La tortuga boba que el pasado mes de agosto depositó sus huevos en la playa de Poniente de Benidorm ya tiene descendencia. Así lo ha comunicado l’Oceanogràfic, instalaciones en donde se llevaron los huevos para ser incubados tras ser depositados por la madre.
La eclosión comenzó el pasado fin de semana y concluyó ayer en la incubadora artificial. Así, del total de 27 huevos depositados en la playa, han eclosionado con éxito diez pequeñas tortuguitas. Según señalan desde l’Oceanogràfic, algunos huevos no habían sido fecundados y otros tan solo desarrollaron un pequeño embrión, por lo que no pudieron prosperar.
La puesta de los huevos tuvo lugar a primeros del pasado mes de agosto en la playa de Poniente, en donde una tortuga boba de gran tamaño depositó 27 huevos que fueron trasladados posteriormente a Valencia para ser incubados en las instalaciones de l’Oceanogràfic.
Resulta poco frecuente que las tortugas elijan playas urbanas como las de Benidorm para desovar, por lo que aquello se vivió como un acontecimiento especial. Tras completar el desove, el ejemplar de tortuga boba, cuyo nombre científico es caretta caretta, regresó al mar.
Una vez se avistó la tortuga en la playa se activó el protocolo habitual en estos casos. Se desplazó a Benidorm personal técnico de l’Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la Universitat de València y de l’Ocenaogràfic, que fueron quienes se encargaron de recuperar los huevos depositados por la tortuga en su nido.
Una vez que ya han eclosionado los huevos, los ejemplares serán introducidos en el mar.