Un estudio liderado la Unidad Mixta de Investigación del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), en el que participa el profesor del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Alicante (UA) Antonio Martínez Lorente (en la imagen), descubre un mecanismo por el cual las células evaden la quimioterapia y no sólo sobreviven a ella, sino que se vuelven más agresivas. En el proceso es clave la síntesis de proteínas que permite a las células adaptarse al estrés provocado por la quimioterapia. Al conocer mejor el mecanismo y las características de las células que sobreviven se podría intervenir en el proceso mediante la combinación de fármacos ya existentes, mejorando la eficacia de los tratamientos.
Es fundamental profundizar en el conocimiento de los mecanismos de resistencia a las terapias antitumorales para poder mejorar la eficacia de los tratamientos. El grupo liderado por el investigador Francisco José Iborra en la Unidad Mixta de Investigación del IBV-CSIC y el CIPF estudia estos mecanismos de resistencia a las terapias oncológicas mediante líneas celulares derivadas de tumores humanos, que someten a tratamiento y donde estudian los cambios que se han producido en las células resistentes.
Así, «en este estudio hemos encontrado que un mecanismo que usan las células para evadir la quimioterapia es consecuencia de la respuesta al estrés que induce la propia quimioterapia», Iborra. Esta respuesta desencadena la degradación de proteínas, que hace que la concentración de sus componentes básicos (aminoácidos) aumente dentro de la célula, induciendo a su vez la síntesis de proteínas.
Como resultado final, la célula reduce su tamaño y aumenta el recambio de proteínas. «Este último punto es muy importante, ya que un alto recambio proteico es necesario para la plasticidad celular, ya que las células deben responder cambiando su fenotipo», asegura el investigador. Este estudio supone un importante paso, ya que abre la posibilidad a diseñar terapias combinadas más dirigidas y eficaces para el tratamiento del cáncer y mejorar, por tanto, los tratamientos actuales, aumentar la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes.
Este estudio, publicado en la revista Signal Transduction and Targeted Therapy, supone un importante paso, ya que abre la posibilidad a diseñar terapias combinadas más dirigidas y eficaces para el tratamiento del cáncer y mejorar, por tanto, los tratamientos actuales, aumentar la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes. «Podremos diseñar terapias con inhibidores de síntesis de proteínas, o inhibidores de proteasoma o autofagia, que permitirán aumentar la eficacia de la quimioterapia», sostiene el investigador del CSIC.
«En nuestro laboratorio hemos estudiado esta posibilidad y hemos observado que dichas combinaciones ejercen un efecto sinérgico positivo, lo que sugiere que dicha estrategia podría ser útil parta el tratamiento de tumores resistentes a la quimioterapia», destaca Francisco José Iborra. «Pero antes de pasar al ámbito clínico, debemos de probar estas combinaciones en modelos animales», remarca.
Esta investigación se ha realizado en los laboratorios del CIPF en Valencia, utilizando líneas celulares tumorales en cultivo de varios tipos de tumores y modelado computacional. La investigación se ha desarrollado con la colaboración del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), el Hospital del Vinalopó, la Universidad de Helsinki (Finlandia) y la Universidad de Alicante.
El profesor de la Universidad de Alicante Antonio Martínez Lorente, que también es patólogo en el Hospital del Vinalopó y responsable de la asignatura de Histología General del Grado en Medicina de la UA que se pondrá en marcha el próximo curso, destaca que «el doctor Iborra lleva casi veinte años colaborando con el grupo de Biotecnología de la UA, siendo actualmente profesor en el programa de doctorado en Ciencias de la Salud y en el Máster de formación permanente en Medicina Reproductiva».