Juan Ramón González / Cantante
Juan Ramón González (La Vall d’Uixó, Castellón, 5-octubre-1960), conocido artísticamente como Juan Ramón, es uno de los mayores artistas que ha dado la Comunitat Valenciana. Gran emprendedor, tuvo que trasladarse a Miami para crecer definitivamente como cantante -gracias a una voz prodigiosa- y actor.
Permaneció un total de catorce años en Florida, cosechando numerosos éxitos en Latinoamérica y en los Estados Unidos. De vuelta a su estimada València, añorando a sus hijos, realizó muchísimos y variados trabajos: discos, obras de teatro, musicales y emotivos homenajes a grandes como Camilo Sesto o Nino Bravo.
Persona polivalente, cariñoso y sumamente valiente, con una vida plagada de anécdotas -que recuerda con detalle-, a día de hoy produce un sinfín de propuestas artísticas, todas exitosas y algunas de ellas interpretadas por él mismo.
Gran aficionado al Valencia, le dedicó un disco completo al club de sus amores, sin cobrar nada. Ya antes había ofrecido un bonito trabajo al territorio valenciano, titulado ‘Mi tierra vívela’, “una invitación al mundo para que conozca a través del pentagrama lo grandiosa que es mi tierra”.
«Gran aficionado al Valencia, le dedicó un disco completo al club de sus amores, sin cobrar nada»
¿Qué estás haciendo ahora?
Llevo en marcha catorce producciones, de todo tipo, desde musicales a fusiones entre lírica y pop. Uno de estos grupos es ‘In Vivo’, compuesto por tres tenores y un barítono, en el que hacemos un repertorio variado tocando estilos y géneros de todo tipo -baladas, zarzuelas, rancheras, ópera…-, mediante un show más animado.
Tenemos otro grupo, de cuatro chicas, ‘Divinas’, con una excelente puesta en escena y en el que conjugan las tesituras agudas que tienen las chicas, unas grandes de artistas (Charo Giménez, Maria Kosenkova, Vera del Pino y Olga Vitiv). Tienen mucho éxito, gracias a versiones de grupos como Abba, The Beatles, Mecano y temas de las bandas sonoras más conocidas.
También excelente es ‘The Three Tenors’, en el que actúan los mismos artistas que ‘In Vivo’ sin mí. Es decir, Antonio Iranzo, Eros Pons y Jordi Sánchez.
¿De dónde sacas tanta energía?
De la ilusión, que dicen que mueve montañas. Cuando tú amas lo que haces e implica tu vida, la energía viene sola. Esté como esté, cuando subo a un escenario me transformo, porque estoy haciendo lo que más me gusta.
¿Cuántas personas trabajan para ti?
Entre todos los grupos, más de cuarenta. Desde pequeño he sido siempre muy emprendedor y todo lo que he conseguido ha sido a base de tesón y esfuerzo.
He conseguido todo lo que me he propuesto profesional y artísticamente hablando.
Hagamos un viaje en el tiempo. ¿Cómo fue tu infancia?
Éramos seis hermanos, los cuatro primeros varones, y pronto nos quedamos sin padre, cuyo sueño siempre fue que nos dedicáramos al toreo o a la canción.
Crecimos en la Vall d’Uixó, el pueblo más torero de España, y comencé con ese arte por darle el gusto a mi padre. Incluso a los doce años tuve una cogida bastante grave.
Allí, durante las temporadas de verano, trabajábamos en el campo y cantaba subido en un árbol -‘El príncipe gitano’, entre otras canciones-, ya con ocho o nueve años.
«De bien joven toreaba y trabajaba en el campo, donde empecé a cantar subido a los árboles»
¿Sientes orgullo de tu pueblo?
Muchísimo, tanto es así que los días libres intento escaparme a pasear por sus montañas. De hecho, en mi disco ‘Mi tierra, vívela’ hay una canción llamada ‘La Vall’, en honor a mi localidad natal.
¿Quién te introduce en la música?
Mi madre sufría mucho y cuando nos trasladamos a València, ya fallecido mi padre, monté el grupo de música ‘Pilila Rock’, en el que cantaba y tocaba el bajo.
¿Fue clave en tu progresión el Festival del Mediterráneo?
Allí, en Antalya (Turquía), gané con la canción ‘A diez mil metros de ti’, compuesta por Augusto Algueró, pero no, apenas tuvo repercusión ese triunfo.
¿Marchas entonces a Miami?
A Miami me marché cuatro años después. Antes estuve en numerosos locales de España, donde cogí muchas tablas como artista, cantante y showman.
Donde iba se llenaba el local, siendo en ese momento el cantante más contratado.
«Antes de irme a Miami, estuve en numerosos locales de toda España cogiendo tablas como artista y cantante»
Háblanos de tu periplo americano.
Estando en Zaragoza, inaugurando la sala ‘Garden’, hacía dos pases. Durante el intermedio salía y hacía de relaciones públicas, principalmente con las mujeres.
En un lapsus, me tocó por la espalda una extraña mujer y me dijo que tenía un mensaje del más allá, que necesitaba explicarme en privado. Me dejó intrigado y nos fuimos a mi camerino, donde me señaló que “tenía que irme, esa misma semana, a un viaje a través del océano para cumplir el sueño de mi vida”.
Le cuestioné si era a Miami, a lo que contestó que podría ser, pero debía ser esa misma semana. Me giré a hacerle otra pregunta y la mujer había desaparecido, sin abrir la puerta, como si de un espectro se tratase.
¿Y qué pasó?
Salí asustado del camerino, directamente a la barra, preguntando por esa mujer. Nadie la recordaba.
Llegué a mi casa y le dije a mi mujer lo que me había pasado y que me iba a Miami. Saqué un pasaje, el 28 de marzo de 1988, me instalé en el mejor hotel de la ciudad y esa misma noche ya canté en el ‘Chip Chap’, un lugar muy famoso de la Calle 8.
«En mi primera noche en Florida pedí cantar en directo en un famoso club, y tuve un éxito enorme e inmediato»
¿Cómo fue ese debut?
Pedí humildemente a los músicos que me dejaran cantar y, tras hablar con el encargado, el señor Alarcón, pude demostrar mi talento.
Le había dicho que era un cantante profesional, que nunca había actuado en Estados Unidos y si me hacía el favor de cantar cuatro o cinco canciones. Accedieron y gusté tanto que aquello se caía, todos encima de las mesas para poderme ver mejor.
Miami es la capital musical de Latinoamérica y la repercusión fue brutal, tanto que tres meses después era número uno en diecisiete países del continente americano.
¿Cuánto tiempo pasaste en Miami?
Un total de catorce años. Quise llevarme a mi mujer de entonces, pero no se adaptó ni le gustó el colegio que había para los críos.
Mi mujer pasaba más tiempo sola que en España, porque yo estaba volando de un país a otro: era una personalidad muy famosa en numerosos países (Venezuela, Chile o República Dominicana, entre otros muchos), además de para la comunidad latina de Nueva York, Chicago, Nueva Orleans…
Más tarde te amadrina Lola Flores y Rocío Jurado.
Sí, Lola Flores quiso también entregarme el premio al mejor cantante del año. De hecho, no salía por Miami si no era al lado de su amigo Juanra.
Lo mismo hizo mi querida Rocío Jurado, en este caso en el Waldorf Astoria de Nueva York, siendo entonces yo el número uno del ‘hit parade’, la lista más importante de éxitos. Había recibido asimismo el galardón al Cantante Revelación del año.
¿Era el mejor momento de tu carrera?
Sin duda, estaba en un instante pletórico de mi trayectoria profesional, con un álbum ‘Amante aventurero’, que fue un enorme pelotazo. Participaba en un sinfín de programas de televisión, mi música sonaba constantemente y actué en diversas telenovelas.
Gracias a los famosos culebrones tuve muchísimo éxito en países como Venezuela, se volvían locos conmigo.
¿En cuáles trabajaste?
Fui el único actor español que trabajó con una de las escritoras más aclamadas del mundo, Delia Fiallo, autora de radionovelas y telenovelas como ‘Crystal’, ‘La dama de rosa’ o ‘Pobre diabla’.
Destacó mi trabajo en ‘Kassandra’, que ostenta el récord Guinness de telenovela más vista y más traducida del mundo. Fui coprotagonista de esa novela.
Ya en España hice de galán protagonista, como ‘A flor de pell’, en Canal 9, donde hago el papel de José Manuel, un estafador. En la serie había grandes actores, como Juli Mira o Queta Claver.
«Entre mis musicales actuales sobresalen ‘In Vivo’, en el que actúo ‘Divinas’ y ‘The Three Tenors’»
También has triunfado en musicales.
Esos éxitos llamaron la atención de otras personas, y se me abrieron las puertas también en musicales, ya de nuevo en España. Llevaba, además, mucho tiempo en América, con constantes vuelos, cambios horarios, cansado… Y decidí regresar definitivamente a mi país, en 2005.
Hice seguidamente ‘Suspiros de España’, ‘Latino’ y ‘Zarzuélika’, una preciosa antología a la zarzuela, coreografiada por Marieta Romero. De todos me siento muy orgulloso. Había actuado ya antes con grandes del teatro como José Tamayo, Concha Márquez Piquer o Marujita Díaz.
Y de los actuales…
Sobresale el homenaje que rendimos a Rocío Jurado y Nino Bravo, ‘Al fin juntos’, interpretado por Blanca Villa, Merche Lois y yo mismo en el cincuenta aniversario de su fallecimiento. Dicen, por mi versatilidad, que soy el que más se acerca al estilo de Nino Bravo, al que crecí escuchando.
Además, el tributo a Camilo Sesto en ‘Jesucristo Superstar’, con un brillante Jordi Sánchez, y ‘Licencia para imitar’.
Otra de tus hazañas fue en Viña del Mar.
Sí, en su certamen fui contratado por ser el artista más votado y querido de Chile. Logré ‘El Laurel de Oro’ dos años consecutivos (1989 y 1990) y compartí escenario con artistas internacionales de la talla de Luis Miguel y ‘Europe’.
En ese periodo, un día en casa de mi amiga Gloria Stefan, apareció Quincy Jones, con el que también entablé una gran amistad.
¿Te consideras profeta en tu tierra?
Desde el principio de mi carrera, porque he tenido y tengo un público que me sigue y soy uno de los cantantes valencianos más contratados en la ‘terreta’.
Eres también un gran valencianista.
Por supuesto, desde siempre. En un homenaje a Fernando Colomer le dediqué una canción, suscitando la emoción de todos los presentes.
Esa misma noche el entonces presidente del club, Pedro Cortés, me encarga grabar el disco oficial del club, idea que acogí con entusiasmo.
El trabajo fue ‘Som del València’, cuyo contenido se compone de seis canciones inéditas y los dos himnos oficiales, el del equipo y el de la Comunitat.
¿Sufriste mucho el pasado año?
Ufff, hubo momentos que vi al equipo en Segunda División, como a mediados de los ochenta. Lo mejor del club es su afición, siempre fiel. Es una pasada.
Sé que habéis estado distanciados tu hermano Francisco y tú. No estaría mal que interpretarais algún día ‘Al fin juntos’…
Es cierto que lo hemos estado y a mí me encantaría.