Entrevista > Laura Cutillas / Trabajadora social de Cruz Roja (Aspe, 18-octubre-1988)
El mundo de la pornografía en internet podría estar a punto de cambiar. Hay una idea que se ha instalado entre los dirigentes y reguladores: proteger a los menores y evitar el acceso temprano al porno, y se están madurando las medidas legales para lograrlo.
Esto es algo que no solo inquieta a los dirigentes, también y especialmente a padres, profesores, y a todas aquellas organizaciones a las que les preocupa la estabilidad en el desarrollo de un menor.
Preocupación en los centros docentes
A iniciativa del instituto de Elche Cayetano Sempere y de Cruz Roja, la trabajadora social Laura Cutillas ha comenzado una serie de charlas entre los alumnos. El motivo es la preocupación del centro por las noticias sobre el aumento del uso del porno en los móviles entre menores. Una iniciativa que podría trasladarse a otros institutos y colegios.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha alertado de que, según los datos que manejan, la edad media de los menores españoles que entra en contacto con el porno a través de un móvil por primera vez está en torno a los ocho años.
Conductas inapropiadas
Estas mismas fuentes señalan que un 20% presenta síntomas de adicción en su uso, así como conductas inapropiadas en torno al sexo para su edad. Incluso se observan tendencias machistas, al considerar a la mujer que ven en el porno como un objeto al que se puede usar a su voluntad.
Sorprende, por otro lado, la presencia de grupos de menores solicitando el servicio de prostitutas que ejercen en la calle.
¿Qué nos puedes contar de las charlas que has iniciado?
Surgen de una iniciativa del instituto Cayetano Sempere, preocupados por las informaciones en torno al uso incontrolado del porno entre los menores a través de los móviles. Se pusieron en contacto con nosotros y nos pusimos en marcha para organizar las charlas.
Acabamos de comenzar, y nos gustaría seguir con ello tanto en institutos como en colegios, porque estamos viendo que está dando buenos resultados.
«Al principio no son ellos los que buscan el porno, sino que el porno los busca a ellos»
Realmente la edad impresiona, ¿no?
Sí. Hay datos que demuestran que la exposición al porno entre menores cada vez es más temprana, a partir de solo ocho años.
Exposiciones que seguramente a esa edad no buscan, sino que te salen de forma espontánea en el móvil, en forma de anuncios muy breves que te aparecen en pantalla, y que te invitan a entrar. Es decir, que tú no buscas el porno, sino que el porno te busca a ti.
¿En qué consisten vuestras charlas?
Yo les hablo entre otras cosas de que el sexo es a esa edad un tema tabú, pero que realmente todo lo que nos rodea está sexualizado, no solo el porno: películas, música, publicidad, etc.
Pretendo darles una formación muy para adolescentes: hay que meterse en su piel para llegar a ellos. Hacerles entender que no tienen por qué tener prisa, y que el sexo es algo que tiene que ir poco a poco. También les intento hacer entender que la realidad no es la que ven en el porno, y de las consecuencias psicológicas y de conducta que puede acarrearles en el futuro.
«No basta con hablar de anatomía, hay que hablarles claro»
¿Les falta información?
En general sí, y se piden consejo entre ellos. En los pasillos de un instituto o en la calle es muy fácil oír entre ellos aquello de “¿Pero aún no lo has hecho? ¿Y a qué esperas? Ah, pues mira, te voy a pasar un vídeo para que veas cómo se hace”.
Mensajes como ese entre menores distorsionan la realidad, y convierten al porno en la principal fuente de información. Además, es gratis y de fácil acceso.
¿Hay por lo tanto una carencia de información sobre el sexo tanto en la enseñanza como en el entorno familiar?
Ese es uno de los problemas. No basta con hablar de anatomía, hay que hablarles claro. Y no por eso se van a interesar más por el sexo, al contrario, lo único que van a conseguir es estar bien informados.
En cuanto al sexo, les preocupa más un embarazo que un contagio por enfermedad venérea, y eso es fruto de la falta de información sobre las graves consecuencias de estas enfermedades.
«Entre las prostitutas de la calle figuran clientes de institutos»
¿Qué consecuencias les puede traer en el futuro para su desarrollo consumir pornografía?
No solo en el futuro puede acarrearles conductas poco apropiadas; yo ya las estoy viendo.
Por mi trabajo me ocupo también de las prostitutas que trabajan en la calle, y sé que entre sus clientes existen grupos de adolescentes de instituto, de alrededor de catorce años, que les piden todo tipo de servicios. Quieren hacer con ellas lo mismo que ven en los vídeos pornográficos. Esto puede degenerar incluso en las llamadas ‘Manadas’ de las que tanto se habla últimamente.
¿Y a más largo plazo?
En el futuro pueden derivar en conductas distorsionadas en el sexo, adicción al porno o problemas de salud mental.
Hay que dejar claro que todo esto no es generalizado y que son solo posibilidades, y que está claro que varía dependiendo de cada menor y de su estabilidad emocional, así como de la educación que han recibido.