Entrevista > María Tinoco / Tasadora de arte (Málaga, 16-enero-1971)
“Lamentablemente en España no se da una buena formación de arte”. Con esta sentencia comenzamos la conversación con María Tinoco, experta en el apasionante mercado de las obras de arte. Empezó estudiando marketing, aunque pronto se dio cuenta de que su pasión era otra bien distinta.
Hizo entonces fotografía, una diplomatura en restauración de obras (muebles y pintura) y un máster en tasación de arte. De hecho, nunca ha dejado de formarse -también en diseño y museología-, “porque el arte es muy subjetivo y complejo al mismo tiempo, con infinidad de ramas”.
Es asimismo profesora en Bellas Artes en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Altea, donde imparte varias asignaturas sobre proyectos y espacios expositivos, y dirigió dos galerías de arte contemporáneo. Con María queremos descubrir infinidad de aspectos de este mundo, cómo son las subastas por dentro -parecido a como las vemos en televisión-, quién fija los precios de las obras y por qué el público español es menos entendido.
¿Qué criterios determinan el precio de una obra?
Primero se debe estudiar la obra, sus características. Evidentemente el autor es muy importante, la dimensión -que en ocasiones influye y en otras no-, que esté firmada, tenga un documento de autentificación, su técnica, la época en la que se realizó, el lugar donde se ha vendido…
«Para marcar el precio de una obra es determinante el autor, si está firmada, la época, su dimensión…»
¿Un cuadro de un pintor muerto es más caro?
No necesariamente, pues cada artista es diferente. Actualmente lo que marca su precio es la demanda y cómo se esté comportando el mercado del arte en ese instante.
Por ejemplo, si un artista de renombre, ya fallecido, tiene pocas obras en el mercado, cuando aparezca una tendrá un gran valor, siempre que haya demanda.
¿Cuánto podría valer a día de hoy un Goya?
De Goya casi no hay obras sobre lienzo en el mercado, que son las más cotizadas. Si saliera una podría alcanzar cifras muy elevadas, como la pagada el pasado año en Nueva York, más de 12,8 millones de euros por un lote de dos retratos femeninos.
¿Cuáles son las otras funciones que realizas como tasadora?
Suelo trabajar con coleccionistas privados, que quieren principalmente saber el precio de las obras.
En València hubo un coleccionismo muy importante de piezas de finales del siglo XIX e inicios del XX, pero al fallecer los dueños, los herederos optan por vender esas colecciones. Se hacen entonces particiones y lotes equitativos para su posterior venta. También me encargo cuando artistas han tenido problemas con sus obras: las han prestado y no se las han devuelto o han sido dañadas.
«Hay falsificaciones que son muy buenas, porque emplean las mismas técnicas, materiales y estilos»
¿Qué sucede en esos casos?
Nos piden una tasación o valoración pericial de la obra. Al ser restauradora puedo indicar los daños ocasionados en la pieza y emitir un informe para reclamar el valor que tiene de mercado.
Hablemos de las falsificaciones.
Hay muchísimas, en pintores muchas veces conocidos, como Joaquín Sorolla. Ahí buscamos una experta -su bisnieta, Blanca Pons- que es quien certifica si es o no auténtico.
Existen copias que son realmente buenas, empleando los falsificadores en muchos casos los lienzos de la época, los mismos pigmentos, técnicas…
¿Muchos cuadros de los museos son falsos?
Debe de haberlos, aunque no sé el porcentaje. En ocasiones, los que trabajamos en esto descubrimos que una obra que se había atribuido a un pintor no era de él, sino de un coetáneo o una copia/falsificación.
El problema es que existen muchas obras en los museos que se han dado por auténticas sin serlo. En algunos casos eso se descubre cuando se restauran y quedan al descubierto indicios que lo demuestran. Esa información no suele hacerse pública, porque no es positiva para la institución.
«Muchas obras que se han dado por auténticas en los museos no lo son, pero no les interesa que se sepa»
¿Las galerías de arte son rentables?
Las que lo son, mucho, pero no son muchas, básicamente porque en España existe muy poco coleccionismo; cuando salen los informes sobre el mercado del arte, ni aparecemos.
¿El público español valora del todo el arte?
Existen estudios que señalan que el mercado del arte funciona mucho mejor en otros países que en el nuestro. Carecemos, sobre todo, de formación; el arte y la cultura en España no están valoradas, desde las propias instituciones y educación que recibimos.
No se fomentan, especialmente el arte contemporáneo, que sigue siendo incomprendido por buena parte de la sociedad. El arte se ha convertido un poco como una parte del consumo turístico, sin valorar que forma parte de nuestro patrimonio y legado para futuras generaciones.
Una curiosidad, ¿dónde están los expolios de los nazis?
Un historiador sabría mejor la respuesta. Supongo que algunas obras se perdieron o destruyeron y otras caerían en colecciones privadas.