Entrevista > Pablo Galdeano / Preparador físico del Lincoln Red de Gibraltar (Alicante, 20-julio-1986)
La vida da giros inesperados y, a veces, irónicos. Que alguien con raíces en Algeciras acabe trabajando en Gibraltar puede parecer una simple anécdota, pero en el caso Pablo Galdeano, es mucho más: es el resultado de un recorrido profesional lleno de esfuerzo, pasión y reinvención constante.
Tras formarse en el deporte individual, con una etapa como piloto de motos de élite, y después de pasar por clubes emblemáticos de la Marina Baixa como el Club Balonmano Benidorm o el C.F. La Nucía, su carrera lo ha llevado hasta el Lincoln Reds, el club más laureado de la Premier League gibraltareña.
Desde su puesto en este equipo, recientemente clasificado para la fase previa de la Champions League, nos habla sobre la peculiaridad del fútbol en Gibraltar, su evolución como preparador físico y el papel clave que juegan la psicología y la estabilidad emocional en el rendimiento de los jugadores. En esta conversación sincera, repasa también su camino profesional, marcado por decisiones difíciles, oportunidades frustradas y un amor creciente por los entresijos del fútbol.
¿Cómo acabas en Gibraltar?
Es una ironía de la vida, porque mis padres son nacidos en Algeciras y a mí ahora, ya en edad adulta, me toca irme a trabajar justo allí.
Tú eres preparador físico y comenzaste tu andadura profesional en diversos equipos de la Marina Baixa, pero ahora estás enrolado en el Lincoln Reds, que se ha clasificado para la próxima Champions League. ¿Es el equipo más potente de Gibraltar?
Sí. Son como el Madrid o el Barça de allí. Desde 2003 han ganado todas las ediciones de la liga salvo la 2016/2017. Es un tipo de liga que se suele decidir por el que pierde un partido, no tienes margen de error.
De hecho, nosotros lo perdimos y estuvimos ahí con el gancho y en el último partido del play-off, que es un sistema bastante peculiar, conseguimos ganar y con ello, como decías, clasificarnos para esa previa de Champions.
Aquí, en Benidorm, la afición británica es siempre una de la más numerosa en los partidos del C.F. Benidorm en el Guillermo Amor y eso es porque ama el fútbol muy por encima de la categoría en la que esté su equipo. En ese sentido, ¿la afición gibraltareña es muy británica o es más como la española?
Al ser un país tan pequeño, es verdad que llenar un campo es bastante difícil, por no decir casi imposible. Además, son once equipos. Por lo tanto, si repartes el número de aficiones por equipo ya de por sí son pocos, pero sí que es verdad que el que es aficionado a un equipo, lo lleva muy a sangre.
Los aficionados del Lincoln son muy fieles, siempre existen rivalidades entre otros equipos y se nota cuando juegas contra ellos y demás. Tengo que dar las gracias a todos, porque cuando han tenido que estar han estado, incluso cuando no hacía falta, seguían estando.
«Es irónico: mis padres nacieron en Algeciras y yo acabo trabajando justo en Gibraltar»
¿Es su primer equipo o la gente que apoya al Lincoln siguen como primera opción a otros clubes de la Premier League o de la Primera División?
Sus primeros equipos suelen ser de la Premier, aunque también tienen afinidad, evidentemente, por equipos españoles. O sea, que es su segundo equipo, aunque sea el local.
¿Cómo es la competición de Gibraltar? ¿Son solo equipos de allí u os desplazáis a España o Reino Unido cada fin de semana?
Es una liga propia que se juega dentro de Gibraltar. Son once equipos. Existen categorías inferiores, pero no existe la Segunda División. Es decir, hay equipos Sub-23, equipos Sub-20, pero no existe Segunda División.
Por lo tanto, podríamos decir que funciona con el modelo franquicias como las de la NBA.
Claro. Eso hace que la diferencia de nivel entre el primer clasificado y el último suele ser bastante grande. Tiene curiosidades que a la gente le suele llamar mucha atención como que todos los partidos se juegan en el mismo campo. No hay diferentes estadios. Hay tres en Gibraltar, pero sólo se juega en uno.
«Lincoln Reds es como el Madrid o el Barça de Gibraltar. Ganar la liga es casi obligatorio»
¿Qué capacidad tiene ese estadio?
No lo sé seguro, es el Punta de Europa y es bastante grande el complejo. Sin embargo, el más conocido es el Victoria’s Stadium, en el que se ha jugado toda la vida y que está al lado del aeropuerto. Ahora está de obras porque lo quieren hacer idóneo para competición europea.
Me decías que la competición tiene algunas cosas sorprendentes.
Hace falta tener siempre cuatro jugadores ‘llanitos’ en el campo en todo momento. Si no los tienes, caes en alineación indebida y se te da el partido por perdido. Por otro lado, el play-off lo juegan los seis primeros y se arrastran las estadísticas de la liga normal. Es decir, si tú partes ya con seis puntos de ventaja con respeto al segundo, llegas al play-off con esa diferencia.
Hablábamos al principio que tú ya habías trabajado como preparador físico deportivo aquí con, por ejemplo, el Club Balonmano Benidorm y otros equipos de la zona. ¿Cómo ha sido el camino que te ha llevado a Gibraltar?
Vengo de las motos. Ahí fui deportista de élite y cuando acabas la carrera siempre te vas a tu zona de confort. Estuve un tiempo con un preparador físico de motos, pero te das cuenta de que ahí no hay para comer, o por lo menos no como yo lo estaba haciendo.
De ahí me fueron surgiendo otras cosas. Pasé, por ejemplo, por el pádel con gente de aquí que juega fases previas de World Padel Tour. Estuvimos conociendo gente y acabé en el Balonmano Benidorm de rebote porque Carlos Grau, eterno capitán, es de mi grupo de amigos de toda la vida y me comentó que hacía falta un preparador físico.
Entré en la primera etapa de Fernando Latorre. Es un tío espectacular y fue una experiencia vital en mi carrera, aunque se me quedó una espinita clavada.
«Todos los partidos se juegan en el mismo campo. Es una liga única en muchos sentidos»
¿Por qué?
Porque no tenía suficiente conocimiento para la categoría en la que estábamos. Si lo pillase ahora, sería distinto. Como suelen decir los jóvenes, ‘si me pilla ahora, la reviento’. En todo caso, fue mi primer contacto con el deporte de equipo.
¿Tan distinto es a los deportes individuales como, en tu caso, las motos?
Sí, es distinto en cuanto al tipo de competición. En el deporte de equipo, en este caso, como se juega cada semana, las etapas de preparación son más cortas que, por ejemplo, en las motos. Allí trabajas por semanas. Aquí, son días concretos.
En el caso del fútbol, ¿te descubren o lo descubres tú?
Me descubren a mí. Un hombre de aquí, de Benidorm, Uru, entrenador del Polop en su momento, me dijo la famosa frase de que me iba a picar la mosca del fútbol. Empecé a estudiar sobre preparación física del fútbol y he descubierto lo que a día de hoy es una pasión. Me encantan los entresijos de la preparación física del fútbol.
Del Polop, me llamaron del Benidorm, que estaba una categoría por encima. Allí estuve peleando por no descender y fue entonces cuando me llamó Guille Fernández para el filial de La Nucía.
«Estuve a cuatro días de volar a Bangladesh, pero una revuelta social lo frenó todo»
Fueron los buenos años del club.
Con Guille, con el cuerpo técnico y con ese club descubrí el profesionalismo y ahí ya quedó en mí. A partir de entonces, me niego a ser otra cosa que no sea profesional. Estuve allí tres años y ya el año pasado decidí desvincularme y empecé a tener la inquietud por ver realmente qué había fuera de nuestra comarca.
En julio tuve contrato para irme a Doha. De hecho, llegué a tenerlo confirmado, pero me llamaron del Alcoyano y un entrenador de Madrid, Mario, para irme con él a Bangladesh, a la Primera División de Bangladesh.
Ahí toca conversación con la mujer, para ver qué hacemos con familia, etcétera. En Bangladesh hay una revuelta social, un intento de guerra civil, una serie de casualidades que literalmente a cuatro días de coger el avión hicieron que se cancelase todo y me tuviera que quedar aquí en casa.
Sin nada.
Me quedo en el paro, literalmente, porque aquí en España las pretemporadas ya estaban todas empezadas, ya no había sitio en ningún lado, había que esperar a los primeros movimientos de esos que siempre suele haber, pero era difícil.
En ese momento, alguien me dice que están buscando un preparador físico para Gibraltar. Pasaron las condiciones, me puse en contacto con ellos, mandé mi currículum… Eso fue un jueves y ese domingo estaba en el coche de camino a Gibraltar.
¿Conocías esa competición o te marchaste con las mismas dudas que puedo tener yo ahora sobre ella?
Las tuve todas. No tenía ni idea, la verdad. Seguía al Algeciras, pero evidentemente, Gibraltar…
Inocentemente, en un primer momento pensé que habría un único equipo en Gibraltar, el equipo en general, como puede ser el de Andorra. Creí que estaría jugando Premier y que iría y vendría, como le puede pasar al Andorra cuando juega aquí en España.
Pero bajando en el coche, y en los días previos, en cuanto me confirmaron que iba para allá, ya me puse con el ChatGPT a lo loco.
«Del deporte individual al colectivo, mi espinita es no haber sabido más cuando estuve en el Balonmano Benidorm»
¿En qué momento te enteras de que el ganador de la Premier de Gibraltar juega fase previa de Champions?
Eso ya cuando uno habla de las condiciones de contrato y demás, evidentemente se plantea como objetivo. Hoy el del Lincoln siempre es jugar la fase previa de Champions.
¿La del año que viene va a ser tu primera?
Sí, espero que no la última.
¿Qué esperas de ello? Debe dar un poco de vértigo.
Pues te digo la verdad: no estoy ni nervioso. De hecho, el último partido de liga, el que nos daba la clasificación a previa, vino mi mujer con los niños de visita y estuve cero nervioso. He vivido dos fases de ascenso con La Nucía y estaba como un flan. Recuerdo perderlas y llorar como un niño. Y este día, estaba tremendamente tranquilo, porque sabía que el trabajo estaba hecho y que íbamos por el buen camino.
«Mi trabajo no es sólo físico. Me gusta hacer de puente entre el cuerpo técnico y los jugadores»
Creo que los que estáis en el deporte de élite, y eso se va ganando junto a la experiencia, sois cada vez más conscientes de que esto es deporte y que al inicio del partido hay un 50% de opciones de ganar y perder. Una normalización que no siempre entiende el aficionado.
En mi caso creo que lo llevo más, y a lo que tú dices es totalmente plausible. En mi caso, me gusta transmitirlo al jugador. Creo que me he focalizado mucho en eso porque necesitamos que el jugador esté tranquilo, porque es cuando realmente va a sacar su potencial.
Haces doble función. Aparte de preparador físico, haces un poco de psicólogo.
Me gusta esa parte y es una de las que más disfruto de mi puesto, generar una especie de puente entre el cuerpo técnico y los jugadores.
¿No te pones nunca en una posición un poco incómoda?
Ahí tienes que saber la información que puedes dar, la que no, y sobre todo ser sincero sin pillarte los dedos. Pero siempre me gusta ser franco.