El pasado mes de abril ‘Los amigos de tu hermana’ se lazaron con el triunfo en La Vila Talent Fest, un evento que les ha dado acceso a poder formar parte del cartel de artistas que el próximo día 27 de junio, y también en La Vila Joiosa, compondrá el ‘Maror fest’, una de las citas musicales más importantes del verano de la Marina Baixa.
A pocos meses de afrontar, como ellos mismos explican, el concierto más potente de su todavía joven carrera, esta formación local mira con ilusión hacia un evento en el que podrán desplegar su amplio repertorio de temas propios en los que combinan estilos tan distintos como la rumba, el pop o el rock.
Producto de su tiempo
Hubo un tiempo en el que para triunfar en el mundo de la música era necesario que una discográfica apostara por una formación, le diera la oportunidad de grabar un disco (en formato físico) y lo moviera por tiendas y emisoras de radio. Ahora, sin embargo, todo se ha democratizado más y las nuevas tecnologías han facilitado que los artistas puedan lanzar sus propuestas al mundo.
Es gracias a esa nueva manera de autopromocionarse que ‘Los amigos de tu hermana’ han podido hacerse un hueco, por ahora, en el panorama musical de la Marina Baixa y, gracias a esos pequeños pasos que ya han comenzado a dar, iniciar el camino hacia cotas más elevadas de fama y éxito. Mientras preparan su asalto al Maror Fest vilero este verano, sus lápices, como ellos mismos expresan, siguen echando humo con la composición de nuevas propuestas.
«Hace poco que hemos dado el salto, pero llevamos mucho tiempo trabajando en nuestros temas»
¿Qué tal se siente uno cuando empieza a ganar ’talents’, aunque sea locales, y le van a poner en el cartel del Maror Fest?
Jaime Miquel (JM) – Muy bien, la verdad. Muy agradecidos porque hace relativamente poco que hemos dado ese salto, pero llevamos mucho tiempo trabajando en nuestros temas y esto es un premio a todo lo que hemos trabajado y grabado.
En el panorama de la música local hay muchos grupos que se dedican a hacer versiones de otros artistas, pero vosotros habéis apostado fuerte por vuestros propios temas. Supongo que hay un momento en el que os tuvisteis que juntar y tomar la decisión de qué camino seguir.
JM – Sí, lo hemos pasado. Eso da un poco de vértigo, porque claro, tú empiezas haciendo versiones y la gente va porque le gustan esas canciones que conocen. Están cómodos. Entonces, las primeras veces dices: ‘venga, vamos a meter un tema nuestro’ y compruebas si les gusta.
Lo que da vértigo es llevar un repertorio totalmente tuyo, porque siempre te preguntas si se lo pasarán bien. Por eso seguimos haciendo versiones, porque a la gente les gusta y a nosotros también. Es la música que nos gusta y de dónde hemos sacado nuestra inspiración.
Entre lo que ya tenéis publicado hay temas muy distintos que van desde la rumba hasta rock más puro y me resulta complicado encontrar en vuestra música una referencia clara. ¿De dónde habéis bebido?
Carlos Aldea (CA) – Pues bebemos de muchas corrientes. Al final, como dices, ‘Rumbita pa olvidarte’ es una rumba, pero, como has dicho, también tocamos rock y distintos géneros. Habría muchísimos grupos que enumerar si hacemos una lista de nuestras influencias.
Con las rumbas, por ejemplo, a mí me gustan mucho Los Chichos o Rumba Tres. Hay muchos grupos ahí que tienen su nacimiento en los años setenta u ochenta. También tenemos mucho de las bandas sonoras de cine kinki o navajero. A mí, por ejemplo, me encanta el pop rock japonés.
«Seguimos haciendo versiones porque a la gente también les gusta y a nosotros nos encanta tocarlas»
Me acabas de dejar en fuera de juego. De hecho, te iba a preguntar qué es lo más raro que puedo encontrar en tu lista de Spotify y seguramente sea eso.
CA – Ahí lo tienes. Son corrientes que de repente escuchas y dices: ‘ostras, ¿pero esto qué es? ¿Cómo están haciendo esto con este instrumento?’. Y esto lo coges y ahí vas pillando.
JM – Yo soy un loco del rock nacional argentino, pero loco a niveles Charly García, Fito Páez. Y por supuesto, Calamaro y Los Rodríguez, que también bebemos mucho ese rock torero como el de Gabinete Caligari, por ejemplo. Bebemos de muchos vasos.
Cuando decidís dar el paso de apostar por vuestras propias versiones, ¿dónde creéis que está el secreto para que a la gente le guste? Lo digo porque, por seguir con vuestras preferencias, puede que al público les gustaran vuestras versiones de Calamaro y, de repente, ahora salís con una rumba y les dejáis con el pie cambiado.
CA – Puede ser. Pero ahí está la cosa de que lo hacemos con muchas ganas, bonito, y muy real. Las letras que componemos, que van muy ligadas al tipo de música, a lo que se está escuchando, nacen de sentimientos muy puros.
¿Quién compone?
C.A. Jaime y yo. Sobre todo, nosotros dos nos encargamos de las letras. Es un proceso de construcción. Uno trae una idea de letra o melodía y entre los dos vamos tirando del hilo. Luego, ya en la parte final del proceso, el resto de miembros del grupo lo van escuchando también y van aportando sus cosas.
Tenemos una comunicación muy abierta entre todos… a Jaime lo he mandado mil veces `a la mierda´ y él a mí también.
«Las letras que hacemos, que van muy ligadas al tipo de música, a lo que se está escuchando, nacen de sentimientos muy puros»
Hay quien dice que el secreto del éxito de una relación, del tipo que sea, es poder decirse las cosas a la cara.
JM – Al final esto se ve de una manera muy romántica, eso de que nos vamos por las tardes a tocar un rato con los amigos. Claro, eso es fenomenal, pero cuando estás obsesionado con una canción y llevas cuatro horas metido en el cuarto en el que ensayamos a treinta y pico grados en verano, la noche anterior has salido… ya no es tan romántico.
A veces hay que parar un ratito y fumar un cigarro, darte una vuelta y quitarte la cabezonería, pero eso también es bonito.
Hasta no hace tanto tiempo, el gran objetivo de un grupo incipiente era grabar un disco en formato físico. Ahora, con la aparición de tantas plataformas, la manera de poder dejarte oír es muy distinta.
JM – Ahora es más fácil, pero también hay más competencia. Es más fácil porque perfectamente puedes tener tu música en Spotify. ¿Qué pasa? Que ahora no hay un filtro, antes eran los propios sellos discográficos, aunque creo que eso también está bien, ¿por qué tienen que ser los sellos los que digan tú sí, tú no? Por el otro lado, al haber tantas propuestas la gente se puede sentir abrumada.
«Tenemos una comunicación muy abierta entre todos»
Tras ganar ‘La Vila Talent Fest’ os habéis ganado el derecho de formar parte del cartel del ‘Maror Fest’ del 27 de junio. ¿Ese va a ser, hasta la fecha, vuestro concierto más potente?
JM – Sí, seguro. Además, compartir cartel con Rozalén, con Muchachito… con grupos que son gente que está consolidada.
Ya no es sólo el festival y subirte a un escenario grande, porque nosotros no tenemos miedo a tocar donde sea; te das cuenta de que no estás juntándote con tu amigo, que es DJ, y cuando terminemos nosotros de tocar se subirá él y se pondrá a pinchar. De repente, el que se va a subir después es grande y te va a estar viendo. Y tú lo tienes que hacer bien.
¿Os va a dar tiempo a componer algún tema nuevo para ese concierto?
CA – Seguro. Vamos a ir moviéndonos. Ahora mismo, nos sale fuego del lápiz.
Desde el mundo de la rumba, el pop o el rock, los estilos que trabajáis… ¿se pueden hacer temas reivindicativos?
CA – Por supuesto. Y creo que, de hecho, la música es un espacio en el que tú tienes el poder y la forma de transmitirlo. Además, si sabes que hay gente que te está escuchando, tienes el deber de contar tu verdad. Aunque eso también hay que cogerlo con cuidado, porque al final, en esta época de cancelación…
«La música es un espacio en el tú tienes el poder y la forma de transmitir tu propio mensaje»
A la hora de componer, ¿tenéis en cuenta esas cosas? ¿Pensáis en cómo puede envejecer un tema?
JM – Sí, pero nosotros somos chavales de a pie, que están en la orden del día. No es tampoco un miedo, porque lo que quiero transmitir o lo que voy a decir no creo que vaya a ofender a alguien. Y si ofende a alguien, no estaría molesto.
Vosotros sois de una generación en la que, por poner solo un ejemplo, el acceso a la vivienda o la precariedad laboral es una preocupación constante. Sin embargo, y precisamente por eso, ¿pensáis que vuestro público no quiere de vosotros que tratéis esos temas y que apostéis por algo más ligero para, al menos en vuestro concierto, poder olvidar los problemas?
CA – Así es. Muchas veces, la gente sólo quiere ver una peli, una serie o ir a un concierto para desconectar de sus problemas.
Pero creo que también puedes hablar de ciertos temas sin dar una chapa monstruosa. No puedo subirme a un escenario, sacar un manifiesto y ponerme a leerlo. Es que la gente no viene a ver eso. La gente viene a pasar un rato con sus colegas. A la vez, la gente quiere verse reflejada en lo que escucha. Tú quieres ponerte un tema de desamor y pensar ‘soy ese del que están hablando’.
Tú decías antes que te mola mucho el pop rock japonés y cuando nos ponemos muy intensitos siempre decimos aquello de que la música es un idioma universal. ¿Tú crees que un japonés escuchando la música de ‘Los Amigos de Tu Hermana’ puede sentirse apelado?
CA – Por supuesto, no tengo ni idea de japonés y, aun así, cuando escucho las canciones, digo: ‘no sé qué me estás contando, pero esto me mola’.
«Puedes hablar de ciertos temas sin dar una chapa monstruosa»
¿Qué diferencia tiene con lo que hacemos nosotros?
CA – Bueno, las canciones japonesas son canciones muy rápidas, con muchos cortes, bastante técnicas a nivel guitarras, utilizan unos sintetizadores muy ‘guays’… son canciones muy frenéticas. No te dejan respirar, van a piñón, y a mí eso me gusta mucho.
No me puedo quedar con la duda… ¿quiénes son los amigos y de quién es la hermana?
JM – (Ríe) Al final, no hay una hermana como tal. ‘Los amigos de tu hermana’ son una figura un poco desconocida, es un concepto.