Entrevista > Yolanda Muñoz del Águila / Aromatóloga (Les Lilas, Francia, 31-julio-1975)
Desde el punto de vista científico, la aromaterapia se basa en la máxima concentración del principio activo de las plantas, explica Yolanda Muñoz del Águila, experta en la materia, quien nos desvelará sus infinitas propiedades curativas.
Fue fundada por el farmacéutico René-Maurice Gattefosé, quien alertó del uso de los aceites esenciales botánica y bioquímicamente definidos por vía tópica, oral y atmosférica para el tratamiento de patologías. Sin embargo, el alambique -que permite la destilación del agua- lo había mejorado siglos antes Avicena, considerado el padre de la medicina.
“La aromaterapia no es solo oler y ya está -eso es la olfatoterapia-, y para conocer bien esta ciencia debemos estudiar los principios activos”, sostiene, porque ya analizaban el poder antiséptico de los aceites esenciales, apunta, en el Instituto Pasteur donde descubrían la penicilina en 1867.
«Sus beneficios son muchos, al ser la máxima concentración del principio activo de la planta»
¿Son tantos los beneficios de la aromaterapia?
Muchos, porque es el principio activo de la planta. Son antisépticos, antivíricos, antibacterianos, antiparasitarios, antihistamínicos, calmantes, repelentes de insectos…
Para hacernos una idea, una gota de aceite esencial de limón equivale -en cuanto a principio activo- al zumo de diez limones. Pueden tener igualmente sus contraindicaciones; es básico aprender su uso con conocimientos y a conciencia.
¿Alteran el nivel de las hormonas?
Claro, pero principalmente en positivo. Por ejemplo, el de salvia activa los estrógenos de la mujer, que le vendrá muy bien durante la menopausia o en ciertos problemas hormonales.
No obstante, al activar el sistema hormonal, si estamos frente a un caso de cáncer hormonodependiente, está totalmente contraindicado.
¿También es peligrosa la canela?
Es antivírica y antibacteriana, pero asimismo es dermocáustica. Si nos ponemos aceite esencial de canela en unas proporciones equivocadas, nos podemos provocar una quemadura de segundo grado, como he visto en mis cursos.
De igual forma está muy de moda emplear el aceite esencial del árbol de té para los hongos de las uñas, por su condición de antivírico, antibacteriano y antifúngico, reforzando además el sistema inmunológico. Pero si una persona está tomando inmunodepresores, no puede utilizar este aceite esencial ni ninguno que active el sistema inmunológico.
«Si nos ponemos aceite esencial de canela en proporciones erróneas, podemos provocarnos quemaduras»
¿Cuál es su relación con la relajación y meditación?
Los aceites esenciales funcionan en varios campos -infecciones, piel o dolores musculares-, entre ellos el sistema nervioso. Además, cuando olemos un aceite esencial a través del olfato conectamos con nuestro sistema límbico, que es el que rige nuestras emociones.
El de lavanda científicamente pertenece al grupo de los grandes relajantes, aunque si nos fijamos todos los friegasuelos o ambientadores huelen a ella y quizás no nos relaje si nos recuerda a limpieza o a nuestro espacio de trabajo. Por lo tanto, en el sistema nervioso no únicamente están los aceites esenciales, que a nivel de principio activo relajan, sino también nos debemos ir a la parte emocional.
La base fundamental de tu libro.
Sí, titulado ‘Mirarte a los ojos en el espejo’. Debemos mirar más allá de lo que aparentemente nos puede estar sucediendo o lo que sentimos en ese momento. Al sistema límbico le llamo “el cajón desastre”, debido a que guarda todas las emociones escondidas en nuestro inconsciente.
Ahí reside la magia de la aromaterapia emocional, basada en la científica: vincular la enfermedad física con el principio activo del aceite esencial y, a la vez, con el equilibrio de las emociones mediante los aceites esenciales.
¿Cuándo lo publicaste?
En el verano de 2022, presentado en el Ágora de Alcoy junto al concejal Alberto Belda y la periodista Jessica Cánovas, que hicieron de maestros de ceremonia.
Habla mucho de mis experiencias, reflexiones y aprendizajes, que me apasionan; y del siete, número tan mágico como espiritual en todas las culturas, y de ahí las siete estaciones de mi libro. También invito a hacer un viaje al interior de las personas a través de la aromaterapia siguiendo esas siete estaciones, basadas en los siete chacras, pero adaptados a mis experiencias, aprendizajes y vivencias.
«En mi libro invito a hacer un viaje al interior de las personas por medio de siete estaciones»
¿Cómo llega esa técnica a tu vida?
Siempre me gustaron las plantas, su olor, sus propiedades y hace unos años -unas dos décadas- acudí en una Feria de Biocultura a una charla de aromaterapia científica. ¡Ese día me di cuenta de que era lo mío!, y empecé a formarme.
Anteriormente, hasta 2016, tuve mi propia asesoría laboral, pues estoy diplomada en Relaciones Laborales y Derecho.
¿La aromaterapia te ha hecho mejor persona?
Ha sido una herramienta para mejorar mi salud y mi bienestar, ayudándome, también, a redescubrirme a mí misma, tanto mis miedos y mis bloqueos como mis virtudes, aprendiendo a gestionar mis emociones. ¡Sigo aprendiendo cada día!