Entrevista > Juanma Mérida / Ciclista de ultrafondo y aventurero (Villena, 1989)
Ataviado de su bicicleta, una tienda de campaña, una bolsa con una muda y una pequeña caja de herramientas, Juanma Mérida ha cruzado África en 150 días. Un total de 12.385 kilómetros desde Alejandría, en Egipto, hasta Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, cruzando Sudán, Etiopía, Kenia, Tanzania, Zambia, Botsuana y Namibia.
Este ciclista villenense de ultrafondo, ha conjugado sus dos pasiones y en el último año ha cruzado Europa y África a lomos de una bicicleta. Su canal de YouTube y sus perfiles sociales dan cuenta de esta verdadera hazaña, sobre la que ya está preparando un libro ilustrativo.
¿Cómo surge la idea de cruzar África en solitario, con la única compañía de tu bicicleta?
Esto no surge de la noche a la mañana. Ya había recorrido la península ibérica, explorado el Marruecos más profundo, y realizado mi viaje por toda Europa. África suponía llevar mis viajes en bicicleta al siguiente nivel.
«Europa fue más interesante culturalmente, pero África ha sido mucho más salvaje e impredecible»
¿Qué aventura ha sido más emocionante, cruzar África o Europa?
Las dos han sido tan emocionantes, que no me podría decidir por un continente, ya que, entre ellos, hay una diferencia abismal.
Europa fue más interesante y variado culturalmente, pero África ha sido mucho más salvaje e impredecible. Me ha obligado a ser mejor y más fuerte cada día.
Podemos pensar que estar tantos meses fuera de casa es muy caro económicamente. ¿Cuánto dinero te ha supuesto conseguir estos retos?
Todos los datos del viaje están públicos en mis redes sociales. En Europa gasté 936 euros, ya que nunca dormí en ningún lugar de pago. Esto en África ha sido inviable. Entre visados, billetes de avión y algunos alojamientos he gastado 2.475 euros.
Gastar tan poco dinero me ha supuesto un esfuerzo extra. Con la ventaja de que me da la oportunidad para seguir recorriendo todos los rincones de nuestro precioso mundo.
¿Cómo es posible completar esa hazaña con tan poco presupuesto económico?
No me gusta refugiarme en el dinero para que el viaje sea más fácil y cómodo, todo lo contrario. Gastando tan poco me obliga a interactuar más con la gente local y a disfrutar de un viaje mucho más emocionante e impredecible.
Es superexcitante y arriesgado no saber dónde voy a dormir y qué voy a comer cada día. La adrenalina que me ofrece esta manera de viajar es mi verdadera gasolina.
«Aunque me pilló en la temporada de lluvias tropicales, mi país favorito ha sido Tanzania»
¿Qué tal ha sido tu alojamiento?
Normalmente pasaba cuatro o cinco días a la semana en mi tienda de campaña, pidiendo permiso a alguna persona local para dormir en su propiedad o en algún lugar que considerase seguro. El resto de los días, en alojamientos muy baratos que al menos me permitan asearme un poco. El alojamiento más caro de mi viaje fue de doce euros en la isla paradisíaca de Zanzíbar en Tanzania y el más barato un euro en Etiopía.
Egipto, Sudán, Etiopía, Tanzania… ¿Cuál ha sido el país más bonito que has recorrido con tu bici?
Aunque me pilló en la temporada de lluvias tropicales, mi país favorito ha sido Tanzania. Sus paisajes verdes tropicales, el respeto y simpatía de sus gentes y su forma tan simple de vivir, han cautivado mis sentidos.
¿Y el más duro de recorrer?
Etiopía, sufrí un continuo acoso verbal y físico. Algunos niños, además de pedirme dinero, me tiraban piedras, y los adolescentes trataban de asustarme con sus machetes y palos. En este país tuve que cambiar mi mente y utilizar diferentes estrategias para lidiar con este gran problema social que tienen hacia los blancos.
«Una leona me observaba a cien metros y, sin dejar de mirarla, levanté mi bici a pulso para parecer más grande»
¿Nos podrías explicar lo ocurrido en Tanzania con una leona?
Es uno de los vídeos estrella de mi canal de YouTube. Estaba cruzando el Parque Nacional de Mikumi en el sur de Tanzania, hasta el momento había visto un montón de animales, pero ninguno tan peligroso como una leona salvaje. Allí estaba, a tan solo cien metros de distancia de la carretera, observándome con una mirada fija y profunda.
Inmediatamente me paré y sin dejar de mirarla fijamente a los ojos, levanté la bicicleta a pulso para parecer más grande. Después de unos eternos segundos empezó a retroceder, sinceramente pasé mucho miedo.
¿Qué ha sido lo más difícil de este reto?
Para mí, lo más difícil ha sido la parte emocional. Ver de primera mano en las condiciones que viven cientos de miles de personas en algunas zonas de África, es absolutamente desolador.
¿Cuáles son los retos que tienes en mente para el futuro?
Necesito un tiempo para digerir tantas experiencias y aventuras. Darles tiempo a mis sueños para que vayan moldeando mi próxima locura, y por supuesto, tratar de conseguir algo de dinero que me permita comprar lo más valioso: tiempo.