La vinculación de Rafa Domínguez, mossèn Torregrossa 2025, con nuestras fiestas de Moros y Cristianos se remontan al lejano 1967, cuando con apenas ocho años, casi nueve, “mi padre me llevó a la filà Andaluces, los Contrabandistas”.
“Recuerdo ir a la filà incluso antes, en 1965, curiosamente un Domingo de Ramos, día que se celebraban las juntas”, apunta, “se me quedó grabado”. Dos años después empezó a salir junto a su hermano Juan.
Rafa reconoce que, aunque está disfrutando mucho, durante los días grandes pasará nervios, “porque será diferente a todas las jornadas festivas vividas”. Hace tres décadas ya quiso ser mossèn Torregrossa, igualmente hace catorce años y ahora dijo “¡esta vez no se me escapa!”
Personaje histórico
Mossèn Torregrosa fue un religioso alcoyano que vivió, en primera persona, la batalla entre moros y cristianos de 1276. Es, por ello, una figura histórica de suma importancia porque cambió los acontecimientos y el destino de nuestra villa de Alcoy cuando se produjo el ataque del visir Al-Azraq, caudillo de la Tercera Revuelta.
Ramón Torregrosa, el capellán más valiente del clero, estaba en retiro espiritual cuando el 5 de mayo de ese año las tropas mahometanas comenzaron el sitio de la localidad alcoyana, pidiendo la rendición de los cristianos. Vio la proximidad bélica y reclamó el máximo coraje a sus vecinos, para que lucharan contra el ejército árabe hasta recibir refuerzos.
El mismo tocó las campanas de guerra y se unió al enfrentamiento: fue un héroe al avisar del inminente peligro y por su fe a Sant Jordi lo invocó en plena batalla. La plegaria dio resultado y el santo apareció lanzando flechas para derrotar a los musulmanes y salvar a los cristianos.
Fue un religioso alcoyano que vivió, en primera persona, la batalla entre moros y cristianos de 1276
Su evolución
Domínguez explica que a mediados de los noventa albergaron dos cargos, “momento que el Primer Tro de la filà me encargó el tema de los boatos”. Poco después, en los albores del nuevo siglo, ingresó en la Asociación de Sant Jordi como tesorero, debido a su profesión de contable.
Informatizó la entidad, a la que perteneció hasta 2008. “Seguidamente, de 2009 a 2016 volvió a tener gran protagonismo entre los Andaluces, con mi hermano como Primer Tro”. Actualmente, tras una gran trayectoria, cuenta con la Insignia de Oro por sus 40 años en la filà y es consejero de la misma.
Ha desempeñado un sinfín de cargos, destacando el de la Escuadra del Mig (1989 y 2017), el de Caballero del Capitán (1996), Gloria Mayor (1998) …
A diferencia de años anteriores, ahora se elige por votación y Rafa Domínguez salió con inmensa mayoría
La elección
Hace catorce años, cuando estuvo cerca de ser mossèn Torregrossa, se llevó a cabo un sorteo entre los candidatos, mientras ahora, “tras la remodelación de los estatutos”, ha sido por votación y “por fortuna salí por una inmensa mayoría”.
Estará acompañado en la Entrada -montado en un burrito, como marca la tradición- por amigos y la familia, con presencia de su mujer, hijos, yerno, nuera y por sus dos nietas, algo que le ilusiona especialmente, Vega y Laia.
Las funciones de Rafa Domínguez serán, fundamentalmente, las de secundar al alférez cristiano, José Cortés. El día de Sant Jordi (este año el 4 de mayo) estará junto a él y sus caballeros en las diferentes procesiones”, al igual que el tercer día, en el Alardo, participando en el acto de las Embajadas, pero sin intervenir directamente.
Mossèn Torregrosa participa en todos los actos, con el papel de acompañar y secundar al alférez cristiano
Integración de la mujer
Estas fiestas serán, del mismo modo, las de la integración total de la mujer, con la representación de Ana Gisbert, de la filà Marrakesch, como alférez moro. “Me alegro mucho, lo hemos vivido con muchísima naturalidad”, sostiene.
“He experimentado tantas cosas…, desde que nos señalaran con el dedo para desfilar, porque la mitad no estaba en condiciones (ríe) a todos arrimar el hombro, pues si no perteneces a una filà no eres nadie en este pueblo”, argumenta.
Todo está cambiando, agrega, y las filàs son muy numerosas, al entrar la mujer y tener los mismos derechos que el hombre. “Estamos conviviendo ambos sexos de una manera estupenda, haciendo juntos todos los actos y sin ningún problema”.
El traje
Por último, respecto al traje, Rafa nos avanza que volverá a ser blanco, clásico, “como el que se ha llevado en los últimos años”. Sin embargo, apunta que en teoría ese color no era el que vestía el capellán de entonces, “aunque el blanco le da algo más de caché”.
Hasta hace pocos años la propia familia Torregrosa tenía el privilegio de representar la figura del mossèn. En 1994 falleció sin descendencia el último miembro de la estirpe y la Asociación de Sant Jordi decidió que una persona cercana al alférez cristiano desempeñaría el cargo.