Entrevista > Julio Morell Montes / Director territorial en Levante de la Mutua MAZ (Elche, 30-noviembre-1973)
Transcripción: David Rubio / Fotografías: Joan del Monte
Las mutuas son entidades colaboradoras de la Seguridad Social y un perfecto termómetro para conocer ciertas situaciones laborales de nuestro País. Por ello hablamos con Julio Morell Montes, que desde enero de este año es el director territorial en Levante de la Mutua MAZ.
La delegación que dirige Morell abarca a Castellón, València, Alicante, Cuenca, Albacete, Murcia, Almería y Melilla; cuenta con aproximadamente 160 trabajadores; tiene como clientes unas 25.000 empresas más los autónomos; y da cobertura a unos 160.000 trabajadores.
Julio Morell Montes
Morell es licenciado en Administración y Dirección de Empresa por la UA, máster en Gestión y Planificación de Servicios Sanitarios por la UCAM y máster en Prevención de Riesgos Laborales.
Tras casi cuatro años encargado del negocio internacional de una empresa que se dedicaba a la fabricación de calzado, en 2002 es fichado por MAZ como experto financiero para ser responsable de esa área, y en 2013, tras el desafortunado fallecimiento de su antecesor con tan solo 55 años, es propuesto para ocupar la dirección de la mutua en la provincia de Alicante.
El cambio a la dirección territorial “es un paso adelante en mi carrera, aparte de más responsabilidad de territorio es pasar a formar parte del Comité Interterritorial, que es algo intermedio entre la dirección general y la territorial”.
¿Cómo definirías la labor de una mutua?
Resumiéndolo muchísimo. Nosotros existimos para dar un servicio al afiliado que es trabajador de una empresa o autónomo. Seguimos, por ejemplo, la trayectoria marcada por la Mutua Ilicitana, que se creó en 1933 precisamente como una asociación libre de empresarios unidos para dar cobertura a los empleados cuando tenían un accidente.
Sin embargo ahora hemos ampliado muchísimas coberturas más. No solo nos dedicamos a un control total del proceso en caso de accidente laboral o enfermedad profesional, sino que tenemos también un control secundario de otros aspectos como la baja emitida por el médico de atención primaria, la prestación de riesgos por embarazo y lactancia, o la reducción de jornada que se solicita por enfermedad grave de un hijo.
Nuestra labor es curar a los trabajadores intentando reincorporarlos a su puesto de trabajo en las mejores condiciones, y tratando de acortar los periodos de baja. Todo ello lo hacemos con nuestra ayuda sanitaria o con intervenciones quirúrgicas.
¿Cuál es la definición exacta de accidente laboral y enfermedad profesional?
El accidente de trabajo es cualquier hecho traumático que ocurra en el centro de trabajo o en el camino de ida o regreso.
Por otra parte la enfermedad profesional es una dolencia del trabajador que se le manifiesta durante el tiempo. Para ello tiene que estar expuesto al riesgo, y que esta exposición sea lo suficientemente importante como para ser el justificante de dicha dolencia. De hecho tenemos un listado específico de enfermedades profesionales. Aún así, existe un limbo entre lo que se considera hecho traumático y lo que no.
¿Crees que se realiza correctamente la prevención de riesgos desde las empresas y las mutuas? ¿Se podrían corregir algunas cosas para evitar más accidentes o enfermedades?
En 2006 nos hicieron separar nuestra gestión de mutua del servicio de prevención. No voy a entrar si esto fue un acierto o error, pero desde entonces es así. Yo creo que es más importante prevenir que curar, y las sociedades de prevención hacen un buen trabajo. Evidentemente ni todas las sociedades de prevención, ni todas las empresas, ni todos los trabajadores son iguales. Algunas están más enfocadas en evitar accidentes, y otras se toman esto de una forma más liviana.
Lo que sí es cierto, de acuerdo con mi experiencia laboral de 23 años, es que cada vez veo a las empresas más pendientes de que sus trabajadores tengan las mejores condiciones posibles tanto en su puesto de trabajo como en su ambiente laboral. Al final ellos son sus fuentes de ingresos.
Además el absentismo nos está produciendo unos problemas muy graves de competitividad en España. En 2024 esto supuso unas pérdidas de casi 30.000 millones de euros. La mitad fueron prestaciones, y, la otra parte, directo de las empresas derivadas de estos gastos, ya que las hace resentir su producción y muchas veces no es fácil la sustitución de la persona.
«Los empresarios participan en las mutuas básicamente por colaborar con la sociedad»
¿Por qué la Seguridad Social decidió contar con las mutuas, en lugar de asumir todas estas responsabilidades?
No es algo descabellado pensar que nuestra gestión es ágil. Estamos muy focalizados en intentar reducir los periodos de baja para ayudar a los trabajadores a recuperar su salud lo antes posible. Optimizamos al máximo los recursos que tenemos. Por eso somos eficaces para la Seguridad Social.
Actualmente las mutuas se conciben sin ánimo de lucro, pero siguen participando empresarios en ellas. ¿Qué ventajas obtienen?
Es una pregunta muy buena. Es cierto que el patrimonio mutual sigue perteneciendo a los empresarios, y éstos integran las juntas directivas por el mero hecho de colaborar con la Seguridad Social. No obtienen un rendimiento económico. De hecho, en el muy improbable caso de que las mutuas tuvieran un quebranto, tendrían que participar de la pérdida.
Por tanto, es difícil explicar por qué los empresarios participan en la mutua, salvo por su voluntad más que mostrada de ser colaboradores hacia la sociedad.
«Igual que ocurre en el sistema público, tenemos muchísima dificultad para encontrar profesionales sanitarios… y más aún con experiencia»
¿Entonces el dinero sale totalmente de la Seguridad Social?
Nosotros como mutua seguimos siendo una entidad privada, pero gestionamos fondos públicos desde que la ley fijó que las cotizaciones de empresarios pasaran a ser de la Seguridad Social. El origen de este dinero cambió, aunque la asociación de empresarios sigue teniendo el mismo espíritu. Nuestros fondos vienen de los Presupuestos Generales del Estado y somos una figura asimilada a una empresa pública.
Así pues si un trabajador afiliado a MAZ tuviera un accidente, nosotros somos los garantes de las prestaciones que recibiera tanto en vida como incluso post mortem.
Por eso nuestra prioridad no es conseguir la rentabilidad, sino dar el mejor servicio. Eso sí, equilibrando las cuentas… que tampoco es fácil.
¿Cuáles son las mayores complejidades que supone gestionar todo esto?
Muchas (risas). Para empezar las mutuas no dejamos de ser entidades que cubrimos eventualidades, ya que los accidentes en principio son imprevisibles.
Por otra parte, al igual que ocurre en el sistema público, nosotros también tenemos muchísima dificultad en encontrar profesionales sanitarios… y más aún con experiencia. Ya no solo nos cuesta cubrir las plazas, sino también la rotación que tienen estos sanitarios.
«Veo a las empresas cada vez más pendientes de ofrecer mejores condiciones laborales»
En general las facultades universitarias son muy cerradas en que solo salgan las plazas suficientes para cubrir las plazas MIR. ¿Se debería abrir este abanico?
Sí. El MIR es una especialización y nosotros trabajamos con médicos generales. Es cierto que también tenemos traumatólogos, neurólogos o neurocirujanos que vienen vía MIR, pero para el resto de profesionales no necesitamos este procedimiento.
De hecho todas las mutuas estamos trayéndonos profesionales de alta cualificación de otros países, debido a las dificultades que estamos teniendo de conseguir tanto médicos como enfermeros en España.
¿Qué objetivos tenéis en cuanto a la modernización de la mutua?
Ahora estamos abriendo un centro nuevo en València, más grande, y probablemente ya en 2026 inauguraremos uno nuevo en Elche pasando de un local de 400 m2 a unas instalaciones de 2.500 m2. Actualmente tenemos centros en Castellón, València, Albacete, Melilla, ocho en Alicante, dos en Murcia y dos en Almería.
Queremos ofrecer a nuestros mutualistas el mejor servicio asistencial y mantener unas instalaciones lo más actualizadas posibles. Todo ello teniendo en cuenta que nos enfrentamos a las limitaciones que supone formar parte del sistema público, teniéndonos que ceñir a los presupuestos fijados para inversiones. Además, éstas deben tener siempre la autorización y supervisión de la dirección general de ordenación de la Seguridad Social.
«El absentismo nos costó en España unos 30.000 millones de euros en 2024»
¿Os puede beneficiar la Inteligencia Artificial (IA) u otras nuevas tecnologías?
Como en todos los sectores, la IA ha sido un elemento disruptivo total para las mutuas. En el caso concreto de MAZ, hemos implantado un sistema de reconocimiento de imágenes en radiología. De esta forma, cuando hacemos una placa a un trabajador este programa orienta un diagnóstico a nuestro médico. Tiene un margen de acierto del 99,3%. Esto no es sustitutivo del profesional, pero le ayuda mucho.
También tenemos otros proyectos informáticos en fase de desarrollo, como incorporar la declaración del accidente a la historia clínica del paciente. Desde luego para los médicos hoy en día una parte fundamental de su trabajo es tener un buen conocimiento de la tecnología, sobre todo en lo que a informática se refiere.
Me gustaría conocer cuál es la realidad de varios temas que normalmente se desvirtúan por la política, los sindicatos o la rumorología general. El primero de ellos es: ¿cómo estamos en España en cuanto a absentismo laboral?
Como todo, yo te puedo contar mi realidad y seguramente si le preguntas a otro de esos actores te contará otra. Sin embargo, en cuanto al absentismo, no creo que nadie pueda negar que tenemos un problema grave en España. Según el último informe del cuarto trimestre de 2024, hemos llegado a un inédito récord de 7,4%. Es decir, casi 1.300.000 de trabajadores no han ido a trabajar ni un solo día en ese trimestre.
«La Sanidad es el sector que presenta mayores cifras de absentismo laboral»
¿Y cuáles son las razones que explican esto?
Nosotros hemos realizado diversos estudios a través de la Asociación de Mutuas de Accidente de Trabajo (AMAT), y hemos encontrado cuatro razones. Por un lado el envejecimiento de la población activa, porque el baby boom ya ha pasado, y eso hace que las patologías sean mayores. En segundo lugar el crecimiento económico que, aunque no debería ser un problema, está demostrado que hace crecer el absentismo igual que los periodos de crisis lo disminuyen, el motivo es que en lo primero el trabajador ve más fácil encontrar un trabajo y se siente menos forzado.
Además existe una saturación del servicio público de salud. De hecho el sector laboral que tiene un índice más alto de absentismo… resulta que es el propio de asistencia sanitaria. Hablamos de más de un 10% y por lo tanto también más dificultad para la atención. Y a esto sumamos que desde la covid se han llenado las listas de espera.
La saturación actual es tan grande que incluso ha hecho demorar también al sector privado, ya que algunas personas al ver las esperas han buscado otro camino, y ahora ya no es tan fácil conseguir una cita médica a través de un seguro como lo era hace unos años.
Y por último, está el problema de la salud mental. El crecimiento de bajas por este motivo ronda el 20%, lo que es mucho más elevado que hace unos años. Además, éstas suelen tener duraciones más largas.
AMAT firmó un convenio en 2024 con el Gobierno, sindicatos y empresarios para asumir la parte traumatológica de la contingencia común. ¿Cómo marcha este tema?
Efectivamente las mutuas, a través de nuestra asociación, estamos tratando de rebajar el absentismo laboral. Porque hay un dato demoledor: una misma patología de traumatología de media dura 42 días por accidente de trabajo, pero son 72 días si es por contingencia común.
Se da la circunstancia de que nosotros tenemos unos medios más ágiles para tratar esto, y por eso queremos poner nuestros servicios para ayudar a la Seguridad Social y en este caso a las comunidades autónomas que son quienes tienen las competencias. Creemos que podemos ayudar al país porque rebajaríamos el nivel de saturación sanitaria. Esto también ayudaría a los trabajadores ya que, quitando unas pocas personas, la mayoría quieren recuperarse lo antes posible.
Sin embargo, desde que se firmó dicho acuerdo, por desgracia no se ha avanzado nada ni se han firmado convenios con ninguna autonomía.
«Cada vez se producen más bajas laborales, sobre un 20%, por razones de salud mental»
¿Cuáles son las bajas más frecuentes hoy en día?
Estadísticamente hacia el 45-50% las musculoesqueléticas son las más frecuentes en el sistema español, como la rotura de una pierna o un brazo, el lumbago, etc. Es normal, porque son las más incapacitantes.
Antes no era así, pero actualmente las siguientes más frecuentes son las de salud mental que rondan hacia el 20%. Desde luego éstas son las más difíciles de gestionar por nuestra parte. Ocurre que en España estas patologías están muy mal cubiertas, ya que hay muy pocos médicos especialistas en ellas.
En todos estos casos de bajas, excedencias, reducciones de jornada, etc. ¿Cómo es el proceso de buscar profesionales sustitutos, a quienes hay que enseñarles el trabajo e imagino que no siempre llegan muy motivados al saberse provisionales?
Es difícil porque una baja médica puede tener un tiempo estimado de curación, pero no es un tiempo certero. La persona que entra no sabe a ciencia cierta cuánto tiempo va a estar ocupando esa plaza.
Además los empresarios no tienen por qué conocer la dolencia que tiene su empleado. Este derecho laboral hace que las compañías todavía estén más a ciegas a la hora de contratar.
«Las mutuas tenemos la obligación legal de investigar y controlar todos los procesos de incapacidad temporal que hay»
Actualmente se debate sobre reducir la jornada laboral. ¿Crees que podría ayudar a bajar el absentismo?
En mi opinión personal, pienso que no hay ningún dato que nos lleve a pensar eso. Estamos hablando de una media hora diaria. Esto no creo que suponga nada para una persona que está enferma o que esté desmotivada por algún problema laboral.
Quizás sí podría tener una influencia positiva en el número de accidentes de trabajo ya que, estadísticamente, cuanto más corta sea la jornada menos posibilidades hay de sufrirlos. Sin embargo el problema del absentismo en España está en la contingencia común no en la profesional, es decir, en las bajas que se piden por motivos ocurridos fuera del trabajo. Por ejemplo, en 2024 se dieron 8,5 millones de bajas de este tipo.
Otro tema de actualidad son los fijos discontinuos, que no computan en los datos de desempleo aunque no trabajen durante muchos meses. ¿Cómo os influye en vuestra gestión de altas y bajas?
Muchísimo. Porque en las mutuas nos dedicamos a la prestación sanitaria, pero también tenemos una parte de la prestación económica, y solo calcular los casos de estos fijos discontinuos es muy difícil.
Además en muchos casos el llamamiento coincide con trabajadores que están de baja, y por lo tanto las empresas no pueden disponer de ellos en ese momento.
«Nuestro diferencial en esta zona puede ser la capacidad de dar servicio al tener más centros propios»
¿Dirías que sigue existiendo desigualdad de género en cuanto a la remuneración de hombres y mujeres?
No me atrevería a decir que no, pero creo que afortunadamente es un problema a lo que se le está poniendo coto. Por supuesto no digo que esto no ocurra, pero personalmente no me suelo encontrar de forma habitual que un trabajador y una trabajadora, que desempeñan un puesto similar, no cobren lo mismo.
¿Consideras que sigue existiendo mucha contratación irregular?
Lo que te puedo decir respecto a esto es que desde la mutua cada vez tenemos menos problemas en este sentido. Es decir, ya nos resulta bastante raro encontrarnos el caso de un accidente laboral donde el trabajador no esté afiliado. Sin embargo antes era más habitual.
«Hemos pedido que las mutuas podamos ayudar también en bajas por contingencia común»
¿Cómo se gestionan los casos de bajas falsas?
Las mutuas tenemos la obligación legal de investigar y controlar todos los procesos de incapacidad temporal que hay en este país. De hecho, si no lo hacemos seríamos sancionadas por ello. En realidad una mutua se parece a un seguro, dado que tenemos un grado de aseguramiento de una contingencia.
Por eso tenemos controles médicos para determinar si la patología existe, si perdura en el tiempo o si el trabajador está sobreactuando en una revisión médica. Además hay algunos trabajadores que intentan compatibilizar la prestación de la Seguridad Social con el desempeño de su tarea profesional, lo cual obviamente está prohibido por ley… aunque a algunos todavía les cuesta entenderlo.
A veces se dice que las mutuas derivan muchos casos al sistema público de salud por no abordar adecuadamente las secuelas de los accidentes. ¿Esto es así?
No. Evidentemente habría que mirar todos los casos uno a uno, porque no se debe generalizar. Pero en cualquier caso, nosotros tenemos una obligación legal por la cual solo podemos atender los accidentes de trabajo.
Si nuestros profesionales médicos en sus exploraciones determinan que una parte de la dolencia del trabajador no se deriva de un accidente de trabajo sino de la contingencia común, nosotros no podemos tratarlo. Es algo que nos lo impide la ley. La Seguridad Social nos audita todos los años, y no solo la parte económica sino también los tratamientos sanitarios. Y si determinan que nos hemos metido donde no debemos… se nos sanciona por ello.
Por tanto, todas las derivaciones que realizamos siempre se hacen con los pertinentes informes médicos y pruebas diagnósticas que los avalan.
¿Alguna vez te has sentido intimidado por pacientes que están en desacuerdo? En la sanidad pública existen incluso protocolos contra agresiones al personal sanitario.
Nosotros también los tenemos. No puedo especificar públicamente los detalles, pero ya te digo que tenemos protocolos tanto anti-acoso como anti-agresiones. Personalmente yo he tenido algún percance desagradable, supongo que como en cualquier trabajo. Hay gente que es más educada, y gente que menos.
¿En qué dirías que se diferencia MAZ del resto de las mutuas?
Por regla general, e incluso particular, las mutuas tenemos todo muy tasado. Las coberturas y las prestaciones no pueden ser distintas. Lo que quizás a nosotros nos diferencie positivamente en esta zona es nuestra capacidad de dar servicio. Porque tenemos muchos más centros propios que el resto de las mutuas, lo cual nos da el plus de ofrecer una atención más cercana.