Entrevista > Manuel Cobos / Músico (Plasencia, Cáceres, 24-diciembre-1969)
El cantautor Manuel Cobos, natural de la histórica Plasencia (Cáceres), se enamoró de las tierras de La Marina alicantina nada más ver su litoral, y junto a su esposa decidieron echar raíces, allá por 2017. Siete años después han sido muchos los conciertos en los que ha demostrado su talento con la guitarra y unas canciones que permiten soñar.
Muchas parten de una infancia preciosa, con un padre siempre con la guitarra en las manos, “en cualquier comida, cena o celebración”. Su estilo no ha variado excesivamente y sigue siendo un amante del soul, swing y rock & roll, además de pequeñas intromisiones en baladas más comprometidas.
“He colaborado con muchas fundaciones y ONG solidarias”, expone, con el deseo o anhelo de “llegar al público a través de mis letras, para que puedan cambiar de opinión en ciertos temas”. Junto al saxofonista Carmelo Fresneda forma el dúo ‘The Legendarios’, y entre sus numerosos méritos: haber cantado en una orquesta y dedicarle canciones al mismísimo Mario Benedetti.
¿Cuáles fueron tus primeros recuerdos musicales?
Empecé a tocar la guitarra española y estudiar música con once años, si bien en mi familia había fuertes arraigos artísticos: mi abuelo paterno era un virtuoso del violín, mientras mi padre -ambos de nombre Ángel- destacó más de guitarra y piano.
Ya en el instituto formé mi primer grupo, de blues y rock & roll, denominado ‘La Charlie’s blues band’. Hice entonces mis primeros temas, componiendo y, seguidamente, en 1988, comencé como Manuel Cobos, no un cantautor al uso, sino ‘cantaurock’, como me gusta definirlo.
«Siempre he intentado llegar a la primera división musical, algo muy complicado si no tienes padrino»
¿Quiénes eran tus referentes?
En aquel momento, con apenas dieciocho años, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Miguel Ríos o Eduardo Aute. Asimismo, Hilario Camacho, cantautor de la ‘Movida Madrileña’ que compuso, entre otras, la sintonía de ‘David El Gnomo’ o ‘Tristeza de amor’.
Tuve la suerte después de grabar y cantar sobre un escenario con él, al igual que con Javier Ruibal, Pablo Guerrero, Luis Pastor, José Antonio Labordeta…
¿Cómo se desarrolló tu carrera?
Intenté llegar a la primera división de la música, algo sumamente complicado si no hay una compañía discográfica que te respalde. No obstante, he buscado rodearme de buenos profesionales -como Juan Carlos Jiménez, quien fue después guitarrista de Malú o David Bisbal- y hacer la mejor música posible. Desgraciadamente, en este sector muchas veces hacen falta padrinos.
¿Por qué te trasladaste a Alicante?
Conocimos la zona hace unos años, en 2016, de la mano de unos amigos que tenían una casa en Altea, y nos enamoramos. Mi tierra, Extremadura, es muy bonita, pero le falta mar. En la actualidad estamos muy a gusto e incluso nuestra hija Greta ha nacido aquí.
«Tocar al lado de Carmelo es todo un regalo: excepcional saxofonista y todavía mejor persona»
¿De qué forma conoces a Carmelo?
Nos fichó a ambos el cantante de Xàbia Álex Pérez, ‘Bisku’, que había participado en ‘La Voz’. Estuvimos acompañándole año y medio o dos, pero finalmente prefirió abandonar la profesión. Entonces, en 2019, Carmelo y yo, que habíamos hecho amistad e infinidad de bolos, decidimos unirnos.
¿Cuál es el nombre del dúo?
Cuando llegué a tierras alicantinas me hice llamar ‘El legendario doctor Ron’, un guiño a mi marca preferida. Todavía hoy muchos piensan que me llamo precisamente Ron (ríe), y aprovechamos esa circunstancia para ponernos el nombre de ‘The Legendarios’.
Estoy sumamente contento porque tocar a menudo con Carmelo es todo un regalo. Se trata de un grandísimo músico y mejor persona.
¿Soléis actuar en verano y por la zona?
Por la provincia, sí, pero todo el año. Aunque me formé como trabajador social y gestor cultural, mi actividad principal es la música. Hacemos una mezcla entre mis canciones y temas instrumentales, donde Carmelo se luce, al ser capaz de tocar tres tipos de saxofones.
Uno de nuestros objetivos es divertirnos cada vez que tocamos, porque la música es tan maravillosa que, si la conviertes en tu trabajo y te fascina, no tienes la sensación de esfuerzo, todo son satisfacciones.
«Queremos divertirnos en cada actuación, porque la música es tan maravillosa que ya no es un trabajo»
También se divierte el público.
¡Por supuesto! Es un trabajo que, asimismo, es afición; y en todas las actuaciones suceden cosas, como alguien del público que se arrima a pedirnos algo simpático o un chiste entre canción y canción.
Tenemos trabajo fijo en diversos restaurantes (viernes, sábado o domingo) e igualmente acudimos a fiestas privadas, bodas, eventos, promociones…
¿Algo más, Manuel?
Quisiera agradecer el buen trato y apego que hay por la música en toda la Comunitat Valenciana. Es digno de destacar, con bandas de altísimo prestigio y enormes profesionales. Por último, estoy focalizado en un proyecto de tres discos, llamado ‘Memorias de una cigarra por los mares del son, del swing y del soul’.