Entrevista > Adolfo Valor / Guionista (Benidorm, 1980)
Adolfo Valor se ha convertido, desde hace años, en uno de los mejores guionistas de España. Su obra y, sobre todo, la recepción que ha tenido en el público y en la crítica así lo atestiguan. Ahora disfruta del éxito de ‘La vida breve’, estrenada recientemente en Movistar+.
Esta entrevista es especial. Fuimos juntos a clase y eso hace que nos conozcamos muy bien porque, aunque el tiempo nos ha mantenido separados, creo que las amistades que se forjan en la niñez permiten, por mucho que pase, conocer bien a las personas.
Totalmente. Creo que nos lo pasábamos muy guay. Siempre estábamos pensando en qué lío meternos. Nos recuerdo siempre haciendo cosas. Si no era el periódico del colegio, era hacer una obra de teatro.
Enseguida empecé a hacer cortos por mi cuenta y si no te pringué a ti en ninguno, milagro sería, pero vamos, para mí el verano empezaba cuando iba a la Ortopedia de la calle Limones, alquilaba una silla de ruedas para hacer los travelings y os vestía a ti, a Luis Mayor, a David Merino, a Menoyo… a todos mis amigos de gánsteres y nos íbamos por ahí a hacer el cabra y a rodar cortos.
Siempre tuviste claro cuál iba a ser tu futuro.
Supongo que sí. Lo que pasa es que a la vez, sabes que debajo de la tontería y de los chistes, siempre he sido bastante tímido. Por ello, probablemente no llegaba a verbalizarlo mucho o sólo lo hacía con la gente con la que tenía mucha confianza.
Siempre me gustó contar historias. El cine era algo muy lejano. Y más viviendo en Benidorm, pero sí que me apetecía probarlo. Creo que en cuanto tuve la opción de estudiar en la universidad y de buscarme un poco la vida, me fui a intentar escribir y ser guionista y, por lo menos, intentarlo.
«Para mí el verano empezaba cuando iba a la Ortopedia de la calle Limones, alquilaba una silla de ruedas y vestía a mis amigos de gánsteres»
Otra cosa que siempre tuve claro es que, si llegabas a cumplir ese sueño, el humor sería algo omnipresente en tu obra. En ‘La vida breve’, ‘Reyes de la noche’ y otras creaciones tuyas, incluso en las temáticas más serias, siempre ha estado presente.
Es mi forma de ver el mundo. Creo que con los amigos tienes un grado de generosidad muy fuerte y eso hace que me guste hacer reír a la gente que tengo alrededor. Probablemente, las risas más bestias son las que tuvimos con aquella edad de jóvenes y con ese grupo de personas.
De todas formas, estoy intentando recordar y, por esto que te decía de la timidez, ni mucho menos me recuerdo como el gracioso de la clase. Quizás era un mecanismo de defensa o mi forma de relacionarme con los demás.
Sí que intentaba siempre responder con algún chiste o de alguna forma graciosa para romper el hielo, llegar al colegio o al instituto y hacer el día un poco más llevadero, para mí el primero, más que nada para intentar sobrevivir en el día a día del instituto, que no siempre es fácil.
Hace poco decías que es imposible no contar la historia de este país con humor y explicabas que a un actor lo que más le había molestado de la película ‘12 años de esclavitud’ es que no hubiera ni un atisbo de humor porque, aseguraba, en las plantaciones había música y risas, sin ellas no se podía llevar esa vida.
Entiendo que es muy difícil hacer una película sobre la esclavitud, meter humor y ser honesto con lo que estás contando. A la vez, la historia de España está llena de miserias. No soy capaz de contar la historia de España sin humor, es que no lo concibo.
«Siempre me gustó contar historias, pero el cine era algo muy lejano y más viviendo en Benidorm»
Hay una escena que me maravilla y que, quizás, sea la quintaesencia de lo que dices. Ese Farinelli bajando de la carroza y llamando ‘perra’ a Fernando V.
(Ríe) Sí, se nos va a veces un poquito. Nos venimos arriba con facilidad.
También son muy cáusticas las redacciones de los medios de comunicación. En ellas he aprendido que, muchas veces, la gravedad real de un asunto se puede medir en el tiempo que pasa hasta que aparece el primer comentario salvaje sobre ello. ¿Pasa lo mismo en el cine?
Mira, cuando se cayeron las Torres Gemelas en Nueva York, Mike Nichols, que era un director de cine americano brillante, reunió a todos sus amigos y, de repente, uno dijo: fíjate qué desastre, hemos perdido a tantos amigos y a tantos seres queridos. Algunos iban en los aviones, y otro respondió: sí, mis mejores amigos eran los terroristas. A Steve Martin se le encendió la bombilla, en ese momento fue consciente de que se había hecho el primer chiste sobre el 11-S. Habían pasado apenas 24 horas y esa gente estaba realmente triste.
Es una forma de salir adelante y de afrontar como buenamente puedes la vida. Nosotros, cuando empezamos a escribir ‘La vida breve’ descubrimos casi todo porque el episodio histórico era muy poco conocido.
Cuando empezamos a leer, una de las cosas que nos llamó la atención fue que Farinelli, el castrati más famoso de la historia, no solo había venido a España, sino que estuvo veinte años trabajando y cantando en exclusiva para Felipe V y para Isabel de Farnesio.
«No soy capaz de contar la historia de España sin humor. Es que no lo concibo»
¿Siempre tuvisteis claro que el protagonista tenía que ser Luis I y no Felipe V?
Sí, siempre fue Luis, porque nosotros no nos fijamos nunca en los grandes protagonistas. A mí me costaría mucho escribir una serie sobre Carlos III, por ejemplo, o alguien a quien todo le sale bien, que es un héroe o un gran monarca. Pero sí que me identifico mucho con el segundón, con el que aspira a cumplir los sueños y de repente se tropieza y algo le sale mal.
Por ello, con Luis, la ventaja que teníamos es que había mucho espacio para imaginar y para fabular, porque apenas hay nada escrito sobre él. Sí hay muchas cosas escritas de Felipe V, el primer Borbón que tuvimos reinando, lo que pasa es que venía de Francia, así que el primer Borbón que nace en España es Luis.
Las ilusiones y las esperanzas que había depositadas en este pobre chaval eran inmensas. Le llamaban el Bien Amado, pero, de repente, todo eso se trunca en menos de seis meses, es olvidado en un cajón de la historia y no se vuelve a hablar de él prácticamente nunca.
Eso os dio mucha libertad.
Era un episodio histórico con mucho peso, con mucho fuste y con muchos asideros reales y dramáticos en los que enganchamos, pero a la vez podíamos fantasear, que es lo que nos gusta.
En ‘Reyes de la noche’, en ningún momento se me pasó por la cabeza hacer una biografía de José María García. Es que no me interesa lo más mínimo. A mí lo que me interesa es contar mi historia e inventarme a mis personajes. Eso es lo que hemos hecho: nos hemos documentado mucho, pero luego también hay sitio para la fantasía.
«En ‘Reyes de la noche’ en ningún momento se me pasó por la cabeza hacer una biografía de José María García»
¿Te preocupa que tu humor actual envejezca mal y te tengas que enfrentar algún día a la cancelación?
No, no me pongo a pensar en esos términos porque entonces no nos saldría nada. Nosotros nos sentamos a escribir lo que nos hace gracia, que es lo que hacíamos de chavales. Es, básicamente, lo que nos hacía gracia en el recreo. Escribo en pareja con Cristóbal Garrido y al final estamos de lunes a viernes, tenemos la suerte de ganarnos la vida pensando tonterías.
Mi único afán es escribir algo que me haga gracia a mí y espero que en última instancia sea divertido para otros y que haga reír al espectador. No concibo mi trabajo con un afán provocador. Si la gente se molesta, es su problema.
También te digo, en mi experiencia, y llevo muchos años escribiendo comedia, los que me han cancelado siempre han sido los mismos y no eran las minorías ultrajadas, eran los poderosos.
La irrupción de las plataformas ha provocado un auge del audiovisual y creo, al menos esa es la sensación que da desde fuera, que a los guionistas os ha dado un mayor control sobre el producto final. De hecho, tú mismo diriges algún episodio de ‘La vida breve’.
Pues probablemente sí. Es verdad que de unos años a esta parte los guionistas tenemos un control creativo que antes no teníamos. Eso nos permite elegir las historias que nos interesan y desarrollarlas a nuestra manera.
Esto se dice pronto, pero es complicado, y más en una industria como la de España, que tiene sus limitaciones y en la que muchas veces las plataformas o las cadenas de tele tendían a ser muy conservadoras a la hora de encontrar nuevos caminos e historias que no estén trilladas.
«Los que me han cancelado siempre han sido los mismos y no eran las minorías ultrajadas, eran los poderosos»
Lo que está claro es que generan mayor visibilidad…
Quiero decir que estoy bastante orgulloso de las series que estamos haciendo en este país y de las pelis. La prueba está en que tenemos una imagen buenísima en el exterior, en los mercados internacionales, en las plataformas.
Nosotros, gracias a Netflix, hemos conseguido que nuestras pelis se vean en todo el mundo, muchas veces te dicen que la comedia es algo muy local y que no viaja, y nosotros no creemos que eso sea así. La prueba está en que cuando haces algo divertido, se pueden reír aquí o en Camerún del mismo chiste.
¿Se van a reír en Francia de los chistes de ‘La vida breve’?
Tengo muchas ganas de que la vean en Francia. Hay parte del reparto que es francés. Alex Blasi, que hace del regente de Francia, es un tipo extraño y encantador, me llamó el otro día y me dijo que la había visto entera con su familia y se había muerto de risa.
Espero que llegue a Francia en breve y que se pueda ver fuera, porque creo que más allá de la historia que nos toca a nosotros muy de cerca, de lo que estamos hablando es algo universal. Es de padres e hijos, de lo absurdo de la vida y del tiempo que se escapa entre los dedos sin que te des cuenta.
«Si encontramos una historia que transcurra ahí o que nos sirva, Benidorm y sus alrededores es un escenario alucinante»
¿Te has planteado o te planteas crear algo que se desarrolle aquí en tu ciudad o incluso en la que sea protagonista?
Bueno, es que ya he rodado mucho en Benidorm. Lo que pasa es que era un pelana y no tenía dinero, pero rodaba con mis amigos los cortos de gánsteres sin ayuda de nadie. Ahora que ahí hay una Film Office y todo esto es cuando hay que volver. No lo sé, todo depende de la historia, si encontramos una que transcurra ahí o que nos sirva, Benidorm y sus alrededores es un escenario alucinante y la prueba es que cada día se rueda más en esta zona.
Una de las ideas que tenemos se podría contar en el Levante. No sé si en Benidorm, pero por ahí cerca sí que hay alguna cosa que nos gustaría hacer.
Evidentemente, no me la vas a desvelar todavía.
No, porque está muy verde la cosa. Ya sabes que los del mundo del espectáculo somos muy supersticiosos.