Tonet Ferrer / Director de cine y teatro
Tonet Ferrer (València, 11-septiembre-1985) sufrió hace pocos años la inesperada pérdida de su madre y decidió entonces escribir ‘La vida empieza hoy’, un sentido homenaje, precioso, que se convirtió primero en una obra de teatro -galardonada en los Premios Max- y después en una película con canciones de José Vicente Torrejón.
Se trata de temas nuevos, inspiradas en míticas melodías de Nino Bravo, José Luis Perales o Antonio Flores, aunque con otras letras. El relato se centra en Diego, que ha perdido la inspiración y está totalmente desmotivado, hasta que su madre le ayuda y vuelve a hacer lo que más le apasiona: componer música.
Ferrer, ampliamente formado, reconoce que todo el proceso ha sido de sanación, de aliviar el dolor. “Es un homenaje también a los que han perdido a algún ser querido”, sostiene. Expresa asimismo su admiración hacia Miguel Rellán, del que buscó su lado más dramático, y nos avanza su próximo proyecto, dirigir ‘Polvo de estrellas’, de Alejandro Jiménez y Olga Guirado.
¿Alguna película te marcó de pequeño?
Posiblemente ‘Parque Jurásico’ (1993), de Steven Spielberg, aunque si me dedico al cine es gracias a ‘Seven’ (1995), de David Fincher, con un guion perfecto y actores excepcionales (Freeman, Pitt…): la vi de pequeño y me impactó muchísimo.
Sin embargo, no tengo un estilo muy definido, pues me agrada tanto Fernando León de Aranoa o Charles Chaplin, por ejemplo. Me fascina todo tipo de cine, igualmente Lars von Trier o el mencionado Spielberg.
¿Qué tipo de director eres?
Lo que me gusta es el cine, contar historias, y mi objetivo de vida siempre ha sido poder hacer una película. El teatro es algo que me he encontrado en el camino, me parece interesantísimo, pero tengo menos formación; aprendo de los compañeros y de nuevos proyectos.
Determinante es probar y equivocarse, es la mejor manera de aprender. Hoy en día, pese a que me gusta el teatro -especialmente por el directo- mi destino es el cine, su proceso de trabajo me gusta más.
«Si me dedico al cine, a contar historias, es posiblemente gracias a la película ‘Seven’ (1995)»
¿Cómo defines ‘La vida empieza hoy’?
Para mí no es un musical, sino una obra de teatro o película con canciones. Se estrenó en 2020 en el ‘Talia’ como función teatral, con un recorrido importante y diversos reconocimientos. Seguidamente estuvimos tres meses en el teatro ‘Lara’ de Madrid y todavía está activa, pues volveremos a interpretarla en un futuro cercano.
¿De qué forma se transforma en un filme?
Como decía anteriormente sobre todo me atrae el cine: ‘La vida empieza hoy’ es un homenaje a mi madre y quise finalizar ese tributo con una película. Tuve la suerte de conocer y trabajar con Miguel Campos, productor y director de fotografía, quien me propuso llevarla al cine mediante material propio (cámara, luz y sonido).
La llevamos a cabo con un presupuesto reducido y también un equipo de trabajo pequeño. Es importante señalar que el filme es como la obra de teatro, pero no, pues se trata de una adaptación, con diversos cambios en los personajes y en el que las propias canciones igualmente están versionadas.
«Pude transmitir mi pena a los personajes de la peli, sintiéndome así mucho más aliviado»
No es el mismo lenguaje.
Exacto, en el teatro no puedes hacer cosas que sí en el cine y viceversa. A algunos les ha gusto más la película mientras otros se quedan con la función, circunstancia que es normal, pues, aunque se trata de lo mismo, son dos productos diferentes.
La película está protagonizada por Aitor Caballer y Pepa Chamorro, con la inestimable participación de actores como Miguel Rellán, Esperansa Gracia o Sherezade Soriano, entre otros.
¿Quisiste desde el primer momento que fuera un homenaje a tu madre?
Sin duda. Cuando ella falleció me puse a escribir como un proceso de sanación muy importante. Pasados unos meses pensé que podía derivar en una obra de teatro, transformando el dolor en algo bonito: de esa forma se lo transmití a los personajes, sintiéndome mucho más aliviado.
Por supuesto, la historia tiene aspectos de mi madre, mi hermana, mi padre y míos, totalmente reconocibles, mezclados igualmente con ficción para enganchar al espectador.
¿Cómo ha sido rodar con Rellán?
Miguel, como persona, es una maravilla, uno de los regalos más grandes que me he encontrado en este oficio. No tengo palabras para describir lo grande que es, la mirada que tiene, le debo mucho y le estoy muy agradecido.
A la hora de dirigirle estaba asustado porque pensaba ¿qué le voy a enseñar a un actor de ese nivel? Su secuencia es dramática, diferente a lo que estamos acostumbrados, y muestra un dolor muy bonito.