Los dichos, dicen, siempre contienen más que lo que cuentan. Lo de “Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita” se nos incrustó a todos desde que fuimos chavalería. Y cuando nos dan algo, o nos lo prestan, para luego requerírnoslo por lo que sea, basta con un infantil “Santa Rita” para que, increíblemente, la persona solicitante pare.
La paremia (enunciado breve e ingenioso que incita a la reflexión) implica a una santa italiana cuyo culto se extendió por el Mediterráneo, y alude a una mujer que rezó a Santa Rita para conseguir novio (por aquí se rogaba: “Beneïda Santa Rita, feume casar de seguida”), pero este le duró nada, dos pelás, así que, cabreada, marchó a la iglesia a cantarle las cuarenta a la imagen correspondiente.
Dichos y patronazgos
Pero esto es siempre según la fuente que consultes. Otras afirman que la frase no es más que una derivación egoísta de otra: “Santa Rita, siempre da y nunca quita”. ¿Pero quién es esta santa a la que le atribuyen ser patrona de los imposibles, de los problemas maritales, de los funcionarios (en muchas localidades de aquí) y de cuando estás agobiado porque te toca examen?
La verdad es que nuestra hoy abogada de las causas perdidas llevó una vida no muy feliz. Para empezar, Santa Rita de Casia o Cascia (población y ‘comune’ o ente autónomo de la provincia de Perugia), nacida el 22 de mayo (fecha de su celebración) en Roccaporena (parte del ‘comune’ de Cascia), y fallecida en idéntica fecha en el municipio titular que la apellida, se llamaba en realidad Margherita Lotti (1381-1457).
Es patrona de los imposibles y de los problemas maritales
Una desgracia tras otra
Muy resumidamente, Margherita casó con un hombre que la hizo infeliz, aunque ella consiguió convertirlo al cristianismo. Pero entonces fue asesinado, y ella rezó para que sus hijos murieran antes de cometer la tradicional ‘vendetta’ (venganza) y entonces caer en el pecado. Enfermaron y murieron. Pudo, ya viuda, meterse en un convento, como ansiaba. Pero hubo más lamentos.
Una espina de Cristo se le clavó en la frente, y supuraba con hedor. Enmedio, prodigios de todo tipo. Como, por qué su marido no quería que alimentase a los pobres, transmutar el pan en rosas (uno de los elementos de culto a la santa, que en Ontinyent reparten las amas de casa, de las que es también patrona), o las abejas blancas que, antes de bautizarla, entraban y salían de su boca, sin dañarla.
En Ontinyent, las amas de casa reparten rosas
Por tierras valencianas
La veneración iba a gozar de un fuerte arraigo en la Comunitat Valenciana, y las guías aún señalan que esta se celebra en Alcàsser ( l’Horta Sud), Castellón de la Plana, Ontinyent (Vall d’Albaida) y Rafelguaraf (Ribera Alta), aunque alguna otra apura más y señala a Paterna (l’Horta de València) y al mismísimo ‘cap i casal’.
En cuanto a Alcàsser, con fallas en marzo, fiestas patronales en julio (a la Virgen del Carmen), mayores en agosto (al Santísimo Cristo de la Fe) o Moros y Cristianos, la solemnización a Santa Rita no pasa de algo litúrgico y testimonial. ¿Y Paterna? Tiene un barrio dedicado a la santa, con centro de salud, pero el celebrado Correfoc de Santa Rita toca en las fiestas agosteñas, que incluyen Moros y Cristianos.
Allá por el XVIII se imprimió en València un exitoso cuadernillo biográfico
La historia impresa
Algo parecido sucede con València capital, que asume las ‘santas ritas’ de su zona metropolitana (obviamente, las de Alcàsser y Paterna) y una calle de Santa Rita que se da del brazo con la Jefatura de Policía de la Generalitat Valenciana para asomarse al campo de fútbol Puente de Madera. Pero la importancia aquí es otra: el ‘Romance de la vida, y muerte de Santa Rita de Cassia’, atribuido en algunas fuentes a Agustín Laborda y Campo (1743-1776).
En realidad Agustín Laborda era un impresor, no un escritor, aunque es bien cierto que se convirtió en uno de los principales editores españoles de la literatura en pliegos sueltos o ‘de cordel’ (no se encuadernaban las hojas, que se vendían en tendederos de cuerdas). En este caso, publicado en una fecha indeterminada entre 1746 y 1775, cuando funcionó la imprenta de Laborda, tenemos tres pliegos, coronados por una ilustración.
Relato de cordel
El texto, que se puede consultar en la Biblioteca Valenciana Digital, nos relata bastante bien una de las principales versiones de la sufrida leyenda sobre la santa, y eso que la obrilla empieza tal que así: “Alto, y Divino Señor, Criador de Cielo y tierra, desatad mi torpe labio, para que yo contar pueda, la Vida mas milagrosa, de la Viuda mas perfecta”.
Y continúa: “Virgen en tus pensamientos, Martyr en tus penitencias, la Guia de Religiosas, el Norte de las Doncellas, el Dechado de Casadas, la Emulación de ella mesma”. Y por cierto, la última frase es esta: “Se hallarà en Valencia en la Imprenta de Agustin Laborda y Campo”. Si bien en la ciudad no es festivo el 22 de mayo, en aquellas hojas se aportó mucho a la fijación de la veneración de la santa.