la situación socio-económica tan precaria de la Posguerra tampoco alecciona a recuperar las Fallas en Alfafar. No será hasta los años 50 que la fiesta vive un pequeño renacimiento.
“Se plantaron varias fallas pequeñitas en la plaza del Ayuntamiento, a iniciativa del párroco Antonio Esteve Ferriorls, durante algunos años” nos comenta el cronista oficial de Alfafar.
Las dos primeras comisiones fueron La Fila y Parque Alcosa
Etapa moderna
A partir de entonces habrá un nuevo paréntesis de unos veinte años, hasta que en 1975 nacen las dos primeras comisiones actuales: La Fila y Parque Alcosa. “Durante muchos años la gente se iba a València para vivir las Fallas, hasta que dos grupos de vecinos se propusieron traer la fiesta al pueblo” nos indica Catalá.
El Ayuntamiento también quiso sumarse y reconoció a las Fallas institucionalmente como fiestas oficiales del municipio. Aquel año se organizó la primera ofrenda a la Virgen del Don, una mascletá por el Día de San José y un encuentro de hermandad. La Fila montó además una primera cabalgata del ninot, a la que se fueron sumando el resto de fallas con los años.
Segunda oleada
Ya en 1978 nacieron las comisiones Hort del Comte y Pensat i fet, en la calle Conde de Ronree y Antonio Muñoz respectivamente. En ese mismo año se constituye la Junta Mayor Festera con el vicealcalde Ramón Sanchis de presidente y su hija Lourdes Sanchis como primera fallera mayor.
También se convocó por primera vez un concurso de premios para los monumentos, resultando ganadora La Fila. Uno de los artistas que más trabajó en Alfafar durante esta época fue Hernán Cortés.
Tercera oleada
En 1981 se sumará La Amistad como quinta falla, al año siguiente El Sequer y por último Sant Jaume. “Estas fallas surgen porque los vecinos que residen en estas zonas quieren tener la fiesta en su propio barrio” nos señala el cronista.
Desde que comenzara esta época moderna de las Fallas, solo la pandemia de la covid-19 ha evitado que se celebraran religiosamente cada año. Hoy en día hay aproximadamente 1.300 falleros entre las siete comisiones.
Por nuestra parte, por supuesto aprovechamos la ocasión para desear a todos los alfafarenses unas fantásticas fiestas del fuego.