Entrevista > Óscar Villada / Artista constructor de fallas y hogueras (València, 25-febrero-1973)
Es sinceramente modesto y solícito. Quizá no se da a sí mismo la importancia que ha logrado a base de su trabajo construyendo multipremiados monumentos de arte efímero para València y Alicante. Casi siempre, eso sí, en infantil, donde Óscar Villada, artista fallero y foguerer radicado en Alfafar, se ha hecho un nombre importante.
Comisiones de ambas capitales provinciales, como, a bote pronto, Dalt-Sant Tomeu, Gran Vía-Garbinet, Monestir de Poblet-A. Albiñana, Plaça del Pilar o Sèneca-Autobusos, saben de sus artes. O sus contribuciones a causas solidarias, como la subasta ‘L’aventura de les falles’, para Regne de València-Duc de Calàbria. O la Fundación Pequeño Deseo. Mucho que contar justo cuando anuncia un mutis por el foro.
¿No más fallas, no más hogueras?
Te digo lo que suelo contestar cuando me hacen esta pregunta: “¿es que abandonas ya las fallas y las hogueras?”. Mira, digamos que he hecho de momento un paréntesis. No tengo ni idea de si volveré a corto, medio o largo plazo. Aunque no lo he dejado del todo, no me he desvinculado, sigo colaborando, en diferentes proyectos…
No he cerrado la puerta, me tomo un tiempo de relajo como artista fallero y foguerer, pero no he abandonado este trabajo que me gusta mucho. Mantener hoy un taller es complicado, por el aumento del precio de los materiales. Y la pandemia, además, como a todos, nos lio.
«Me tomo un tiempo de relajo como artista fallero y foguerer»
¿Se vuelve más difícil?
Los primeros años tienes toda la ilusión del mundo, por disfrutar de algo que te gusta, pero al final es una obligación extra, que hay que responder, y entonces tienes que pagar para que te ayuden… Si me dedicara al cien por cien a esto, ya sería otra cosa, pero mi trabajo principal no es este…
De hecho, laboralmente estás en las artes gráficas. ¿Hay influencias mutuas entre ambos mundos?
Totalmente. Es que a mí el sector gráfico siempre me ha gustado, con labores como la serigrafía. En las artes gráficas trabajo formulando colores. Siempre he estado vinculado a esto. Y claro, como siempre he tenido esta inquietud, esto creo que se refleja también en mis fallas y hogueras.
«Si miras más por los premios, entonces estás perdido»
En tus monumentos veo dibujos animados, colorido. También influencia del ‘por art’, trasfondo didáctico, pero siempre me vienen a la mente los ‘cartoons’.
Es curioso, porque una persona me decía hace poco: “has conseguido, el mundo del 2D, transformarlo en 3D”. Hombre, es que los dibujos animados son una de mis influencias, más en los monumentos infantiles, que tengo que ver lo que ven los niños. Vincular ambos mundos. A mí me gusta todo: Hanna-Barbera, Bugs Bunny, ‘Mazinger Z’, ‘Bola de drac’, ‘Pocoyó’, ‘Peppa pig’, Disney…
Me influyen los diseños, los colores. Y también el arte pop, con un estilo muy gráfico, de colores planos.
Debutabas en la profesión de la mano de uno de los grandes, el valenciano Juanjo García (1957), muy ligado también a las fiestas de Alcoy, y tomaste clases de dibujo, escultura y pintura con otro grande, el setabense Josep Martínez Mollà (1939). ¿Cómo sucedió?
Pues es una larga historia, pero te lo resumo. Es que, como con las artes gráficas, las fallas son también vocación, desde pequeño, aunque en mi familia nadie se dedicó a esto. Pero yo tampoco vengo al mundo festero desde una formación académica, como te señalaba José Gallego (que me examiné para el gremio el mismo año que él), no soy autodidacta. Como él te decía, no existen los autodidactas.
Me salió lo del trabajo en las artes gráficas. Pero conocí en la empresa donde empecé a trabajar a un compañero que estaba en las fallas. Me dijo: “¿te importaría ayudarnos?”, y no me lo pensé. Luego, durante unos años estuve con Juanjo. Pero fue así, poquito a poquito, hasta donde podía llegar. Y luego Mollà, y en BUP tuve también otros dos grandes profesores: Lola Lliri y Enrique Pons. Aprendí un montón con todos ellos.
«Los ‘nanos’ empiezan a conocerlo todo ahora, por eso busco temas didácticos»
¿Por qué infantiles?
Primero por comodidad. Aunque he colaborado con alguna grande, ya conoces mi taller, da para infantil por el tamaño, el movimiento de piezas. Pero es que además me gusta el mundo de las infantiles. Intentar que a los niños se les quede algo. Entiéndeme, no quiero adoctrinar a nadie, pero sí intentar hacer cosas que sepan valorarlas.
Que desde pequeños se les ofrezca algún valor, pero no algo pesado. Piensa que los ‘nanos’ empiezan a conocerlo todo ahora, y por eso siempre busco temas didácticos.
¿Qué futuro le ves a la fiesta?
Por lo que respecta a las fallas y a las hogueras, por los materiales, está claro que va a dar un giro. Hombre, en las fiestas hay premios, y sin los premios esto sería de otra manera. Aunque aparte de esa presión, lo primero en que pienso es que el trabajo le guste a los niños. Si miras más por los premios, entonces estás perdido.
Pero se pueden hacer cosas muy bonitas sin tanto volumen. Hay nuevas técnicas, como el diseño asistido por ordenador. Creo que va a cambiar mucho.
Orgullo y reconocimiento
En 2014, el ayuntamiento de Alfafar os distinguía a Álvaro Guija y a ti por vuestra labor como los artistas falleros de la localidad, ¿qué suponen reconocimientos como este?
Pues que en tu pueblo te reconozcan como artista es, mira, señalarte que estás en un camino que no es el equivocado. Que me llena de orgullo, como dicen. Ahora, en cuanto al tema laboral… pero si eso te sirve para involucrarte en proyectos como los de la fundación Pequeño Deseo, bien vale.