Mira que eran difíciles de manejar los camiones de los años setenta. Muchos de aquellos monstruos, en los que más de un conductor (por la época, casi ninguna camionera) se pasaba horas y horas al volante (aún no eran obligatorios los ‘registradores de datos de eventos’ o EDR, establecidos en el ámbito europeo a partir de julio de 2024), ni siquiera contaban con cambios de velocidades sincronizados.
Así que había que tener cuidado al cruzar la N-340, la carretera a Xixona, cuando circulaba alguno de esos ‘bichos’, por ejemplo algún Dodge Turbo 300 articulado (1976), de 275 CV (caballos de vapor) de potencia. Y muchos Barreiros (aquella industria española que fabricó entre 1954 y 1978). Pero constituían señal indiscutible del comienzo de la industrialización, incluso en l’Alacantí, hasta en la agrícola Mutxamel.
Efecto llamada
Los setenta quedaban marcados como los de la definitiva industrialización española, y también como los del comienzo de la propia industrialización mutxamelera, gracias, entre otras, a hilaturas (estas desde los ochenta) y a los primeros apuntes, digamos que fabriles de la agricultura. Los propios censos lo delatan: el municipio pasó de 5.350 habitantes registrados en 1970 a 8.045 en 1981 (el recuento de 2023 registra 27.078).
Uno de los efectos que tuvo la industrialización española, en realidad espejo de la mayoría de ellas, es el efecto llamada, creando un trasiego migratorio (emigrantes, quienes se van; e inmigrantes, quienes llegan) que vacía campos y llena ciudades. Bien es cierto que, en la agrícola Mutxamel, campo, ciudad e industria son todo uno, como por ejemplo ocurriría con la explotación del acostillado, grande y mollar tomate autóctono, introducido en los cincuenta.
Se pasó de 5.350 habitantes en 1970 a 8.045 en 1981
La comarca alicantina
Que los productos de origen agrario (textil, tomates, miel…) fuesen desencadenantes de la industria mutxamelera no resulta extraño. Muchos de los productos ya se elaboraban de forma artesanal desde comienzos de la centuria, la mayoría, o desde antes, y algunos se producían como refuerzo a otras industrias circundantes, como las jijonencas: la heladera (al menos desde el siglo XVI) o la turronera (milenaria, aunque arrancó a finales del XIX).
Cuanto menos, Mutxamel se había convertido en una rica despensa tanto de consumo propio como abastecedora de toda la comarca de l’Alacantí (además de Mutxamel, también Agost, Aigües, Alicante ciudad, Busot, El Campello, la Torre de les Maçanes, Sant Joan d’Alacant, San Vicente del Raspeig y Xixona); y esto incluía además las materias primas para muchos de los productos. El tránsito de camiones quedaba, pues, asegurado.
Mutxamel se convirtió en una rica despensa para l’Alacantí
El Pantanet
Entre 1580 y 1583, la construcción del pantano de Tibi iba a impulsar enormemente esa sempiterna dedicación agrícola mutxamelera, que además de los cultivos secanos (algarrobos, almendros, olivos, vides) empezó a poder gestionar también los regadíos (frutas y verduras), especialmente gracias a la construcción del embalse popular y luego oficialmente conocido como El Pantanet (pantanito), en 1842, con sucesivas ampliaciones en 1874 y en 1947.
La casa adjunta para regular caudales, de 1882, aún potenciará más a un sector primario que comenzará incluso a necesitar de productos auxiliares propios. Las personas más veteranas hasta le adjudican a Mutxamel la fábrica de sacos que luego operó desde Alicante en la barriada de Florida Sur, aunque poca o casi nula información hay actualmente al respecto. La conexión con la capital a través del tranvía, entre 1889 y 1969, aumentó más la aludida potencialidad.
En plena pandemia, llegaban las históricas harineras Cloquell y Bufort
Las áreas industriales
No será, sin embargo, hasta la existencia del polígono industrial Els Plans, sembrado en 1988, cuando comience en serio la aún activa época fabril mutxamelera. En esto, llegaba un tanto a la zaga con respecto, por ejemplo, de la propia capital, cuyo primer polígono, el del Pla de la Vallonga, abría solares en 1962. No obstante, el asunto quedará reflejado también en las gráficas de demografía, que le apuntan al municipio 10.346 habitantes en 1991.
Alimentación, incluido el procesado para comercializar productos de las huertas, más construcción, ecoindustria, electrónica, muebles, servicios urbanos o para los automóviles, talleres ferreteros (cerrajería, ferralla), son algunas de las ofertas que pululan por Els Plans y, creado en 2009, el polígono industrial Riodel. A este último se trasladaban en plena pandemia, desde la capital, las históricas harineras Cloquell (1936) y Bufort (1940).
El milagro económico
Aunque Mutxamel no participó directamente, dada su más tardía industrialización, del ‘milagro económico español’ (1959-1973), iniciado por Plan Nacional de Estabilización (1959), el famoso ‘desarrollismo’, para generar una sólida clase media, es obvio que se benefició de sus resultados, desde su puesto de abastecedora de aguas a parte de l’Alacantí y de materias primas a todo él.
La crisis del petróleo de 1973 fue maquillada en España mediante una participación decisiva del Estado (aunque retrasó un estallido que recibió con bastante fuerza, durante su gobierno, de 1976 a 1981, Adolfo Suárez, 1932-2014), y, lentamente, pero sin mucha pausa, parece que va cogiendo vuelo. Y tránsito de vehículos: hoy como ayer, hay que mirar bien antes de cruzar. Si es que aquellos camiones hasta parece que te miren recelosos, con viveza, algo traviscornados.