Entrevista> Laura Andreu Noguera / Antropóloga Forense (Torrevieja, 9-agosto-1997)
Con motivo de que el próximo día 15 de febrero se celebra el Día Mundial de la Antropología, hemos hablado con Laura Andreu Noguera, antropóloga torrevejense que nos va a hablar de esta ciencia tan desconocida para muchos.
¿Cómo definirías la Antropología?
Es una disciplina muy amplia con ramas y subramas que, a grandes rasgos, estudia cómo funcionan los sistemas culturales, las sociedades, cuáles son sus estructuras y dinámicas en los aspectos politicoeconómicos, lingüísticos, cognitivos, doctrinales, ecológicos, sus relaciones de género… cualquier faceta que puedas pensar.
Saber cómo funciona una sociedad permite comprender las relaciones del individuo y el grupo con su entorno, entre individuos, entre grupos y también su evolución histórica. Todo ello ayuda a comprender algunas problemáticas sociales actuales: temas como la violencia machista, las migraciones, las relaciones conflictivas entre grupos, la xenofobia o el racismo.
«El estudio de la antropología ayuda a comprender la violencia machista, las migraciones o el racismo de una sociedad»
¿Qué rama es la que más te atrae?
Decidí estudiar esta carrera porque quería especializarme en Antropología Forense, un campo muy específico y cercano a la Arqueología que se centra en la muerte del individuo, en cómo la conceptualizan y ritualizan las sociedades, cómo se maneja el cadáver, procesos que este experimenta según la forma de morir, el cuidado y los ritos que se le ofrecen…
De los huesos de una persona se puede obtener mucha información: su alimentación, las enfermedades que padeció, su actividad física, el entorno en que vivió… Esto sirve para conocer mejor sociedades antiguas de las que sólo nos quedan restos arqueológicos, pero también para analizar restos humanos de contextos más recientes como la Guerra Civil, o incluso crímenes actuales.
¿Continúas estudiando?
Sí, ahora estudio Medicina en Lleida. Entré con la idea de especializarme en Forense, pero por el camino he ido conociendo otras cosas que también me han llamado la atención, y no sé en qué me especializaré al final.
¿Entra en tus planes regresar a Torrevieja?
Los años que vienen son un poco inciertos para mí porque dependen un poco de las opciones que tenga respecto al MIR, la residencia, etc.
En cualquier caso, Torrevieja y los pueblos de la Vega Baja (mis padres son de Bigastro y Torremendo) son un lugar al que siempre vuelvo, porque allí está toda mi familia, mi casa y el sol, al que echo un poco de menos en el norte. Volver es recargar pilas.
«Siempre acabo explicando mi profesión con tres palabras: huesos, fosas y momias»
¿Crees que todo el mundo sabe qué es la Antropología o has tenido que explicar tu profesión en alguna ocasión?
Casi cada vez que cuento qué he estudiado. Mi abuelo, el pobre, creo que se fue pensando (en aquel entonces) que yo estaba estudiando para médica forense.
Las confusiones son constantes y yo acabo explicándolo con tres palabras: huesos, fosas y momias.
¿Cómo ves el futuro de la Antropología?
Es una ciencia necesaria para comprender este presente y los que vengan. Aunque no todos los antropólogos se dedicarán a hacer investigación y trabajo de campo exclusivamente, es una profesión versátil con muchas salidas: la docencia, formar parte de los departamentos científicos de la Guardia Civil o la Policía Nacional, trabajar en museos y en gestión de patrimonio… Tienes que encontrar tu propio camino.
¿Dónde te ha llevado a ti?
En mi caso, a día de hoy, he tomado el camino literario.
Dediqué mis años en la Universidad de Granada a ir construyendo la que ha sido mi primera novela publicada, fruto en gran parte de lo que fui aprendiendo durante la carrera.
«Mi novela nace del deseo de contar episodios desconocidos de la guerra en Andalucía»
Hablas del libro ‘Mi Bárbara’. ¿Qué te lleva a escribir esta novela?
Surge de la necesidad de sacar mis propias conclusiones, del deseo de narrar episodios bastante desconocidos de la historia de la guerra en Andalucía, como es el caso de la masacre de la Desbandá o el asedio del Albaicín.
También quería hablar de las pioneras universitarias, de poesía y literatura, del auge de la remolacha en Granada, e incluso hay cierta dosis de historia familiar en el libro.
¿Cuál es su trama?
Describe, a través de la historia de Bárbara y su familia de industriales azucareros, la Granada de principios del siglo XX, con el auge de la industria del azúcar de remolacha y el panorama cultural encabezado por Federico García Lorca, y acaba entrando de lleno en la historia de la guerra en el Sur.
La novela trata de ser una reflexión crítica sobre el conflicto, además de un homenaje a las víctimas y a las personas que, independientemente de sus ideas, intentaron defender estas sin recurrir a la violencia.
¿Algún nuevo proyecto literario en mente?
Sigo escribiendo, pensando nuevas ideas que desarrollar, buscando información… De momento no tengo mucho tiempo debido a los estudios, pero habrá más publicaciones con seguridad.