Entrevista> José Ramón Mena / Fundador Oxizonia (Elche,19-marzo-1966)
Oxizonia es una simbiosis de oxígeno y amazonas, palabras que llevan muy adentro los integrantes de esta organización, a quienes mueve la pasión y el corazón, y el respeto por la naturaleza es su denominador común.
En la actualidad desarrollan su labor en la selva amazónica, donde el gobierno de Perú les concedió hace 20 años la tutela de 900 hectáreas como reserva ecológica. Sus fines son la reforestación y realizan labores de mantenimiento, conservación, y donde con el tiempo se han involucrado al máximo con las comunidades indígenas de la zona.
150.00 árboles que han ido plantando desde entonces crecen allí, y han creado viveros de plantas medicinales, mariposarios y se ocupan de la conservación del entorno.
Oxizonia
José Ramón Mena es, junto a su amigo José Luis Galipienso, el fundador de Oxizonia. Un aventurero que en su vida laboral se dedica a dirigir una asesoría, y que en cuanto puede se escapa a intentar salvar bosques.
A los 17 años se tomó el mundo por montera y atravesó la Amazonia brasileña, y allí comenzó a ver los primeros visos de tala ilegal y depredación de la selva, y nació su admiración, su preocupación, y su respeto hacia la biodiversidad.
La selva de cristal
Recientemente presentaron el documental de 25 minutos grabado en la última expedición, y presentado por el actor y presentador Arturo Vals. Está dirigido por el director de cine y miembro de la academia del cine Gerardo Olivares.
La Selva de Cristal muestra el deterioro de la Amazonía Peruana y su objetivo es concienciar, y enseñar la importancia de construir una sociedad respetuosa con el medio ambiente.
«La selva es la gran farmacopea mundial y la estamos arrasando»
¿Cuáles son los principales enemigos de esos bosques?
Nos encontramos con verdaderos peligros, cada vez vamos a más. El principal peligro es el ser humano y su manera salvaje de depredar, sin ningún respeto por la biodiversidad tanto animal como vegetal.
La minería es una forma fácil de destrozar la floresta y contaminar tierras y ríos. Lugares donde antes había una gran biodiversidad, ahora son auténticos cementerios que conllevan grandes enfermedades.
¿Cómo se prepara un viaje así?
Cuando se trata de montar una expedición como esta última, es un trabajo muy duro, ya que se trata de filmar diversos lugares alejados unos de otros con el fin de que nuestro embajador, Arturo Vals, pudiese ver en un corto espacio de tiempo la inmensidad y el romanticismo de la selva, para después llevarlo al lado oscuro. Es decir, áreas muy peligrosas donde campa a sus anchas la minería furtiva y la tala ilegal.
Las preparaciones son muy laboriosas, permisos, vacunas, macheteros, biólogos, víveres, embarcaciones, transportes terrestres y fluviales…siempre procuro asumir el mínimo riesgo posible para mi equipo.
Ellos confían en mí en toda esa logística, y yo confío en ellos a la hora de la puesta en marcha de grabaciones. Nos apoyamos unos a otros en todo, siempre remamos en la misma dirección.
¿Y la experiencia con Arturo vals como embajador de la última expedición?
Muy enriquecedora. Siempre nos hacía reír, en todo momento, un crack de tipo, y muy adaptable a todo ya que la paliza fue tremenda.
Rozamos altitudes de 5.000 metros atravesando parte de la cadena andina hasta casi su última cordillera pantiacoya. Navegamos muchas horas por río descendiendo a menos de 150 metros sobre el nivel del mar, adentrándonos en las profundidades de la selva en áreas de tribus no contactadas.
«La educación ambiental en los niños es vital para el futuro del planeta»
¿Quedan en esos bosques todavía tribus ocultas que no han tenido contacto con el mundo exterior?
Sí. Perú es el país de Sudamérica donde todavía se encuentran pueblos aislados que no quieren tener contacto con la civilización. Tenemos la suerte de situarnos en áreas intangibles donde nosotros mismos preservamos sus vidas.
Procuramos no acercarnos a zonas donde sabemos que se encuentran porque su reacción puede ser imprevisible al vernos, y además podríamos transmitirles virus que podrían hacerles enfermar gravemente.
¿Qué te gustaría destacar de las tribus con las que sí os relacionáis?
Son los mayores biólogos, los mayores agricultores, los mayores científicos, y siempre han querido defender sus derechos, sus culturas y sus ancestros.
No somos nadie para arrebatarles lo que es suyo miles de años, hay que protegerlos porque gracias a ellos muchas partes del bosque están preservadas. Son quienes cuidan nuestro campamento cuando no estamos allí. Desde Oxizonia les enviamos dinero por su trabajo, proporcionándoles la posibilidad de una vida mejor en su entorno.
¿Elaboran sus propias medicinas?
Absolutamente todas, tienen remedios naturales para todo y lo hemos podido comprobar. La selva es la gran farmacopea mundial y la estamos arrasando.
Debemos ser más consecuentes ya que de allí salen casi todos los fármacos que consumimos aquí, y si destrozamos la amazonia empeorarán mucho nuestras vidas.
«Todavía se encuentran pueblos aislados que nunca han tenido contacto con la civilización»
Cuéntame sobre vuestro proyecto ‘El bosque Cojebro’.
Es un trabajo muy importante dentro de la educación y concienciación, dirigido sobre todo a las futuras generaciones. Nuestra obligación es dejar un buen legado, el mismo que nos dejaron nuestros padres, y debemos tener conciencia de que detrás de nosotros vienen ellos.
Cojebro es una asociación de bróker de seguros que han creído en nuestro trabajo, y les hemos enseñado la plantación que tenemos en un gran terreno entre Crevillent y Albatera como campo de ensayo donde desarrollamos nuestras labores.
¿Qué se ha plantado en ese terreno?
Abarca dos hectáreas de superficie, y actualmente cuenta con 1.200 árboles, en su mayoría paulownias, una especie arbórea que absorbe diez veces más CO2 que la mayor parte de otras variedades.
Es decir, esta plantación es el espejo del bosque tropical más importante del mundo de la amazonia. La responsabilidad social de esa asociación en el ámbito medioambiental la cubren perfectamente con oxizonia en educación, reforestación etc., mitigando la huella de carbono a través nuestra.
¿La educación ambiental en los niños es vital para el futuro del planeta?
Sin duda es vital, pues si no hay educación, no hay reforestación. Los valores de las personas son muy importantes en la vida y hay que inculcar respeto siempre.