Alejandro López García (València, 1-abril-1977) es ‘Jandro’, un sonriente mago que entró en nuestras vidas a través de la pequeña pantalla, principalmente por medio de sus actuaciones en ‘El Hormiguero’. Sin embargo, este ‘showman’ valenciano es mucho más: actor, guionista, presentador, humorista…
Fueron muchos los referentes que le marcaron desde bien pequeño, aunque uno sobresale por encima de todos, el gran Juan Tamariz, maestro de tantos. Después de muchos años en el programa de Pablo Motos, ahora presenta en solitario ‘Jandro: Descabellado’.
Se trata, sin duda, de su obra más elaborada y promete sorprender a todos y cada uno de los espectadores, como hará el 11 de noviembre en el Teatro Municipal de Torrevieja. Repasamos con él su brillante trayectoria y conocemos sus próximos proyectos.
Naciste el primero de abril, día de las bromas en el mundo anglosajón. ¿Tu vida ya estaba predestinada?
Exacto, el April Fools’ Day es el día de las bromas, nuestro Santos Inocentes (28 de diciembre), pero ‘fool’ también es tonto en inglés, es decir, es el día de los tontos, de las tonterías. De alguna forma era una señal (risas).
«Han sido quince años en ‘El Hormiguero’, haciendo de todo delante y detrás de las cámaras»
De pequeño, ¿cómo llegó la magia a tu vida?
En un primer momento por la televisión: nuestra generación no tenía Youtube ni estas cosas. Nuestros referentes eran los que veías en la tv, como Juan Tamariz, Pepe Carrol o El Magic Andreu, entre otros. Yo me dije ¡esto es una pasada!
Salieron entonces los fascículos de magia de Tamariz, en los quioscos. Mi padre me compró el primero y yo acabé haciéndome la colección, que fueron 72 semanas. Anteriormente las cosas costaban un poquito más que ahora, que le das a un ‘click’ y tienes un curso de magia.
Fue un proceso lento, semana a semana, pero muy interesante.
¿Quiénes eran tus otros referentes a nivel humorístico?
‘La Trinca’ me fascinaba, cuando hacían de trogloditas (ríe), aunque el que más me encantaba era Emilio Aragón. Más tarde, ya en Estados Unidos, descubrí a Johnny Carson, Chris Rock, Richard Pryor, Jerry Seinfeld…
¿Cómo fue el paso de las primeras actuaciones, frente a tu familia, a un público más numeroso?
De una forma progresiva. Realmente nunca pensé que iba a actuar: empecé porque a mí me gustaba. Primero en reuniones familiares, después algún cumpleaños y, de repente, un día me encontré en un congreso con trescientos magos en Almussafes diciéndome ¿qué hago aquí?
«Este nuevo espectáculo es, sin duda, el mayor que he hecho en mi carrera: es sumamente completo»
Llegas entonces a la televisión, ¿qué recuerdos tienes de tus inicios?
Fue en la autonómica valenciana, lo que era Canal 9, con Ximo Rovira y otros programas. Hice seguidamente una serie de magia en TV3 que se llamaba ‘Il.lusionadors’, de ahí a Cuatro, que acababa de arrancar, con el ‘Nada x aquí’, en el que hicimos tres temporadas, y después ‘El Hormiguero’.
¿De qué forma contactó contigo Pablo Motos?
Estaba trabajando como guionista externo para Andreu Buenafuente y Jordi Évole, entonces ‘El Follonero’. Pablo vino a verme actuar a un pub en Madrid, le gustó cómo lo hacía y me fichó para su programa.
Le debes gran parte de tu fama a ‘El Hormiguero’, donde hacías de todo…
Sin duda, han sido quince temporadas desarrollando muchísimas funciones: coordinador de guiones -detrás de las cámaras, con muchas reuniones con producción, realización…-, magia, cámaras ocultas, musicales y de todo un poco.
¿Cuál es tu opinión sobre los que desvelan los trucos de magia?
Es una pena, porque lo bonito de la magia es sorprenderse y eso se basa en el truco, porque sin truco no hay sorpresa, no hay ilusión. Pero lo que revelan, básicamente, son trucos muy visuales, que tienen un ángulo (desde otro ya se ve el truco) y cosas para cámara, no que se hagan después en un teatro.
Los trucos que se hacen sobre un escenario están mucho más elaborados, con rutinas más creativas y la magia sigue impactando exactamente igual.
«La magia española tiene el futuro asegurado, vienen de otros países a aprender de nosotros»
¿No se está desvirtuando algo tan bonito?
En parte sí. Se trata de un consumo rápido, en las redes sociales, en el que se ven numerosos trucos. Pero, insisto, no tiene nada que ver con lo que van a ver en el teatro.
Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero realmente son personas que no saben valorar todo el trabajo y sufrimiento de los maestros de la magia. No aprecian el ingenio que hay detrás de un truco.
Eso les genera dinero a través de las redes sociales y ya está. No aman el arte, no entienden de emociones y ni van a actuar delante de un público, porque éste les da igual.
¿Qué representan para ti los cinco galardones del ‘Fool Us’ de Las Vegas?
Ha sido muy emocionante ganarlos, aunque no son un objetivo en la vida, sino un estímulo. Un reconocimiento de que voy por el buen camino: no puedo pensar que los he ganado y ya me puedo retirar, al contrario.
Significa que en un determinado momento has hecho las cosas bien y te motiva para seguir creando cosas nuevas.
Vienes ahora a Torrevieja con un nuevo espectáculo.
Sí, con ‘Jandro: Descabellado’, el show más grande que he hecho hasta ahora, que tiene de todo: grandes ilusiones, magia hablada, magia musical, participación del público, sombras chinas…
Va a ser un compendio de muchas cosas, con diferentes trucos y emociones, un show en definitiva muy completo, de unos noventa minutos.
¿Qué es lo que más va a sorprender?
Quizás la magia interactiva, en la que todos los espectadores -desde su butaca- participan al mismo tiempo. No tienen que subir al escenario.
«El público anglosajón, que es muy diferente, me ve como un bicho raro y les hago gracia»
Dices que la magia nacional es de las mejores del mundo. ¿Cómo ves a los nuevos, a los magos del futuro?
Su futuro es fantástico, porque tenemos una escuela legendaria, con una muy buena base a nivel de estructuras y psicología, creado por Arturo de Ascania, Juan Tamariz o Gaby.
Realmente somos una envidia en otros países que vienen a España a estudiar la estructura, es decir, lo que hay detrás de la magia, no el truco, sino cómo se crea y la emoción que provocas, mucho más potente.
Sabes lo que siente el espectador y, entre comillas, engañarles, ilusionarles, para que realmente lo que vayan a ver, el ‘milagro’, les impacte mucho más.
¿Cuáles son las diferencias que encuentras entre el propio público español?
Hay muchas, aunque en general tienen algo en común, que a todos les gusta pasarlo bien. Les agrada reír y disfrutar.
Sí es cierto que hay lugares que durante el show aplauden menos y al final te dan una gran ovación, mientras en otros son más escandalosos todo el rato. Pero normalmente los que acuden al teatro vienen a reírse. No notas esa frialdad, más bien al contrario, hay un cariño tremendo.
¿Y cuándo tienes que actuar en inglés, frente a una audiencia tan singular?
La diferencia va más allá del idioma, es cultural, de empatizar con ellos. No vale con traducir las frases, tienes que decirlas de otra forma, porque quizás algunas con sentido aquí no tienen ninguno en Estados Unidos.
Además, el ritmo es mucho más difícil y tienes incluso que pensar en inglés. Afortunadamente me ven como un bicho raro, que les hace gracia.
¿Cómo haces cuando tienes un público algo menos receptivo?
Tirar para adelante, intentando analizar qué está fallando, por qué no estás llegando a ellos… Pueden ser muchísimas cosas, como el horario, que hayas dicho algo al inicio que no deberías, que sea un mal día o que haya sucedido una desgracia hace pocas horas.
En otras ocasiones, piensas que no está yendo bien, pero en realidad es un público algo más duro que al final te brinda una gran ovación.
Nuevos proyectos que nos puedas avanzar.
Sigo de gira con este gran espectáculo y además estoy estudiando cine. Próximamente presentaré un corto y una película que he escrito.
Quiero aprender cine porque es muy parecido a la magia, se trata de crear una ficción para, de alguna manera, sacar alguna emoción al espectador.
¿Algo más, Jandro?
Os espero a todos en Torrevieja, nos haremos unas risas y será una velada inolvidable.