Entrevista > Herminia Pastor Pina / Profesora de informática (San Vicente, 10-abril-1974)
“No concibo mi formación ni el premio que me han concedido sin la figura de mis dos hermanos, Joaquín y Javier”, asegura Herminia Pastor Pina, profesora de informática del IES María Blasco, antes de apuntar que fueron ellos dos, igualmente maestros, los que le incentivaron en sus estudios.
El premio se lo entregaron también ambos, y se lo quiso dedicar a su madre, tristemente fallecida, que fue la que originariamente le recalcó que debía estudiar y valerse como persona.
A Hermi, sin duda, le gusta estar a la vanguardia, conocer lo último de tecnología, especialmente la parte de programas. “Debemos estar comprometidos, porque es crucial para el futuro”, indica la también apasionada de todo lo referente a la Inteligencia Artificial.
«Mis hermanos mayores han sido determinantes en mi carrera, siempre me han incentivado»
¿Hasta qué punto te han influido tus hermanos?
Muchísimo, porque siempre me preguntaban si mis padres habían sido profesores. Les respondía que no, pero sí mis hermanos Joaquín y Javier, diez y cinco años mayores que yo. Estudié Ingeniería Informática, que no es una carrera muy femenina, y por eso tiene significado el premio, por la rama en la que me muevo.
¿Cuáles fueron tus siguientes pasos?
Tras hacer informática, que era lo que mejor se me daba, entré a trabajar en la fábrica de cartón de San Vicente, a finales de los noventa. Pronto descubrí -cuando los ordenadores cogían cierto auge- que me gustaba dar clases a la secretaria del director, más que paliar los efectos que podría causar el llamado ‘Efecto 2000’.
Dejé la empresa y me surgió la posibilidad de entrar como becaria en la universidad, aunque estuve poco tiempo porque en junio de 1999 aprobé oposiciones de secundaria.
¿De nuevo Joaquín y Javier fueron claves?
Sin duda, porque me animaron y alentaron para que me presentara. A continuación, he estado prácticamente en todos los centros educativos de la localidad, excepto el IES San Vicente, donde es profesor de inglés y director mi hermano Joaquín.
Especialmente en el IES Haygón comencé a formarme como profesora, labor que no acaba nunca porque en informática siempre hay nuevas metodologías, enfoques…
«Me motiva comprobar el despertar vocacional de mis alumnos, ver cómo progresan»
¿Qué es lo que más te motiva?
El despertar vocacional de mis alumnos, ver cómo progresan, llegando uno de ellos, Carlos Cano, a completar el doctorado en Harvard (Estados Unidos), o cómo les gusta la asignatura. Muchos me insisten que gracias a mí estudiaron informática.
Otra alumna, Erik Ayllón, por ejemplo, me invitó a que asistiera a la lectura de su TFG (Trabajo Final de Grado). Tengo mucha empatía con ellos, perciben que hago todo lo posible para que aprendan, educarles en la diversidad.
¿De qué forma progresó tu formación?
En 2004 empecé en la Universidad de Alicante como profesora asociada, en la que sigo estando, y cuatro años después -tras disgregarse la Educación Secundaria del CIPFP El Canastell- pasé al actual IES María Blasco.
Se produjo en ese instante un cambio en mí, porque me involucré en nuevas expectativas, como el plurilingüe, dando las clases durante un tiempo en inglés, aunque ahora ya no. Las impartí desde 2008 hasta la llegada de la pandemia, cuando entró en marcha el nuevo proyecto plurilingüe.
Precisamente, ¿cómo afectó la pandemia al profesorado?
Les ayudó a formarse, porque era una necesidad. Fue como un “espabílate ya, ¡qué no sé lo que vas a hacer!” Muchos han mejorado en cuestiones de digitalización, porque era crucial tener capacidad de hacer una videoconferencia, colgar materiales o poner actividades.
«Según las estadísticas, tras la pandemia hay muchos más alumnos con problemas mentales»
¿Y al alumnado?
Lo perciben como muy lejano: han pasado dos años, pero parece que hayan sido quince. No noto grandes diferencias en cuanto a su comportamiento. Sí es cierto, lo dicen las estadísticas que hay muchos más problemas de salud mental ya que estuvieron prácticamente dos años encerrados, algunos sin tener fiestas de graduación.
¿Qué ha representado el premio otorgado por el ayuntamiento?
Todo un orgullo, porque además soy sanvicentera, trabajo en San Vicente y que tu pueblo reconozca que estás haciendo las cosas bien y que te preocupas por los chavales de la ciudad -principalmente las chicas informáticas- es una enorme satisfacción.
Nunca esperaba el reconocimiento -a pesar de los numerosos proyectos que he puesto en marcha-, pero una vez viene, te emociona. Me acordé de mi madre, que ya no está, se hubiera sentido super orgullosa de su hija y obviamente se lo quiero dedicar.
Entregado por tus hermanos, además.
Sí, fue como cerrar un círculo, porque mi madre fue la que nos inculcó la ilusión por estudiar. Así se lo dijo a mi hermano, para que fuera catedrático y a mí, siempre también con la máxima libertad. Mis hermanos presumen de hermana, como yo lo hago de ellos.