Un pequeño paso en falso para el hombre, un gran salto para las impresoras 3D. Terran 1, el primer cohete impreso en 3D del mundo, ha despegado con relativo éxito desde Cabo Cañaveral, en Florida. La nave espacial no tripulada consiguió despegar, pero se estrelló a los 3 minutos sin alcanzar la órbita.
La empresa responsable del proyecto, Relativity Space, ha señalado que sufrió «una anomalía». El objetivo de la misión era más publicitario que científico, ya que sólo debía orbitar la Tierra unos días antes de estrellarse.
La empresa pretende que sus cohetes se conviertan en una alternativa barata a los cohetes y transbordadores espaciales actuales.
La startup quería poner el prototipo en una órbita de 200 kilómetros de altura durante varios días antes de lanzarlo a la atmósfera y quemarlo junto con la plataforma superior del cohete.
Resultó que la primera plataforma hizo su trabajo tras el despegue desde la Estación Espacial de Cabo Cañaveral y se separó según lo previsto. Pero la segunda plataforma se encendió y se apagó, estrellándose contra el Atlántico.
Era el tercer intento de lanzamiento desde lo que una vez fue un lugar de lanzamiento de misiles. Relativity Space estuvo a medio segundo de despegar a principios de este mes, cuando los motores del cohete se encendieron antes de apagarse bruscamente.
Aunque la etapa superior falló y la misión no alcanzó la órbita, «los lanzamientos inaugurales son siempre emocionantes y el de hoy no ha sido una excepción», declaró Arwa Tizani Kelly, comentarista de lanzamientos de Relativity Space, tras el lanzamiento del miércoles.