Entrevista > Enrique Tena / Periodista
Finalizada la carrera de Comunicación Audiovisual en 2013, el cierre de Canal 9 ‘obligó’ a Enrique Tena (Castellón, 19-enero-1991) a buscarse nuevos caminos, en un primer momento en Ámsterdam (mediante la Beca Leonardo). Sin embargo, esos dos años en los Países Bajos le sirvieron para mejorar el inglés -aprendido en Chipre- y algo de neerlandés, “idioma sumamente complicado”, además de descubrir qué hacer con su futuro.
Regresó a España, a Madrid, para completar un máster, y se incorporó a los informativos de Antena 3 y después a los de Mediaset. “Esa ciudad es un mar de oportunidades, siempre que tengas ganas”; rememora de esa etapa, que le encantó, sobre todo poder “hacerme un hueco” y comprender cómo funcionan las redacciones centrales por dentro.
Tena es desde diciembre de 2021 uno de los rostros de ‘Valencians al món’, uno de los formatos más exitosos de À Punt. El programa le ha permitido conocer lugares y personas extraordinarias, como Amparo, una fascinante mujer nonagenaria que reside en Santiago de Chile.
«Cuando descubrí que buscaban reporteros para el programa insistí muchísimo para estar en él»
¿Cómo te llega la oportunidad de À Punt?
Al iniciar las retransmisiones en 2018 tuve la fortuna de trabajar en ‘À Punt directe’, el primer magazine de la cadena, con Carolina Ferre. Recuerdo que mi debut fue en Fanzara (Castellón), pequeño municipio próximo a Onda, donde estaban realizando un grafiti.
También he tenido el placer de retransmitir todos los pregones y fiestas de la Magdalena (Castellón) que se han hecho en À Punt.
¿Surge entonces ‘Valencians al món’?
Sí, pero antes regresé a Informativos Telecinco. En 2021 descubrí por redes sociales que buscaban reporteros que hablaran valenciano, sin saber cuál sería el programa. Pregunté a diversos contactos y al averiguar que era ‘Valencians al món’ envié el CV e insistí muchísimo.
¿Intuías que iba a ser un trabajo tan maravilloso?
¡Sin duda! De hecho, durante mi estancia en Ámsterdam, cuando no sabía qué hacer, ya habíamos grabado con el móvil una especie de ‘Callejeros viajeros’, copiando incluso las entradillas. Gustó muchísimo y fui practicando cosas de viajes, sin aspiraciones en ese instante.
«De los que hemos grabado, Portugal y Marruecos son los mejores sitios donde hemos comido»
¿Qué lugares te han maravillado más?
Aparte de Ámsterdam, cuyo programa hice, me gustó mucho Chile, también porque allí conocimos a Amparo, la protagonista más genuina y auténtica: tiene 97 años y hace 73 que reside en Santiago. Se fue huyendo de la Guerra Civil en un transatlántico que partía de Bilbao.
A pesar de los numerosos años que lleva en la capital chilena, sigue hablando un valenciano perfecto; todos los domingos prepara paella y ve a menudo el Canal Internacional de TVE. Saber de primera mano su experiencia de superación fue muy gratificante. Recomendables también, y más cercanos, son Marrakech (Marruecos) y Eslovenia, cuya capital -Liubliana- es una gran desconocida, pero es preciosa.
Anécdotas te habrán pasado muchas más.
Precisamente en Marrakech no esperaba ese contraste, de llegar y ver en la plaza Jamaa El Fna un burro, a dos cantando la canción de Mercadona u otras que se escuchan continuamente aquí. Además, Marruecos es el mejor país -además de Portugal- donde he comido de todos en los que hemos grabado.
¿Es peligrosa la plaza?
Es literalmente un ser viviente, en el que no paran de suceder cosas y que cuando oscurece se transforma. Resulta digno de conocer, pero para nada la considero peligrosa. Sí debemos ir con cuidado, como en todos lados.
De Marruecos también me encantó el desierto de Merzouga, en el que pudimos vivir -Inma, la valenciana, el cámara y yo- una noche mágica, bajo las estrellas. ¡Es espectacular!
«Lo peor de tanto viaje es el vaivén de horas, muchas de ellas muertas en los aeropuertos, pierdes la rutina…»
¿Cuál es la parte negativa de tanto viaje?
Más allá de estar lejos de la familia, aunque vivo solo, lo peor es el vaivén de horas, porque al estar en un sitio distinto pierdes la rutina de hacer ejercicio, por ejemplo. Está asimismo el tema de la comida, que es buena, pero muchas veces no podemos comer hasta la tarde o ya está helada.
Además, los cambios de temperatura, como trasladarte a Varsovia en pleno mes de enero, con nevadas continuas, probando una gastronomía singular, las horas muertas en los aeropuertos, que te pierdan una maleta o cancelen un vuelo. Hay mucho detrás del programa, que obviamente no se ve.
Dinos países o ciudades que querrías visitar.
La parte central de Estados Unidos, pues ya conocí la Costa Este y me sentí un privilegiado al poder entrar en la Casa Blanca, tantas veces vista en películas. También me gustaría conocer el sudeste asiático.
¿Alguna te ha decepcionado?
La propia Washington, porque aparte del National Mall, es decir, lo clásico que todos conocemos, no tiene nada más. Es una ciudad demasiado tranquila.