La noticia no era para menos, y uno se imagina aquello tan cinematográfico de ‘¡paren máquinas, tenemos la noticia!’. Pero la realidad es que el tema probablemente ya estaba en previsiones, puede que desde la mañana o desde hacía días. Era algo curioso, pero muy trascendente: se trataba de las primeras observaciones meteorológicas observadas en València ciudad. Las recogía en inaugural 1 de julio de 1790 el ‘Diario de Valencia’.
Pero, ¿a qué ‘Diario de Valencia’ nos referimos? Hay varios periódicos registrados en los anales con tal cabecera, con lo que contar una historia digamos que unitaria de la publicación no es viable. Son varios relatos, pues, que en conjunto proporcionan al estudioso de las hemerotecas un panorama histórico o historicista, como se quiera (pero contemporáneo a los hechos), del ‘cap i casal’ y su provincia, en diferentes fechas y desde diversos enfoques.
La época afrancesada
Si nos atenemos a lo recogido en los estantes de los archivos, contamos con un ‘Diario de Valencia’ que estuvo operativo desde ese 1 de julio hasta el 5 de enero de 1812, en plena ocupación francesa de España (1808-1814), para reaparecer el 1 de febrero de ese mismo año, considerablemente afrancesado, y desaparecer dieciocho meses después. Resucitaba el 13 de julio de 1813.
Aunque añadamos que desde el 17 de diciembre alargó el nombre: ‘Diario de la Ciudad de Valencia del Cid’. La represión absolutista del restituido monarca, Fernando VII, primero ‘el Deseado’ y luego directamente ‘el rey Felón’ (1784-1833), comandada en tierras valencianas por el general Francisco Javier de Elío (1767-1822), volvió a cerrarlo, esta vez el 20 de febrero de 1815.
Entre 1813 y 1815 alargó el nombre como ‘Valencia del Cid’
Cerrando y abriendo
¿El fin del ‘Diario de Valencia’? No. Siete vidas, o más, parecía tener este periódico creado por el gaditano José de la Croix o Lacroix, barón de la Bruère, nacido en 1745 o puede que al siguiente, y literalmente desaparecido para los recortes de prensa desde 1816. Fundador también de otros medios, como el ‘Diario mercantil de Cádiz’ (1802-1852).
De hecho, reaparecía inmediatamente, en manos ya de los absolutistas, con el título original y hasta 1820 como único periódico de València. Bajo el trienio liberal o constitucional (1820-1823) recuperaban la cabecera los antiguos propietarios, mientras que quienes les sustituyeron editaron el ‘Diario extraordinario de Valencia’. La reacción absolutista por parte de Fernando VII, también llamada ‘década ominosa’ (1823-1833) o ‘segunda Restauración’, volvía a callar sus voces, e incluso otras.
En 1835 salía el último número del periódico original
Primer gran final
El monarca decidía no regalarle ni un ápice a la crítica, así que echaba persianas y abría paredones por doquier, pero el ‘Diario de Valencia’ original retornaba en mayo de 1824, con privilegio real de impresión. Un regreso que marcaba su última etapa. La muerte del rey y la llegada a la corona (1833-1868) de Isabel II de España, la reina castiza o ‘la de los tristes destinos’ (1830-1904), lo finiquitaban.
El 6 de mayo de 1835 salía el último número de, ojo, el ‘Diario de Valencia’ original, porque el nombre fue utilizado para otras publicaciones. Así, hubo un ‘Diario de Valencia’ surgido de la maquinaria de la prestigiosa imprenta de José de Orga (1738-1809). Pero no apareció en vida del también librero y editor autóctono, ya que duró desde el 20 de noviembre de 1837 al 26 de enero de 1838.
Hubo dos resurrecciones en democracia, en los ochenta y los 2000
Breves resurrecciones
Tuvo un no menos breve resurgimiento, desde idéntico taller tipográfico, entre febrero y abril de 1851. Añadamos otro efímero más, del 23 de octubre al 16 de diciembre de 1869. Aunque en realidad fue la manera de que el aún activo ‘Las provincias’, fundado en 1866, pudiese salir a la calle mientras duró su enfrentamiento contra el capitán general Rafael Primo de Rivera (1813-1902).
Menos pasajera resultó otra de las publicaciones bautizadas como ‘Diario de Valencia’. Al menos duró desde 1875 a 1901 la aventura de origen liberal del político y periodista valenciano Francisco Peris Mencheta (1844-1916), fundador también de la Agencia Mencheta, abierta en 1876 (la segunda en España, tras Fabra, de 1865 y absorbida en 1939 por la entonces recién nacida Agencia Efe).
Últimos suspiros
En todo caso, la más sólida reencarnación del ‘Diario de Valencia’ sería la que duró entre 1911 y 1936, al comenzar la devastadora guerra civil, que duró hasta 1939, con la victoria de Franco (1892-1975). Valencianista, conservador, republicano, germanófilo, con directores como el mismísimo Luis Lucia Lucia (1888-1943), padre del realizador Luis Lucia (1914-1984), la publicación fundada por el político y abogado Manuel Simó Marín (1868-1936) coronó históricamente la guadianesca cabecera.
Abría la persiana un 18 de marzo y la cerraba con el estallido de la contienda nacional. Hubo, no obstante, dos resurrecciones en democracia. Una entre 1980 y 1982, dirigida por Joan Josep Pérez Benlloch (1936), quien también lo hizo con el diario alicantino ‘Primera página’ (1968-1972). La otra, propiciada por María Consuelo Reyna (1944), procedente de ‘Las provincias’, ideológicamente opuesta a la anterior y operativa entre el 2000 y el 2007. Por el momento, la cabecera duerme, ¿por cuánto tiempo?