ENTREVISTA> Joaquín Rubio Yáñez / Presidente de la Federación de Artistas Falleros y de Hogueras de la Comunidad Valenciana (Elda, 1976)
Época de fallas: junto con las hogueras, celebraciones específicas de la Comunitat Valenciana, tan baqueteadas por la pandemia. Buen momento para hablar con el máximo representante de los gremios de artistas dedicados a plantar los monumentos de arte efímero y pulsar esta parte esencial de la fiesta.
Alicante, Burriana y València. Hubo un tiempo en que parecía que habláramos de mundos diferentes, ¿ha cambiado?
Vamos a ver, nuestra profesión evoluciona, y no deja de ser lo más variopinta posible, ya que las tecnologías, los medios de comunicación, redes sociales y demás hacen que los artistas tengan una cercanía a las comisiones que antes no había, era más difícil contactar con un artista de otro lugar. Pero al final es un trabajo único y exclusivo de la Comunitat Valenciana, y a ella se deben los artistas que plantan en cualquier rincón.
Hay una unificación independientemente de que sigue existiendo ese DNI de si eres de Alicante, Valencia, Burriana, pero ya parece que desestigmatizado. No podemos conseguir que todo el mundo esté contento, pero creo que poco a poco eso se va limando. Se está haciendo menos presente el DNI de los artistas.
«Los artistas tienen mayor cercanía a las comisiones»
Fuiste elegido como presidente de la Federación en enero de 2021, ¿no da vértigo representar a tantos artistas?
Tengo que hacer una puntualización aquí: soy maestro mayor del Gremio de Hogueras de Alicante y presidente de la Federación de Gremios. Cada maestro mayor representa a los artistas de su provincia. El presidente de la Federación de Gremios lo que hace es englobar los criterios que los tres gremios deben aunar a la hora de la conclusión o mecanismo que necesite la profesión en conjunto.
Yo no represento a todos los artistas falleros de la Comunitat Valenciana, represento a los tres gremios de la Comunitat Valenciana. A lo que son las entidades como sí pero no a los artistas como tal, que tienen su representación en cada maestro mayor. La Federación sirve para aunar criterios. Para mí es un hito, porque vengo de una ciudad donde no existían artistas falleros.
Apenas salíamos de una pandemia que aún renquea. Y encima con los problemas económicos y bélicos a nivel mundial, que afectan a los materiales. ¿Cómo se afronta desde el Gremio toda esto?
Hay que tener en cuenta un detalle: nosotros trabajamos con un contrato que se formaliza a un año vista de su ejecución, tenemos un año por delante para ejecutar ese contrato que se pone a precio del día en que se firma. El artista se encuentra a lo largo del año con subidas de los materiales. Aunque de la sensación más bien de un reajuste de precios que una crisis en sí.
Pero hay que afrontar esos reajustes necesarios en los que, si se quieren tener esos volúmenes de antes, habrá que pagarlos a precios más prohibitivos, y si las comisiones no pueden aportar más dinero, el artista tendrá que reajustar volúmenes y calidades. Creo que lo importante es intentar ver cómo reconducimos la contratación de las fallas y las hogueras, porque están aumentando los costes prohibitivamente con un presupuesto cerrado.
«Están aumentando los costes con un presupuesto cerrado»
¿Y cómo veis la respuesta institucional, tanto a nivel de la Comunitat Valenciana como de las diferentes administraciones provinciales o locales?
Tengo que romper una lanza a favor de las instituciones porque de alguna manera se hicieron eco de nuestros problemas. Yo creo que si la pandemia hubiera salido a la luz durante una época en que no hay fiesta, nadie se habría acordado de los artistas. Pero eso no ocurrió.
¿Las instituciones de la Comunitat Valenciana podrían haberse portado mejor? Por supuesto, pero hay que comprender que la situación a la que se enfrentaban era muy complicada. Si tengo que ponerte una valoración de cómo nos han tratado las instituciones, pues te diría que bien-notable.
Los puristas, que invocan hasta la ecología, prefieren el cartón frente a otras sustancias como el corcho, aunque los estudios técnicos digan lo contrario.
Esto es un caballo de batalla siempre en debate. Está claro que cualquier combustión, siempre, emite gases tóxicos. Es verdad que existen estudios, y que el corcho, tan temido por su humo negro, es una combustión de un noventa y ocho por cien de aire. Yo me quiero mostrar cauto porque no soy químico, pero no podemos estar mirando todo con lupa: al final nos cargaríamos las fiestas.
El problema es que no tenemos fábrica de cartón. La única que existía en toda España, en Buñol, cerró. Estamos trayéndonos un cartón en diferentes condiciones y no es un producto del que estemos satisfechos. Yo creo que poco a poco encontraremos materiales más ecológicos, y me consta que hay un corcho blanco que viene de materias primas vegetales. Que la ecología también nos preocupa: cuanto más ecológicos, por supuesto que mejor.
«Es un trabajo que tiene que dar de comer a nuestras familias»
No con nuestro bolsillo
Como presidente de la Federación, ¿qué tal está funcionando el equipo?
Cada gremio es de un padre y una madre, con ideas en ocasiones unánimes y otras no, como en cualquier equipo directivo. Hay que afrontar la profesión en sí, y aquí hago un llamamiento para que le demos viabilidad. Que al final nos cuesta dinero de nuestro bolsillo, por el premio, y nos olvidamos de que es un trabajo que tiene que dar de comer a nuestras familias y a nuestros trabajadores.
Hay que dignificar la profesión a todos los niveles, con un epígrafe concreto de nuestra profesión, condiciones fiscales apropiadas. Olvidarnos de que estamos trabajando en una fiesta: que luego pueda tener consecuencias como plantar en la calle, disfrutarlo y demás, pero eso es colateral. Tenemos que tener muy claro que no podemos seguir costeando de nuestro bolsillo las cosas, si no del presupuesto que nos dan.