Entrevista > Antonio Gómez Romero / Director de audiovisuales (Elda, 21-marzo-1985)
La impactante película ‘El club de la lucha’ (1999), de David Fincher, que vio junto a su hermana mayor Pepi, marcó un antes y un después en el devenir de Antonio Gómez Romero, porque supo en ese instante a qué deseaba dedicarse.
Tras formarse, colaboró en ‘Bajo sospecha’ -durante su etapa en Madrid-, y acaba de estrenar ‘El hombre que iluminaba Elda’, una película documental sobre la vida y logros del empresario del calzado Manuel Maestre Gras, determinante en el crecimiento de la ciudad.
El documental, con guion de José Ramón Valero, se centra en la Elda de los años veinte del pasado siglo, siendo una crónica de la industria zapatera -tan nuestra-, un relato histórico que va narrando cómo la ciudad se fue transformando hasta convertirse en cosmopolita y emergente.
¿De dónde surge tu pasión por el cine?
Junto a Pepi, mi hermana -diecisiete años mayor-. Íbamos muchísimo al cine, a ver películas de mayores, pese a tener doce o trece años. Recuerdo de esa etapa ‘El club de la lucha’ y las reuniones que hacíamos entre amigos los domingos, para visionar clásicos como ‘Atraco a las tres’ (1962), ‘El Padrino I y II’ (1972 y 1974), ‘Érase una vez en América’ (1984) o ‘Cinema Paradiso’ (1988).
¿El cine te ayudó también a superar malos momentos?
Sin duda, ¡fue mi auténtica tabla de salvación! Con dieciocho años empecé con un amigo a hacer cortos -muy caseros-, y después de sufrir una catarsis, con veinticuatro, decidí estudiar cine, en la Ciudad de la Luz.
Todo lo técnico me fascina: poner y quitar luces, los movimientos de cámara, así que también me especialicé en fotografía. Participé ya entonces en un corto, como director de fotografía.
«Estoy muy satisfecho con el resultado: la narración es amena, las entrevistas y voz en off fueron bien…»
¿Es tan complicado crecer en este sector?
¡Muchísimo! Por ejemplo, de toda la hornada que salimos ese año, solo uno, Ángel Gómez Hernández, ha sido capaz de hacer películas, como ‘Voces’ (2020) o ‘El hombre del saco’ (2023). En esta profesión hace falta mucho presupuesto y padrinos.
¿Cómo nació ‘El hombre que iluminaba Elda’?
Juan Carlos Márquez, del ayuntamiento, se puso en contacto conmigo y me dijo que quería hacer este proyecto, al contar con mucha documentación (cintas). Anteriormente había colaborado con ellos en el documental de ficción ‘Coloma’, que gustó.
Soy muy de Elda, me toca la fibra y les dije que sí, porque me pareció también un muy buen guion, de José Ramón Valero, que se debía adaptar a formato audiovisual.
¿Cuándo te llegó el propio guion?
En 2021, pero tuve una operación importante y el proyecto estuvo parado más de dos años. Del proceso de documentación se ocuparon Juan Carlos y Miguel Ángel Guill, que, aparte de excelente historiador y dibujante, es mi cuñado.
Mi trabajo ha sido poner en orden el guion -la escaleta-, para que funcionara visualmente, cambiando ciertas partes. Para el montaje conté con la colaboración de un compañero de nuestro estudio Duo.
«Maestre Gras fue un visionario que ayudó a modernizar la ciudad, dejando atrás la época rural»
¿Quién fue Manuel Maestre Gras?
Fue un empresario del calzado, un visionario, con unos valores muy arraigados a una República que acogía a ciudadanos de izquierdas y también de derechas. Maestre Gras fue un liberal, finalizada la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Junto a otros, fue clave en el crecimiento de Elda. Varios barrios de la población los comenzó a hacer él, además de la plaza Castellar, uno de los proyectos que potenció, con otros empresarios de la época.
Todo a partir del calzado.
Sí, claro. Veníamos de una Elda rural y agraria, llena de caciques, que se transformó totalmente. Pasamos de una ciudad del siglo XIX a una totalmente del XX, mucho más moderna y con un fuerte desarrollo económico.
«Hace años sí era un sueño realizar una película, pero sinceramente ahora no: soy muy pragmático»
¿Qué acogida ha tenido el documental?
Se estrenó en el Teatro Castelar el 23 de octubre, miércoles, y pese a coincidir con un partido en casa del Eldense -frente al Real Zaragoza-, la sala estaba prácticamente llena. Por los comentarios que he recibido, gustó bastante.
Estoy muy satisfecho con el resultado: la narración es amena, didáctica, las entrevistas y la voz en off fueron muy bien… Está inspirado, remarquemos, en veintitrés películas que se donaron al ayuntamiento hace tres décadas, y el final es muy conmovedor.
¿Tu sueño es hacer una película?
Hace años sí, pero ahora, sinceramente, no. Tengo muchas cosas en el cajón -criando polvo-, pero la realidad es la que es y lo que ahora me aporta ingresos es mi estudio de fotografía. En ese sentido me gusta ser muy pragmático: ahora no puedo parar tres o cuatro años y focalizarme en una peli; es imposible.