Entrevista > José Mª Bregante Illescas / Empleado de banca (Orihuela, 19-julio-1957)
José Mª Bregante Illescas ha hecho muchísimo por Orihuela, “pero siempre en un segundo plano”, puntualiza con humildad. Empleado de banca durante más de tres décadas -llevando a cabo infinidad de funciones, hasta su prejubilación-, percibe nuestra Semana Santa como algo único, lamentando que está “cambiando”.
“Los cargos de por vida no me agradan, aunque hay que poner en valor a los que trabajan para la Semana Santa; es lo que es gracias a ellos”, expresa el también fundador de cofradías como la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la Sociedad Centuria Romana de Nuestro Padre Jesús ‘Los Armaos’.
Sus múltiples méritos hicieron que recientemente fuera nombrado Caballero de la Real Orden de San Antón, “un acto muy bonito, en el que se me escapó alguna lagrima”. Destaca su prolongada permanencia en el Grupo de Cantores de la Primitiva Pasión ‘Federico Rogel’, que preside desde hace diecinueve años.
«Por mi municipio hago lo que sea, pero sin sacar excesivamente la cabeza ni vanagloriarme de ello»
¿Qué significó el nombramiento?
Primero es un gran orgullo que Antonio Luis Galiano, cronista de la ciudad y gran amigo, se fijara en mí. Si la Orden de San Antón se creó para premiar la labor social y cultural que has hecho por Orihuela, le dije que “no era nadie”, algo que no estuvo de acuerdo.
Sí es verdad que he hecho cosas por mi ciudad, sin sacar excesivamente la cabeza ni vanagloriarme de ello.
Como presidir el Grupo de Cantores de la Primitiva Pasión ‘Federico Rogel’.
Fundado en 1953, entré al mismo en 1975, formando parte de la cuerda de bajos. Este año, por tanto, cumplo medio siglo en la entidad, de los cuales cuarenta y ocho cantando con mi hermano Emilio, que tristemente nos dejó en 2023.
¿Piensas presentarte a la reelección?
Las elecciones son en octubre y todavía no lo sé. Tengo ahora sesenta y siete años y no deseo que se tome como un cargo vitalicio, pero son tantos los que me piden que continúe… Me gustaría acabar este curso mi mandato, que otro coja el relevo, y si no tendremos que seguir, pues por Orihuela hago lo que sea.
«Me encantaba la radio y, a modo de anécdota, fui el que entrevistó a Adolfo Suárez cuando visitó Orihuela»
La Semana Santa para ti ¿qué representa?
Es una semana grande, posiblemente el momento más importante del año. Es una pena que haya cambiado tanto en los últimos tiempos, perdiendo un poco de su esencia. Como indicaba, los cargos vitalicios no son de mi agrado, aunque si la Semana Santa oriolana es lo que es, es gracias a los que trabajan para ella.
¿Se ha comercializado demasiado?
En parte sí, y también estamos perdiendo esa hermandad, ese compañerismo propio de esas fechas. Mi padre, Emilio Bregante Palazón, fue veintitrés años presidente de la Junta Mayor -conmigo a su lado- y siempre mantuvo una buena relación con todos, tocando la puerta del Ayuntamiento fuera el dirigente que fuera.
Ahora cada uno va a lo suyo, ya no hay tanto cariño, siendo ésa una de las razones por las que dejé la Junta Mayor. Muchos dicen “mi cofradía”, cuando debe ser la de todos, como refrenda la cuota que pagamos.
Otra de tus pasiones era la radio.
Colaboré dos años en Radio Orihuela EAM 32 Estéreo durante mi juventud, hasta que me incorporé a la ‘mili’, en 1978. No obstante, guardo un grandísimo recuerdo de ese medio: a modo de anécdota señalar que fui el que entrevistó a Adolfo Suárez, entonces Presidente del Gobierno, cuando visitó nuestra localidad.
«Canté cuarenta y ocho años junto a mi hermano en la Primitiva Pasión ‘Federico Rogel’, hasta que falleció en 2023»
Dices en segundo plano, pero no has parado.
Sin vanagloriarme. Lo que deseo es trabajar por Orihuela, es lo que me nace. También he sido presidente de la Asamblea Local de Cruz Roja, tras organizar que se realizaran numerosas donaciones de sangre en el club Dacor, que igualmente gestionábamos.
Conseguimos que la Caja de Ahorros de Nuestra Señora de Montserrat -ya desaparecida- nos cediera un local, y que la Caja Rural Central nos diera la primera ambulancia.
Por último, ¿albergas una colección de mil trescientos nacimientos de Navidad?
Las Navidades son otra época que me encanta, gracias a mi padre, un ‘manitas’ que todos los años construía un nacimiento, totalmente diferente del anterior. ¡Era una maravilla!
Esta afición me la traspasó a mí, pero yo no tenía su habilidad, así que me dediqué a adquirirlos. El primero me lo trajo mi hermano, de Toledo, y ahora tengo procedentes de lugares como Polonia, Alaska, China, Marruecos, México o Perú.
¿Dónde los guardas?
En un bajo, que compré para que mi mujer no me pidiera el divorcio. En casa llegué a almacenar ¡más de cuatrocientos!