Entrevista > José Cuerda / Artista (Albacete, 10-junio-1971)
Las primeras manifestaciones del arte fueron pequeñas piezas de cerámica, las que siempre han llamado la atención del artista José Cuerda, “porque engloba todas las artes: escultura, pintura y las grandes llevan una estructura a modo de arquitectura”.
Nacido en Albacete, se crio junto al resto de su familia en Países Bajos, donde su padre había trabajado durante parte de la dictadura franquista. Tiempo después, en 1980, cuando vio que sus dos hijos prácticamente no hablaban castellano -solo neerlandés- pensó que era el momento de regresar.
“Lo hizo a Crevillent porque mi tío vivía aquí”, señala con una sonrisa. Su estilo, a veces complicado de entender, pretende borrar las barreras entre el arte y el diseño, plasmando aspectos de ambos, compactar aquello que le interesa -letras o caracteres-, para desarrollar materiales únicos en cerámica.
«La cerámica es la suma de los cuatro elementos principales: tierra, agua, aire y fuego»
¿Cómo fueron tus inicios en el arte?
Después de finalizar 2º de BUP me fui a la Escuela de Artes y Oficios de Orihuela para hacer Decoración, pues Diseño Gráfico todavía no se impartía allí. Teníamos una asignatura que se llamaba Modelado, que me enganchó plenamente a la cerámica, porque es un cómputo de los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego (calor), para conseguir piezas eternas.
¿De qué forma defines tu singular arte?
El concepto es capturar una idea o emoción y trasladarla a una materia plástica, para darle forma y convertirla en una obra sólida, dura e inalterable. Me gusta unir diferentes disciplinas de arte y diseño (cerámica y tipografía) construyendo piezas nuevas, insólitas y llenas de magia. Creo piezas duras -de cerámica coloreada- para que, el que las aprecie, sienta la fuerza y energía de la materia.
¿Cuál es tu metodología de trabajo?
El taller lo tengo en las casas-cueva de Rojales, donde busco temas que me gusten e interesen. Realizo entonces bocetos y voy cogiendo letras -aleatoriamente, o no- para ir componiendo, de igual forma como lo hace un pintor.
«Creo piezas duras para que, el que las aprecie, sienta la fuerza y energía de la materia»
¿Es lo que conocemos como lettering?
No. El lettering exactamente es dibujar letras, porque la caligrafía -uno de mis fuertes- es el gesto que te deja la herramienta, sin retoque. En el lettering sí vas dibujando y borrando las letras, componiendo.
Cuento con unos puños de letras que voy imprimiendo sobre la cerámica. Tardo un par de semanas en completar las piezas, que siempre van de dos en dos, porque mientras una se seca sigo con la otra.
¿Piensas que tu arte es comprendido?
Sí, son muchos los que lo valoran y compran las piezas, que se pueden solicitar por internet (muchos de mis clientes son foráneos). Trabajo mucho por encargo, para particulares, por solicitudes de los ayuntamientos. Acabo de finalizar un grafiti para un colegio, por ejemplo, o doy talleres de cerámica.
¿Cuáles son tus obras más representativas?
‘Sabotajes’, que fue seleccionado en el concurso de L’Alcora, uno de los más relevantes a nivel nacional -estar ahí ya fue un triunfo- y ‘Keramic’, junto a los grafitis que he realizado en las últimas semanas.
«Caligrafía es sobre todo el gesto o rastro de tinta que deja la herramienta, sin retoques»
¿Qué proyectos tienes entre manos?
Diversos encargos, como unas placas de cerámica para el ayuntamiento de Rojales, con mis letras y poemas de Miguel Hernández, o pintar una escalera, en las propias casas-cuevas, representando el día del libro, en el que cada escalón será como una obra.
Pero quiero, asimismo, centrarme en mi trabajo, hacer piezas parecidas a las de ‘Sabotaje’, y estoy preparando una exposición con la Asociación de Creadores de Crevillent.
Entidad de la que eres vicepresidente…
Exacto. Estamos preparando la cuarta edición de Cinetrip, que tendrá lugar en octubre, centrada en el cine desde los 90 hasta la actualidad. En años anteriores hicimos las tres primeras, siempre vinculado con el certamen de cortometrajes que se celebra en Crevillent.
Cinetrip se fundamentó en los orígenes del cine y la parte del cine mudo, hasta la llegada del sonoro en ‘El cantor de Jazz’ (1927). La segunda edición se centró en el cine desde los años 30 a los 60 y la tercera desde ese punto hasta los 90.
También la Nit d’Art. ¿En qué consiste?
Es una actividad cultural, a finales de julio, organizada a partes iguales entre la asociación y el ayuntamiento que tiene el objetivo de llevar el arte a la calle, hacerlo más popular. Se hacen una serie de exposiciones, talleres para niños y un ‘sopar de faixa’, en la que cada uno debe llevar su propio bocadillo.
Finalmente, de un modo individual, haré en octubre la máscara de ‘El viaje de Chihiro’, en el que mostraré bastantes modelos, cada uno bajo un tratamiento.