Entrevista > Eva Verdejo / Química (València, 25-noviembre-1968)
¿Qué sucede cuando un plástico se convierte en residuo? ¿Somos plenamente conscientes del daño que hacemos al planeta si lo abandonamos en el medio ambiente? Son muchas las respuestas que perseguimos en un periodo clave como el actual, y nos las dará Eva Verdejo, investigadora líder de Reciclado y Biotecnología en Aimplas.
Formada como química, lleva más de tres décadas trabajando con plásticos, en un primer momento en el área de laboratorios. Posteriormente pasó al Departamento de Sostenibilidad y Valorización, y desde hace unos años lidera las investigaciones en reciclado, desde donde trabaja para dar un valor añadido a estos residuos.
“Los intentamos reintroducir para hacer nuevos productos”, nos avanza Verdejo, quien dirige a un grupo de más de veinte profesionales, que están focalizados en el desarrollo de investigaciones en reciclado de materiales plásticos.
¿Qué es Aimplas?
Es un centro tecnológico que colabora con la industria y las empresas para dar soluciones a los materiales plásticos que utilizamos, que están en todos los ámbitos.
¿Cómo es vuestro trabajo?
Brindar soluciones que nos sirvan, tanto para las firmas como para los ciudadanos, porque los plásticos son necesarios, pero debemos trabajarlos de forma lógica, para que nos sirvan mucho y bien.
«Aimplas colabora con las empresas para dar soluciones a los materiales plásticos que utilizamos»
¿En eso cuánto tiene que ver la economía circular?
Muchísimo, pues en la economía circular cualquier cosa que hagamos debe ser sostenible, bien hecha desde el punto de vista económico, ambiental y social. Es importante evitar la generación de residuos al máximo.
La idea es que esos residuos los podamos recoger, separar, trabajar con ellos (reciclarlos) y volverlos a introducir otra vez en el proceso productivo, hacer nuevos productos que nos sirvan de nuevo.
¿Cuáles son las técnicas para dar una segunda vida a esos residuos?
Existen muchísimas, dividiendo las más relevantes en tres: mecánicas, químicas y biológicas. En las primeras, cogemos el residuo, lo lavamos, trituramos, secamos, separamos los distintos materiales y los volvemos a fundir, obteniendo el mismo material, que de nuevo introducimos en la máquina de inyección, por ejemplo, para lograr otro envase, perfil de ventana…
Los reciclados químicos van un poco más adentro de lo que es el material, rompiendo la propia molécula, consiguiendo un reciclado más fino. El resultado son fragmentos diferentes al plástico -sustancias químicas-, que luego volvemos a transformar para tener otra vez plásticos u otros materiales que se puedan utilizar nuevamente.
¿Y los biológicos?
En esa rotura, en lugar de utilizar temperatura, empleamos microorganismos, que serán precisamente los que romperán esa molécula de plástico.
«Los plásticos son necesarios; debemos trabajar con ellos para que nos sirvan mucho y bien»
Sin duda, buscáis soluciones innovadoras.
Por supuesto. Trabajamos a distintos niveles con las empresas, intentando que obtengan buenas soluciones, funcionales, y que cada vez sean mejores, más rentables económica y ambientalmente.
Queremos contar con más plástico reciclado que pueda sustituir al material plástico virgen. Trabajamos, por ello, para transformar la industria en un futuro, que sea lo más sostenible posible.
¿Las propias empresas os buscan?
Esa es la idea; anhelamos dar soluciones -y las damos- que se pongan en el mercado, que tengan salida.
Tenemos la suerte de colaborar con bastantes empresas, que debemos valorar, como sucede en la Comunitat Valenciana, donde contamos con muchas transformadoras y recicladoras. Ellas nos proporcionan la economía circular de la que hablábamos anteriormente.
¿Qué otras iniciativas estáis haciendo?
El instituto trabaja todo lo relacionado con los plásticos, como su transformación y aplicación en sectores como el del envase, la construcción, la agricultura o la química sostenible, porque todo puede hacerse de mejor forma.
Por ejemplo, realizamos, a partir de residuos de nuestras industrias lácteas o cítricas, envases para este tipo de productos más sostenibles medioambientalmente.
«Queremos tener más plástico reciclado que pueda sustituir al material plástico virgen»
Avánzanos algunos de vuestros proyectos.
Tenemos muchísimos, pues en Aimplas somos más de 250 personas que piensan, trabajan y le dan vueltas a infinidad de aspectos. Llevamos a cabo, además, proyectos locales, nacionales e internacionales.
Casos como el reciclado de equipos eléctricos y electrónicos, compuestos por baterías. Nuestro trabajo ahí se centra no únicamente en la recuperación de materiales plásticos, sino también en las llamadas sustancias críticas (Critical RawMaterial, CRM por sus siglas en inglés).
¿El litio, sin ir más lejos?
Exacto, uno de los mayores problemas actuales es qué hacemos con el litio, existiendo ya devastadores cementerios de ese producto. Además, es muy escaso a nivel mundial y se localiza en determinados puntos (muchos de ellos en África), donde siempre hay conflictos a su alrededor.
¿Cómo podemos concienciar a la sociedad?
El mundo en el que estamos y el que nos queremos encontrar en el futuro depende de nosotros, las personas, y es importante entrar en acción.
No podemos consumir tanto y debemos trabajar mucho más con la reutilización y con productos de menor impacto ambiental.