Este pasado mes de noviembre se celebró la primera edición de las Jornadas de Innovación Educativa en nuestra ciudad y el IES San Vicente acudió a la cita para presentar dos interesantes proyectos educativos: ‘Gestión de residuos’ y ‘Trauma por adversidad temprana‘.
Para conocer más a fondo en qué consisten, hemos querido conversar con los profesores de Secundaria que los han sacado adelante empleando muchas horas de su tiempo libre y sin percibir ningún tipo de remuneración extra por ello. Simplemente lo han hecho por su vocación como docentes, para mejorar el instituto y, a fin de cuentas, nuestra sociedad.
Gestión de residuos
“En el IES San Vicente tenemos más de 2.000 alumnos. Sumando también a profesores y trabajadores… igualamos e incluso superamos la población de muchos pueblos. Somos mucha gente y detectamos que había una necesidad de que todos mejorásemos la forma de gestionar los residuos. Así nació nuestro proyecto” nos cuentan Puri Gómez y Santi García, profesores de Física y Biología respectivamente.
En 2021 comenzaron realizando charlas en las aulas para sensibilizar sobre el reciclaje de los diferentes productos. “Por ejemplo un día nos pusimos a recoger todo el papel de aluminio de los envoltorios para el almuerzo. Con ello hicimos una gran bola que pesaba varios kilos” recuerdan.
Así, poco a poco, fueron logrando involucrar a los alumnos, quienes se animaron a realizar pósters informativos sobre el correcto reciclaje de residuos orgánicos, electrónicos, baterías, etc. con el lema ‘Creo en la reencarnación de la basura. Dale otra vida’.
Cada año el instituto premia a la clase más recicladora
Reciclaje y compost
Actualmente el instituto cuenta con contenedores de diferentes tipos repartidos por el centro. Además, en cada aula hay un alumno encargado de velar por la separación de residuos y recientemente se ha creado una ‘patrulla verde’ de estudiantes voluntarios para realizar indicaciones sobre el correcto reciclaje.
“La comunicación entre iguales siempre es mucho más efectiva. Su objetivo no es regañar, sino hacer recomendaciones y agradecer los esfuerzos positivos a sus compañeros. Al final del curso el aula más sostenible recibe un premio” nos señalan.
No conformes con reciclar, el IES San Vicente también fabrica su propio compostaje. “Los alumnos, profesores o personal del centro que quieren participar voluntariamente nos traen sus residuos orgánicos de casa y con ello fabricamos el compost, a través de una máquina de 200 litros que nos cedió el consorcio Terra. Luego lo utilizamos en un huerto escolar ubicado en el patio donde cultivamos calabazas, tomates, pimientos, etc. Aquí están participando alumnos de todos los cursos y de especial” nos relatan.
Los profesores nos aseguran que los auténticos protagonistas de todo este macroproyecto verde que han desarrollado son los alumnos. “Queremos agradecer a los estudiantes que tanto se están implicando. También a la dirección, y al resto de profesores y trabajadores que han participado” nos indican.
Los alumnos realizaron un trabajo de campo para mejorar la sostenibilidad de sus barrios
Comunicación con el ayuntamiento
El proyecto ‘Gestión de residuos’ ha trascendido incluso fuera de las puertas del instituto. En el pasado curso los alumnos llevaron a cabo un trabajo de campo con el fin de detectar los principales problemas medioambientales habidos en sus propios barrios.
“Realizaron entrevistas a los vecinos y analizaron el nivel de tráfico. En base a estos datos cada uno hizo sus propuestas de mejora y se las enviamos al ayuntamiento. Los chavales se sintieron importantes dado que vieron que podían cambiar cosas en su ciudad”, nos señalan los profesores.
Asimismo, se ha fijado la celebración de una próxima reunión entre el IES San Vicente y el ayuntamiento. “Varios concejales han manifestado su interés en este proyecto. Por nuestra parte vamos a pedirles que nos faciliten tanto contenedores como el traslado de los residuos generados hasta la planta de reciclaje, ya que hasta ahora estos gastos los estamos asumiendo desde el centro” nos manifiestan.
Desde el profesorado se está aprendiendo a identificar a alumnos que han sufrido traumas a edad temprana
Trauma por adversidad temprana
Por otra parte el proyecto ‘Trauma por adversidad temprana’, también desarrollado desde el IES San Vicente, está más centrado en la formación del profesorado. Su principal impulsor es Daniel Álvarez, quien trabaja de docente de Informática y además preside la Asociación de Familias Adoptantes de la Comunidad Valenciana, ‘Adopta2’.
“Yo tengo dos hijos adoptados y también por mi asociación he vivido muy de cerca casos de niños que han sufrido traumas entre cero y seis años. Ya de por sí el abandono de sus padres biológicos o el cambio constante de lugares de acogida son hechos traumáticos, pero también los chavales no adoptados pueden sufrir malos tratos, abusos, etc. Todo esto genera una marca que suele ir aparejada a carencias como un menor desarrollo neuronal o de la capacidad cognitiva” nos explica.
Álvarez nos define esta problemática como “una discapacidad invisible” y por eso considera necesario concienciar sobre ello a los demás profesores. “A veces algunas conductas disruptivas en los alumnos, que parecen absurdas, tienen su explicación. Por ejemplo simplemente por hacer ‘tic, tic’ con un bolígrafo un chaval puede saltar porque en su memoria implícita ese sonido le recuerda al que hacían las aspas del ventilador de su orfanato” nos manifiesta.
Formando a los profesores
Por esto se han realizado seminarios para los profesores, tanto del IES San Vicente como de otros colegios e institutos, con el fin de enseñar a identificar a este tipo de alumnos, así como a gestionar estas situaciones.
“Normalmente lo habitual es que se apliquen medidas disciplinarias hacia un alumno que se porta mal, cuando en algunos casos son chavales que necesitan ayuda profesional porque tienen mucha ira acumulada por las situaciones vividas. Lo ideal es que haya un protocolo de actuación, como ocurre con casos de Asperger o hiperactividad. Queremos que el instituto sea un sitio seguro para este tipo de estudiantes y se trabaje correctamente con ellos. Gracias a esta iniciativa ya hemos conseguido detectar varios casos de trauma por adversidad temprana” nos señala Álvarez.
El profesor aprovecha para reivindicar que este tipo de pedagogías emocionales se incluyan más en la carrera de Magisterio y en los másteres para ejercer el profesorado en Secundaria. “Los profesores no somos psicólogos y, como esto no se nos enseña debidamente, nosotros lo intentamos cubrir con estos seminarios” nos aduce.