Entrevista> Pablo Perales Pacheco / Licenciado en Ciencias Ambientales y Técnico Forestal (Torremendo, 9-marzo-1991)
La Vega Baja cuenta con una importante biodiversidad natural, aparte de unos paisajes únicos muy especialmente recomendados para hacer birding. Tanto es así que algunos municipios ofrecen ya rutas ecoturísticas para practicarlo mientras nos adentramos en parajes naturales, lugares que pasan desapercibidos para muchos debido al frenético ritmo de vida que llevamos.
El birding cuenta cada vez con más seguidores y, para conocer a fondo esta actividad y los lugares idóneos para realizarla en la Vega Baja, hemos hablado con el técnico forestal Pablo Perales.
«Especies antaño comunes, como la lechuza común o la codorniz, ya casi no se ven en la comarca»
¿Puedes explicarnos qué es el birding?
Es la observación de aves, o, vulgarmente como lo llamo yo, ‘pajarear’. Es una actividad que consiste en salir a la naturaleza para identificar y disfrutar de las aves en su entorno. No se trata solo de verlas, sino también de escucharlas, entender su comportamiento y valorar su diversidad.
Para muchas personas también es una forma de conectar con el medio ambiente y de aprender a mirar el mundo con más pasión, atención y respeto.
¿Cuáles son los mejores lugares de nuestra comarca para practicar esta actividad?
Hay muchísimos lugares interesantes para el birding, pero si tengo que destacar algunos, sería el Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja, por ser un espacio magnífico para ver aves acuáticas como los flamencos (Phoenicopterus roseus), además de que es uno de los últimos refugios del aguilucho cenizo (Circus pygargus) y el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), aves seriamente amenazadas.
También recomendaría Sierra Escalona y su entorno, por ser uno de los lugares con mayor riqueza de aves rapaces de la Comunitat Valenciana, y poseer una de las poblaciones con mayor densidad de búho real (Bubo bubo) del planeta.
¿Señalarías algún otro lugar?
Sí, para las aves marinas, el mejor punto sería Cabo Cervera, en Torrevieja, donde se pueden observar pardelas, charranes, alcatraces y otras especies ligadas al mar. Las Lagunas de Lo Monte, en Pilar de la Horadada, ofrecen oportunidades fantásticas para observar aves acuáticas amenazadas, como la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), y posee observatorios especialmente diseñados para practicar birding.
Añadiría también como espacio idóneo para practicar el birding las Sierras de Orihuela y Callosa, excelentes para la observación de aves rapaces y rupícolas. Es posible avistar especies emblemáticas como el águila perdicera o el águila real y, por supuesto, todo el curso del río Segura, especialmente el Molino de la Ciudad en Orihuela, donde existe una de las colonias de garzas más importantes de la Vega Baja.
«Son los espacios naturales de la comarca los auténticos refugios para la biodiversidad»
Hay una gran variedad de aves en los diferentes espacios de la comarca…
Contamos con mucha diversidad por las características paisajísticas de nuestra zona. Otro excelente lugar que destacar sería el Parque Natural del Hondo, situado cerca de Dolores y Catral.
Es uno de los humedales más importantes de la península para especies amenazadas como la cerceta pardilla o la malvasía cabeciblanca y, probablemente, sea el lugar de mayor atracción de turistas ornitológicos de la provincia de Alicante, ofreciendo a los visitantes más de 240 especies posibles para su observación a lo largo del año, según la plataforma ornitológica ‘e-bird’.
¿Afecta la época del año en la que nos encontramos a las aves que podemos avistar?
Por supuesto, dependiendo de la época del año podremos observar unas especies u otras, debido al carácter migratorio de muchas aves. Las aves están en constante movimiento. Las especies estivales son más fáciles de ver en primavera y verano, mientras que las invernantes se concentran en los meses de invierno. Además, contamos con especies residentes que permanecen todo el año en la zona.
En los periodos de migración, tanto en primavera como en otoño, el paisaje puede sorprendernos con la presencia de aves en paso o especies poco habituales que, ocasionalmente, aparecen en nuestras latitudes.
«Durante los periodos de migración, es posible avistar aves no habituales en estas latitudes»
Tenemos la suerte de contar con aves acuáticas en los parajes de la comarca. ¿Cuáles son más fáciles de observar?
Pues dependiendo del medio y la época del año, las aves acuáticas más habituales de observar son generalmente: el ánade real (Anas plathyrhynchos), la focha (Fulica atra) o la gallineta (Gallinula chloropus).
No obstante, en ambientes con presencia de garzas, como el Molino de la Ciudad de Orihuela, la más habitual sería la garcilla bueyera (Bubulcus ibis); y en la desembocadura del Segura en Guardamar, durante el invierno, predominan las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) o el cormorán grande (Phalacrocorax carbo).
¿Y las más complicadas de ver?
Las más complicadas son generalmente aves que se encuentran en serio declive, precisamente por los daños medioambientales que los humanos hemos ocasionado al planeta a través de nuestras prácticas.
¿Puedes ponernos algún ejemplo?
Especies antaño comunes, como la lechuza común (Tyto alba) o la codorniz (Coturnix coturnix), ya no lo son. Su presencia en la Vega Baja ha pasado a ser anecdótica por el uso de rodenticidas en el primer caso, y la pérdida de hábitat y exceso de caza en el segundo.
Otras como el alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) o la carraca europea (Coracias garrulus), probablemente las podamos dar ya como extintas, debido al excesivo uso de plaguicidas en los campos. A todo ello, hay que sumar un sinfín de proyectos de instalaciones fotovoltaicas, canalizaciones de acequias y azarbes, creación de monocultivos, invernaderos, urbanizaciones, etc. Construcciones que empeoran el bienestar de las aves en la comarca.
«El Molino de la Ciudad en Orihuela tiene una importante colonia de garzas»
Como profesional, ¿reconoces todas las aves que ves?
Por lo general, si es en la Vega Baja, sí. No obstante, hay veces que un ave puede encontrarse en una zona de difícil observación o que pase volando fugazmente y no pueda identificarla.
En mi caso, la observación de aves es además de mi pasión, mi trabajo. Al igual que un médico tiene que dar un diagnóstico sobre una enfermedad, yo tengo que reconocer las especies de aves con las que trabajo y formarme de manera continuada para ello.
Si realizo una ruta guiada, debo saber identificarlas y mostrarlas al ‘birdwatcher’ o, si realizo un trabajo técnico para una empresa, he de reconocer y valorar las especies que se encuentren en un lugar determinado.
¿Cuál es la mejor época y momento para observar las aves?
La mejor época del año son todas. En el mediterráneo tenemos siempre especies interesantes para observar y ciclos biológicos que apreciar para poder entender el medio ambiente en el que vivimos.
Para mí, los mejores momentos para observar aves son a primera hora de la mañana, al atardecer y, en verano, por supuesto, por la noche, con el sinfín de chotacabras pardos (Caprimulgus ruficollis), alcaravanes (Burhinus oedicnemus) y rapaces nocturnas como búhos reales (Bubo bubo), autillos (Otus scops) o búhos chicos (Asio otus) que tenemos en la Vega Baja.
¿Es una actividad que podemos realizar por nuestra cuenta?
Por supuesto. La observación de aves es una actividad que podemos practicar de manera gratuita y sencilla, no obstante, para ello necesitaremos formarnos de manera autodidacta con alguna guía de aves, aplicaciones, etc. O contratar los servicios de un guía de birding si queremos observar esas especies más difíciles de identificar o encontrar.
«En las Lagunas de lo Monte es posible observar aves acuáticas amenazadas»
¿Qué tips o recomendaciones darías a nuestros lectores interesados en realizar esta actividad?
Mis recomendaciones básicas serían que empezaran en lugares cercanos y conocidos. No hace falta irse muy lejos para ver aves; parques, humedales o las sierras cercanas son perfectos para iniciarse. También es importante contar con unos buenos prismáticos para ver los detalles y llevar una guía de aves, les ayudará a identificar las especies y entender mejor lo que están observando.
Otro consejo fundamental es tener paciencia y caminar despacio. El birding no es una actividad de prisas; hay que moverse con calma, hacer paradas largas y tratar de pasar desapercibido para poder observar el comportamiento natural de las aves. Prestar atención a la hora del día, normalmente, las mejores horas para ver aves son temprano en la mañana y al final de la tarde, momentos en los que están más activas y la luz es más suave.
¿Recomiendas llevar un cuaderno?
Sí, ayuda mucho registrar las observaciones. Anotar las especies que ven, los lugares, el momento y cualquier detalle interesante les permitirá seguir su evolución, aprender mucho y disfrutar todavía más de cada salida y observación.
¿Por qué es tan importante preservar y observar la fauna y flora para nuestro futuro?
Es fundamental para nuestro futuro porque nos conecta directamente con el equilibrio natural del que dependemos. En un lugar como la Vega Baja del Segura, donde convivimos con humedales, sierras, campos agrícolas y zonas costeras, la biodiversidad no solo embellece el paisaje, sino que también sostiene los servicios esenciales que nos proporciona la naturaleza: el agua limpia, el suelo fértil, el control de plagas o la polinización de los cultivos.
Observar la fauna y la flora nos ayuda a entender estos procesos, a valorar su importancia real y a ser conscientes de que su conservación no es un lujo, sino una necesidad. Cada especie, cada ecosistema, es una pieza clave que, si desaparece, afecta al conjunto.