Entrevista > Juan Deltell / Presidente de Honor de la comparsa Contrabandistas (Elda, 6-enero-1942)
Juan Deltell es un personaje histórico de nuestras fiestas de Moros y Cristianos -celebradas a mediados de junio- y pese a que ya no se viste, “porque las fuerzas ya no son las mismas”, las ha disfrutado de la misma forma. Es, de hecho, Presidente de Honor de la comparsa Contrabandistas, a la que pertenece desde hace casi setenta años.
Las fiestas las ha vivido desde todos los puntos de vista posible, siendo brevemente presidente de su comparsa y estando hasta veinticinco años como locutor del célebre programa de Radio Elda ‘Embajada’, en el que entrevistaba a todas las personas destacadas de Moros y Cristianos. “Me dieron incluso el carnet de periodista, por mi larga trayectoria”, señala con orgullo.
Deltell es toda una eminencia andante, con varios libros escritos: ‘Historia de la fiesta de Moros y Cristianos de Elda’, realizado en fascículos junto a Elisa Antón, en 1994, ‘Historia de la comparsa Contrabandistas’ (2006) y ‘Sueños cumplidos’ (2017), una autobiografía sobre los momentos experimentados durante las fiestas.
¿Qué representan para usted las fiestas de Moros y Cristianos?
Lo han sido todo: pertenezco a ellas desde 1956, siempre a la misma comparsa, la de los Contrabandistas. Además, durante veinticinco años trabajé en Radio Elda, cubriendo la parcela deportiva y la de fiestas.
Era muy joven cuando empecé a salir, pero poco a poco me fui integrando. El presidente en esos momentos era Vicente Vicent Vidal, que me buscó para que ejerciera de secretario, donde estuve quince años. Cuando él finalizó en el cargo, en 1976, lo asumí un curso.
«He disfrutado de las fiestas desde todos los ámbitos: capitán, presidente, en la Junta Central…»
¿Ha desempeñado más cargos?
Sí, siendo presidenta Ana Hurtado fui vicepresidente. Del mismo modo, dentro de la Junta Central de Comparsas pasé un total de veintidós años, con Jenaro Vera Navarro como máximo dirigente, fui diez años Embajador Cristiano y Capitán de mi comparsa en 1962.
¿Es consciente que ha sido determinante en el crecimiento de las fiestas?
Nunca me he creído más que los demás. Soy un festero que he hecho todo lo que he podido por mi pueblo, no únicamente en las fiestas, también en eventos culturales: he presentado durante más de dos décadas los conciertos de música festera o el pregón en diversas ocasiones.
Posteriormente Elda y sus ciudadanos me lo han reconocido con creces. Cuento, sin haberlo pedido, con la insignia de Oro y Brillantes de los Contrabandistas, la de Oro de los Zíngaros y la de Plata tanto de los Piratas como de los Marroquíes.
«Hace dos años cumplí el objetivo del 75 aniversario y entonces dejé de vestirme de festero»
¿Se sigue vistiendo?
Ya no. Cumplí mi objetivo hace dos años, en mi 75 aniversario donde me vestí en ese momento por última vez. Las fuerzas han dejado de ser las mismas, no me encuentro igual -porque tengo una edad- e igualmente tuve un regalo inigualable.
El director de la Asociación Musical Santa Cecilia de nuestra localidad, Rafael Rico Pérez, me compuso un pasodoble, de nombre ‘Juan Deltell’. Fue un grandísimo honor, porque además se trata de un personaje increíble y una bellísima persona.
¿De qué forma han mejorado las fiestas?
¡Muchísimo, no tienen nada que ver! Las fiestas de Elda han mejorado en todo: seguridad, coordinación, organización… Los ciudadanos se lo toman de una forma más seria, mientras antes había mucho más descontrol: les daba lo mismo una cosa que otra.
Ahora, nuestros Moros y Cristianos son un enorme espectáculo. Se aprecia muchísima más gente vestida de festero que no desfila que la que sí lo hace, porque la tradición en Elda es vestirse durante los cinco días, aunque no pertenezcas a ninguna comparsa.
«Las fiestas han mejorado muchísimo, en todo: ¡no tienen nada que ver a cómo eran antes!»
¿Cuáles son los momentos más emotivos?
El mismo día de la Entrada de Bandas, a las 20 horas del jueves, que es una explosión de júbilo alegría y emoción, y otros actos, como pueden ser el de las Embajadas o los Alardos, que han mejorado muchísimo también.
Recuerdo que cuando empezamos mi compañero Miguel Barcada y yo -respectivamente como embajador moro y cristiano- Pepe Blanes estaba en la Comisión de Guerrillas, y fue él el que le dio más categoría al evento de Arcabucería pues no se disparaba cómo se hace ahora, con tanta pasión y entusiasmo.
Se trata de instantes indescriptibles.
¡Por supuesto! Toda la fiesta en sí lo es y ha hecho que, aparte de mi propia familia, en la fiesta tenga otra. Son aspectos que no se pueden explicar con palabras, es puro sentimiento.
Muchas veces me han preguntado en qué momento de las fiestas disfrutaba más, y siempre respondía que “durante todo el año, organizando reuniones y encuentros, preparando un sinfín de aspectos”.