Formada en Historia del Arte, el deseo de conocimientos de Gina Martínez (L’Alcudia, València, 4-noviembre-1998) -también creadora de contenidos- le indujo a iniciar hace dos años la carrera de Filología Catalana. “Tenía esa espinita y era ¡ahora o nunca!”, sostiene.
Nos dará igualmente su visión de cómo está el valenciano, “en ocasiones maltratado”, pese a que las nuevas generaciones, apunta, afortunadamente sí están interesadas en hablarlo “y bien, sin castellanismos”.
Se inició en las redes sociales junto a su abuelo Joaquín, al que tanto estimaba, “porque le daba vida”. Agradaron tanto sus vídeos que en 2023 fue nombrada TikToker del Año, reconocimiento que le ha ido muy bien para crear nuevos proyectos como ‘L’Squad’ de À Punt.
¿Qué quieres ser?
No lo tengo claro, si profesora de Historia del Arte o de Valenciano, pues a día de hoy me atrae más la Filología y comunicar, ¡me fascina!
¿Maltratamos el idioma valenciano?
Muchas veces sí. Por desgracia numerosas zonas de la Comunitat Valenciana han elegido menospreciar nuestra lengua, aunque tenemos el ejemplo positivo de la Ribera Alta y otras comarcas que prefieren el valenciano.
¿Cuándo y por qué te haces creadora de contenidos?
Durante la cuarentena, por aburrimiento, me descargué la aplicación de TikTok. Le acababa de dar un ictus a mi abuelo Joaquín, al que estaba muy unida, y comencé a hacer vídeos con él, que le convenía moverse. ¡Le gustaba muchísimo!
Un día le pregunté si quería que publicara uno, sin él entender exactamente a qué me refería. Contestó que sí y a la gente le encantó los contenidos que hacíamos. Tristemente nos dejó el pasado verano, con 92 años.
«Durante la cuarentena comencé a hacer vídeos para ayudar a mi abuelo, que necesitaba moverse»
Tus videos son, obviamente, en valenciano.
Hice dos o tres en castellano, audios cómicos de otras personas, aunque pronto pasé a mi lengua, la que siento propia: hablo, pienso y me expreso siempre en valenciano.
Mis vídeos no tienen una temática definida, sino que se centran en mi día a día, agregando ahora por ejemplo palabras en inglés, con su traducción al valenciano, o ciudadanas ilustres de nuestra tierra.
¿No hay demasiados creadores de contenidos?
Puede que sí, pero también son necesarios, para que los jóvenes actuales aprecien que hay muchos referentes en valenciano en los que fijarse. Apenas se conocen en nuestro idioma, excepto Cabrafotuda (Fran Tudela).
¿Te esperabas el premio de TikToker del Año?
¡En absoluto!, aunque creé mucho contenido, estaba super motivada. Fui a la gala sobre todo a ver a conocidos, sin pensar que iba a ganar. Cuando me lo otorgaron dije guau, ¡por fin soy reconocida y mis vídeos llegan a la gente!
El guardón, obviamente, me abrió nuevas puertas, como hacer campañas, colaborar con varios medios, me hizo más popular…
Otra de tus pasiones es la música.
Me inicié con el saxo a los doce años, en la banda de mi pueblo, L’Alcudia, pero lo tuve que dejar por incompatibilidad de horarios con los estudios. Poco después me apunté a dolçaina, mucho menos exigente.
¡Ojalá pueda retornar a los ensayos con el saxo! Es complicado porque no paro, no sé estar quieta, es algo que viene conmigo.
«Fuimos muy afectados por la DANA, pero no perdimos a ningún familiar o amigo, me quedo con eso»
Precisamente tu municipio fue de los más afectados por la DANA.
Mi familia ha sido de las más perjudicadas, porque vivimos muy cerca del río Magro. Ese día, que no llovía, me iba a dar una vuelta con mi madre, cuando -mientras la esperaba en la calle- vi cómo una ola marrón y enorme se acercaba.
Los vecinos no paraban de gritar ¡el río va por la calle! Mi padre estaba comprando, le llamé para que regresara de inmediato.
¿Cuáles fueron los destrozos en vuestra casa?
La nuestra es un dúplex, habilitada la parte de abajo, porque allí vivía mi abuelo, con cocina, habitación, comedor… Todo lo hemos perdido, incluido el coche, que estaba en la puerta.
Pensé menos mal que ya no estaba mi yayo, porque no sé qué hubiéramos podido hacer.
¿Ha sido la peor experiencia de tu vida?
¡Por supuesto! Esa misma noche, que nadie pudo dormir, los vecinos nos pusimos a limpiar las calles y casas. Las primeras jornadas fueron durísimas y sigo traumatizada.
Debido a las fuertes lluvias que cayeron a principios de marzo sentí muchísimo miedo, que el río volviera a desbordarse. Muchos decían que no iba a pasar, pero ya lo hizo una vez, ¡y vimos las consecuencias! Por suerte no tuvimos pérdidas familiares ni de amigos, con eso me quedo.