Entrevista > Beatriz Perpiñá / Cofundadora y responsable de Donaciones El Granero (València, 14-agosto-1975)
Tras la DANA, Beatriz Perpiñá y su marido iniciaron una red de ayuda espontánea, que pronto se convirtió en un punto clave de donaciones para los afectados. Desde El Granero, han recibido apoyo de toda España, gestionando alimentos, muebles y enseres para quienes lo han perdido todo.
En esta entrevista, Beatriz nos cuenta cómo nació la iniciativa, cómo han crecido hasta ser reconocidos por la Generalitat Valenciana, y cómo la solidaridad ha unido a toda una comunidad en la reconstrucción.
¿Cómo surgió la iniciativa de Donaciones El Granero?
Todo comenzó limpiando el barro tras la DANA. Vinieron muchos voluntarios y logramos despejar el Granero, aunque aún quedaba mucho por hacer. Una amiga me dijo que un conocido quería donar una furgoneta de material. Sin pensarlo, acepté.
Mi marido dudó porque aún no habíamos terminado la limpieza, pero le dije: «Da igual, la gente lo necesita». En ese momento, sin planificación, empezamos a recibir donaciones y a ayudar a los vecinos afectados.
Viviste en primera persona los efectos de la DANA. ¿Cómo te impactó?
Perdimos la casa de mis suegros, donde guardábamos muebles y recuerdos familiares. Mi edificio quedó sin ascensor y estuvimos diez días sin agua. Pero lo más duro fue ver a mis vecinos sin nada. Recuerdo a una señora mayor con los pies al descubierto y sin ropa interior porque lo había perdido todo. Me rompió el alma. Desde entonces, no hemos parado de ayudar.
«Hemos creado una comunidad unida por la solidaridad»
La solidaridad llegó desde muchos rincones de España. ¿Cómo se multiplicaron las donaciones?
Empezó como una cadena. La gente preguntaba qué necesitábamos y comenzaron a llegar donaciones desde todas partes: Mallorca, Madrid, Huesca, Benissa… Nos trajeron comida, muebles, ropa, juguetes. La respuesta de los vecinos de Alfafar fue impresionante. Con el tiempo, la Generalitat Valenciana nos convirtió en un punto oficial de donaciones.
De una iniciativa espontánea pasasteis a ser un referente en la ayuda a los damnificados. ¿Cómo gestionáis las donaciones?
Nunca hemos dicho que no a nada. Aceptamos todo lo que la gente nos quiera dar, excepto dinero. Lo organizamos según las necesidades del momento. Ahora, por ejemplo, nos piden pintura; antes fueron electrodomésticos pequeños. Recibimos fruta de la ONG Hambre Cero y la repartimos. Nos aseguramos de que todo llegue a quienes realmente lo necesitan.
El Granero se ha convertido en el centro logístico de la ayuda. ¿Cómo os afecta en el día a día?
El Granero sigue sin estar completamente limpio. No nos da tiempo. Trabajo entre semana y los fines de semana los dedico a esto. No tengo días libres desde la DANA, pero no puedo decir que no. Es un esfuerzo enorme, pero necesario.
«Nos aseguramos de que todo llegue a quienes realmente lo necesitan»
Además de lo esencial, también habéis organizado recogidas especiales, como la de juguetes en Navidad. ¿Cómo nació esa idea?
Fue improvisado. Vi a un vecino con el perfil perfecto para disfrazarse de Papá Noel y le convencí. Pensamos que podíamos hacer algo especial y empezaron a llegar juguetes.
Para Reyes, la solidaridad se multiplicó: nos trajeron bicicletas, patines y juguetes de todo tipo. Organizamos rifas para repartir los regalos de manera justa y tuvimos hasta payasos para animar la jornada. Fue precioso ver a los niños felices después de todo lo que habían pasado.
Aunque la iniciativa nació en Alfafar, vuestra ayuda llega a todos los municipios afectados.
Ayudamos a cualquier persona afectada por la DANA, independientemente de dónde viva: Benetússer, Massanassa, Catarroja, Paiporta… Solo pedimos que acrediten su situación, porque esto no es un servicio social, sino un centro de donaciones específico para damnificados.
¿Habéis encontrado casos de gente que intentara aprovecharse?
Al principio venía de todo, pero cuando empezamos a pedir documentación del Consorcio de Compensación de Seguros, se filtró a quienes realmente lo necesitaban. Derivamos a los demás a Servicios Sociales, que es donde deben acudir.
«No tengo días libres desde la DANA, pero no puedo decir que no»
El Granero ha pasado de ser una iniciativa vecinal a un punto de referencia reconocido por la Generalitat. ¿Cómo ocurrió?
Nos contactaron porque les gustó cómo gestionábamos las donaciones. Desde el primer día llevamos un control con nombres, DNI y direcciones de los afectados. Esto nos ayudó a mantener la transparencia y la organización.
¿Cómo puede la gente ayudar o recibir ayuda?
Pueden venir al Granero, en Maestro Serrano, 5, esquina con Maestro Barrachina, o contactar conmigo directamente. Atendemos los sábados y domingos por la mañana. Durante la semana, seguimos organizando donaciones y visitamos las casas de los afectados para asegurarnos de que la ayuda llegue a quienes realmente la necesitan.
Publicáis en redes sociales fotos de las donaciones entregadas. ¿Por qué es importante esa transparencia?
No nos lo piden, pero creo que es justo. Cuando alguien nos hace una donación, hacemos una foto al destinatario y se la enviamos al donante. También subimos vídeos a TikTok para que todo el mundo vea que lo recibido se reparte. Así la gente confía en que su ayuda llega a quienes realmente la necesitan.