Entrevista> José Manuel López / Portavoz de la Plataforma Segura Transparente Vega Baja (Rojales, 1-enero-1950)
Desde la Plataforma Segura Transparente Vega Baja nos muestran su preocupación ante la falta de medidas adquiridas en la comarca tras los desastres que provocó la DANA de 2019.
José Manuel López ha hablado para este periódico sobre los objetivos de este grupo.
¿Tiene conocimiento de cuando se creó esta plataforma?
Nació hace muchísimo tiempo, seguramente comenzaría con otro nombre en el siglo pasado, pero en los años 70 la retomamos con el actual, cuando un grupo de personas vimos que la joya que teníamos en nuestra comarca era contaminada.
Por aquí pasaban unas aguas estupendas que eran la envidia de Europa, para regar, para bañarnos… pero llegó un momento en que los vertidos y lo que tiraban al río desde más arriba la contaminaron.
«Tenemos que laminar para aliviar el cauce de las ramblas»
Parece mentira que antes se permitiera el baño en el río…
Pues es cierto. Recuerdo que aquí, en Rojales, había varias playas. El río y su rivera eran un lugar de ocio y diversión. De jóvenes, todos los niños del pueblo nos bañábamos allí; es una pena que ahora no lo puedan disfrutar.
¿Cómo comenzó a actuar la plataforma?
Cuando empezamos a ver que la huerta y los cultivos tenían que soportar altos niveles de contaminación. Nos movilizamos y mostramos nuestro descontento. Conseguimos que el problema se solucionara un poco, hasta que llegó la DANA de 2019 a nuestra comarca.
¿Cuáles fueron los problemas que aquella tormenta dejó ver?
Que el suelo actual de nuestra comarca es un desastre, que se ha construido donde no se debía, que no estamos preparados para esas descargas de agua…
Hemos hecho estudios sobre el cambio climático que nos indican que podemos volver a sufrirla, y esto va a pasar. Hace unos meses, sin ir más lejos, vimos como sucedía en la comarca de l’Horta, en Valencia, a unos kilómetros de aquí.
«Los colegios no enseñan cómo actuar a los niños ante una alerta roja por fuertes lluvias»
¿De qué forma podemos cambiar esta situación?
Muchos catedráticos llevan años avisándolo, pero la realidad es que las administraciones se preocupan poco, así que nos hemos ido formando por nuestra cuenta para trasladar el mensaje tanto como podamos.
Tras la DANA de 2019 comenzamos reuniéndonos con las autoridades provinciales y comarcales. Viendo que no nos hacían caso decidimos dirigirnos al Ministerio y, viendo que tampoco hacían nada, lo último fue hablar con los Juzgados de Agua.
¿Encontraron con ellos alguna solución?
No, por eso este año hemos optado por dirigirnos directamente a los ciudadanos, porque la solidaridad hacia nuestro pueblo y hacia nuestra tierra hay que demostrarla ahora, y no cuando pase una desgracia.
Hace poco hicimos una reunión/charla en Orihuela por este motivo. A principios de febrero vamos a Rojales, San Fulgencio y todos los pueblos que podamos, porque podemos volver a vivir una situación similar a la DANA de ese año, y no hemos cambiado nada.
¿Qué podemos hacer los ciudadanos?
Tenemos que manifestarnos, alzar la voz y hacernos oír. Contamos con una serie de ramblas como Chícamo, la de Abanilla, la de Albatera… Tenemos que crear una presa de laminación, para evitar que cuando llegue tanta agua en poco tiempo volvamos a sufrir inundaciones.
Junto al río tenemos la rambla de Abanilla, es la más importante que baja desde Pinoso. En la DANA llegó a tener mil doscientos metros cúbicos por segundo, un caudal que no puede sostener. Hay que laminar porque el agua nos enseña sus propiedades y si no respetamos su cauce, nos inundaremos otra vez.
«El suelo actual de nuestra comarca es un desastre, se ha construido donde no se debía»
¿Son un problema las construcciones que se han ido levantando en la comarca de la Vega Baja?
Sin duda. Todas las carreteras que se han hecho, de norte a sur, obstaculizan el paso del agua. En 2019, la Nacional 332 tuvo veintitantos días el agua retenida. Las carreteras son necesarias, están bien, pero pedimos que se respeten algunos de los pasos naturales del agua, que no se obstruyan todos.
Se debería hacer un corredor verde que facilite el paso del agua hasta Guardamar, y nunca construir sobre terreno inundable; pero esto aquí no se respeta, por más que nos avisan.
¿Los sistemas de alerta son eficientes?
Este es un tema preocupante porque se han puesto en marcha estos mensajes, pero en ningún colegio ni centro de enseñanza enseñan a los alumnos lo que deben hacer, que deben quedarse en casa y, si viven en una zona inundable, subir a la parte más alta.
La alarma debe sonar, por parte de la Confederación Hidrográfica, ante la más mínima sospecha de caudal, o de lluvias por parte de los sistemas de medición meteorológica; y si luego no llueve tanto, pues no pasa nada, no nos vamos a arruinar por prevenir.
¿Somos conscientes de la situación?
Para nada, en nuestras charlas hacemos tres preguntas a los ciudadanos: ¿Hay en nuestra tierra peligro de lluvias torrenciales? Entonces, un compañero repasa el archivo de lluvias torrenciales que hemos sufrido.
Luego preguntamos, Y si hay lluvia, ¿cuantas personas y bienes materiales están en riesgo? Por último ¿estamos preparados para esto? Claramente no, en la huerta nos inundamos seguro como no hagamos algo urgente.