Unos premios, un juguete, un bebedero, tu perro y muchas ganas de pasarlo bien, es todo lo que se precisa para acudir al Grupo de Recreación Deportiva Agility Star Can de Santa Pola, apunta su secretaria, Ana Carral, “disfrutarán y aprenderán”.
Creada en 1986, esta entidad sin ánimo de lucro pronto, en 1993, se especializó en el adiestramiento: Obediencia y Agility, es decir agilidad canina (saltos, túneles, pasarelas…). “Desde entonces competimos”, agrega.
Carral ha ejercido diferentes funciones en un club actualmente presidido por Ana Alonso. Su vinculación con los perros comenzó a principios de siglo, “antes no tenía mucha idea”, confiesa, siendo su propio can el primero que adiestró, fascinándola. Después se formó con cursos y seminarios, comenzando con perros que no son los suyos.
Su inteligencia
El perro asume las actividades con rapidez, divirtiéndose, “a veces no comprendemos lo inteligentes que son”, expresa. Los entrenamientos se fundamentan en el respeto y refuerzo positivo, “pues el animal lo hace porque obtiene algo, en forma de recompensa o premio”.
“Es el guía quien dirige al perro, dándole una serie de órdenes para que haga el recorrido correctamente”, considera, antes de remarcar que se crea un vínculo enorme entre el dueño y el perro, tanto en Agility como en Obediencia.
En este sentido, indica que “cada raza es diferente y cada individuo es distinto”. Muchas veces depende del guía, “porque puede ser un perro muy listo, pero si el instructor no está a la altura…”. En cambio, si tiene experiencia y recursos, aprenderá mucho más rápido.
Los entrenamientos que realizan se fundamentan siempre en el respeto y refuerzo positivo
Los ejercicios
Obviamente hay ejercicios que les cuestan más, “a un perro le puede ser complicada una cosa y esa misma no a otro”. Carral insiste que en Agility trabajan mucho los obstáculos de zonas de contacto (balancín, empalizada y pasarela), todos con un color diferente, al inicio y final.
Esas zonas el perro las tiene que pisar, no saltar por encima. “Hay varias maneras de enseñarle, como las técnicas ‘2 on, 2 off’, para que ponga las dos patas de atrás en el obstáculo y las de delante en el suelo”. Igualmente está el running contact, en el que el perro va corriendo sin parar, tocando la zona.
Aquellos perros que adiestran adquieren varios grados de aprendizaje, básicos y complejos
La Obediencia
Los perros que adiestran adquieren varios grados de Obediencia, desde el básico, “que no tire de la correa al andar o se mantenga quieto”. Seguidamente se va complicando, con posiciones a distancia, “donde dejas al perro y a unos cinco o diez metros le ordenas que se siente, tumbe o se ponga de pie”.
Ya en un grado superior, se le pide que se tumbe. “Lo llamas, viene y después debe estirarse en el mismo lugar”. Otro es el llamado Bloque, en el que se coloca un trozo de madera a treinta metros, junto a tres-cuatro más, para que el animal traiga solo la que hemos tocado. “¡Lo hacen, es una pasada!”, argumenta orgullosa.
Para Carral, “son sobrenaturales, mucho más que cualquier persona”. En ocasiones demostramos que son capaces de pensar, “dejando que él solo descubra qué queremos que haga, reforzándole”. Se motivan y les da confianza. “Es sorprendente lo que aprenden, lo rápido que lo hacen y cómo son capaces de engañarte, sin mala fe”, explica.
Un can es feliz mientras hace actividades de Agility y Obediencia, les refuerza y se motivan
Saber qué dicen
Los guías de Agility Star Can confiesan que comprenden lo que los perros les dicen cuando ladran, “normalmente te están exigiendo, debido a que habitualmente somos torpes y lentos”. Si está en pista y ladra puede ser porque está excitado, estresado, y es su manera de comunicarlo -que te lo traslada- o nos pide que nos activemos, como diciendo ¿qué hago ahora?
En absoluto está enfadado, “ya que jamás se molestan mientras hacen Obediencia o Agility, al contrario, están felices, se divierten”. Permanecen en la puerta del campo de entrenamiento ladrando “porque desean entrar”.
“Con el ladrido te expresan cosas, distintas según la situación”, asevera la secretaria del club, para quien es determinante el tono en el que les hablamos, aprendiendo por asociaciones y repeticiones, “por eso es importante decirles palabras cortas, precisas”. Asimismo, nos huelen, distinguen olores a larga distancia, reconocen los caminos o los coches…
Aprender de los perros
Son muchos los aspectos que podemos aprender de los perros, que acaban siendo uno más de la familia. “Comenzando por la lealtad o el amor que siente hacia su dueño, sin esperar nada a cambio, es infinito”.
Los perros le han hecho mejor persona, valora mucho más todo, se sincera Carral, especialmente “el primero que tuve, Danko, del que me acuerdo todos los días”. Fue el ‘culpable’ de que las actividades deportivas del perro comenzaran en Santa Pola, en 2013.