Entrevista > Amadeu Ros Torres / Vicepresidente segundo de la Cofradía de pescadores de Xàbia (Xàbia, 8-noviembre-1963)
Con cien años de historia a sus espaldas, la Cofradía de pescadores de Xàbia es una parte fundamental de la sociedad y la economía local. Hablamos con Amadeu Ros, vicepresidente segundo de la entidad, para conocer más de sus orígenes y los desafíos que encuentran los pescadores en la actualidad.
Para comprender mejor, ¿podrías contarnos cómo fueron los inicios de la cofradía y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo?
Los inicios están entre 1920 y 1930, con la creación de los pósitos de pescadores. Fue una iniciativa de Alfredo Saralegui, un militar de la armada preocupado por la miseria de los pescadores y sus familias. Logró crear una línea de crédito marítimo para hacer cooperativas pesqueras en cada puerto. Tras la Guerra Civil, Franco las nombró cofradías de pescadores.
¿Qué significó la creación de los pósitos para la comunidad pesquera?
Gracias a las líneas de subvención de la Casa Naval Marítima, se pudieron hacer lonjas o comprar camiones para distribuir; fue cuando la gente se empezó a organizar. Siempre eran sin ánimo de lucro, una cooperativa que reinvertía los ingresos en beneficio de las familias y los pescadores.
¿Cómo ha sido la evolución durante los siguientes años?
Hemos sobrevivido. Pasamos la guerra, durante la cual muchas barcas fueron decomisadas. En la posguerra, había muchísimo pescado, lo que ayudó a alimentar a la gente empobrecida.
«Para el Ministerio la pesca recreativa no existe, lo que genera competencia desleal porque algunos venden el pescado en ‘negro’»
Sabemos que el pescado azul salvó a mucha gente del hambre. ¿Cuál es el impacto económico de la actividad pesquera en la zona hoy en día?
El Pósito y sus barcos son el inicio de la cadena de producción y de la riqueza. El pescador que lo saca del agua tiene una primera venta en la lonja, y luego se añaden importes con la gente que comercia con el pescado, hasta llegar al consumidor.
Además de la subasta en la lonja, la cofradía vende directamente al público. ¿Cómo es este proceso?
La cofradía es quien compra el pescado y lo pone a la venta. Los beneficios son para pagar a los trabajadores y sus seguridades sociales.
Entonces, ¿la venta de proximidad garantiza la frescura y calidad del producto?
Sí, es un seguro de garantía de un pescado fresco y saludable.
La cofradía también difunde la cultura marinera. ¿Qué papel juegan actividades como las visitas guiadas y la promoción del salazón?
Antes había hermetismo, pero el futuro está en la trazabilidad, la transparencia y la publicidad. Explotamos un recurso natural público con nuestra licencia, pagamos impuestos y generamos toda una cadena económica.
«El Pósito y sus barcos son el inicio de la cadena de producción y de la riqueza»
En los últimos años, ¿cómo ha afectado la presión de la náutica recreativa a la faena, especialmente a los barcos artesanales?
Nos dificulta bastante. Los barcos artesanales trabajan cerca de tierra, donde hay más navegación recreativa, fondeo, baño o motos acuáticas. Todo esto entorpece nuestro trabajo diario.
¿Y qué hay de la pesca recreativa?
Hay muchísima pesca recreativa, pero no se sabe cuántos kilos se desembarcan. Esta pesca no existe para el Ministerio, lo que genera competencia desleal, porque algunos venden el pescado en ‘negro’.
¿Cuál es la situación actual con las cuotas que marca Europa?
Estamos muy enfadados. En los últimos cinco años, con el Plan Plurianual Demersal del Mediterráneo, la cuota que nos han impuesto es la mitad de lo que estábamos pescando. Aparte de quitarnos días, nos dejan a la mitad de la cuota. Esto no lo entendemos, nos cortan las alas para tener sueldos dignos.
¿Sentís que el Ministerio defiende los intereses de los pescadores españoles en Europa?
No lo parece. En diciembre, el Ministerio aceptó la propuesta de la Unión Europea de veintisiete días de trabajo para todo el año. Esto es un insulto. El Ministerio no debería haber aceptado esos días.
«Antes había hermetismo, pero el futuro está en la trazabilidad, la transparencia y la publicidad»
En contraposición, la Conselleria ha propuesto medidas. ¿Qué expectativas tenéis ante estas iniciativas?
Soy optimista. Espero que la Unión Europea y el Ministerio recapaciten. En el Pósito de Xàbia estamos por las reservas marinas y de pesca, y por alcanzar el 30% del mar que no se pesque. Esto garantiza que en el futuro podamos seguir pescando y viviendo.
Pensando en el futuro, ¿qué se está haciendo para atraer al sector a las nuevas generaciones?
Desgraciadamente no podemos asegurar a los jóvenes un salario digno y estable. Si solo trabajamos siete meses al año, ¿de qué van a vivir los otros cinco? Para los jóvenes esto no es atractivo.
¿Ésta falta de estabilidad se debe a las cuotas?
Exacto. Además, la formación no es fácil, no se facilita el acceso a los estudios necesarios para ser pescador.
Ante esta situación, ¿cuál es el mensaje que te gustaría enviar a la ciudadanía?
Los pescadores del Mediterráneo tenemos la granja marina más grande de todas. No la tenemos que alimentar ni dar antibióticos. Solo tenemos que cuidar nuestro mar. Cuidando nuestro mar tenemos granja marina para toda la vida.