Nelo Gómez / Actor
Nelo Gómez (Mislata, 1990) es un todoterreno, dispuesto a hacer mil y una labores, vinculadas perpetuamente a la actuación, su gran pasión. Así, le hemos visto en numerosos ámbitos (teatro, audiovisual, doblaje…) y siempre con un estilo propio.
Se define como un superviviente, característica que “me permite tener diferentes trabajos”. Licenciado en Arte Dramático y con un máster en Realización de Televisión, nos ha conquistado en series como ‘L’Alqueria Blanca’, ‘El secreto de Puente Viejo’ o ‘Negocis de familia’ y en los films ‘Mil coses que faria per tu’ y ‘Tocant el mar’.
Sobre un escenario ha combinado clásicos, comedias y musicales, con éxitos en ‘La tempesta’, ‘Molt de soroll per no res’, producida con los que fueron sus compañeros de carrera, o ‘Por delante y por detrás’. De igual modo ha conducido programas televisivos y puesto su voz para doblar en ambos idiomas y realizar un sinfín de anuncios.
¿De pequeño soñabas con dedicarte a la interpretación?
Realmente no quería ser actor, sino pintor, pero cuando comencé en el taller de teatro de la escuela sí sentí ‘su veneno’. Fue mi hermana mayor, Amparo, la que me animó a intentarlo de una forma más seria.
Me apunté a continuación, con doce años, al programa de Canal 9 ‘Càstin9’, una especie de Operación Triunfo de actores.
¿Cómo evolucionaste como actor?
Primero me incorporé a la Escuela Municipal de Teatro de Mislata, mi pueblo, donde hice diferentes talleres. En el instituto llevé a cabo mis primeras actuaciones -en tv movies- y con quince años tuve un papel fijo en ‘Negocis de familia’, una serie que gozó de altas audiencias.
Ya tenía claro hacía dónde se dirigía mi vida: me matriculé en Arte Dramático mientras no paraba de trabajar, primero en la sitcom ‘Singles’ y, poco después, ‘L’Alqueria Blanca’.
«Comencé Arte Dramático mientras trabajaba, primero en ‘Singles’ y, poco después, en ‘L’Alqueria Blanca’»
¿Teatro y audiovisual es como elegir entre papá y mamá?
Muchos suelen quedarse con el teatro, pero yo no soy tan contundente, porque me gusta muchísimo también estar en un rodaje. Eso sí, la adrenalina que supone el directo -frente al público- tiene un factor muy adictivo.
Para hacer una obra nos pasamos semanas o meses ensayando, y hay frases que permanecen en la memoria sensorial durante años… En audiovisual, si te equivocas, puedes volver a repetirlo. Por eso en cine o televisión determinante es el racord emocional, recordado por el script o coach de actores.
¿Los papeles te los ‘llevas’ a casa?
La actuación en parte es un ‘juego’ y cuando sales del teatro o un plató el trabajo se debe quedar ahí. Puede ser, por ejemplo, que hagas un personaje super chulo, que le va muy bien en la vida y el amor, o, bien al contrario, que sea un sufridor…
Me considero un actor resolutivo y disfrutón, porque la vida también va un poco de esto. Obviamente, no desconecto del todo, pues el cuerpo -lleno de endorfinas, adrenalina y demás- necesita un tiempo para recuperarse, todo tiene un proceso.
¿Estudiaste realización para abrirte más puertas?
Sin ser el objetivo principal. Como indiqué, siempre me apasionó el audiovisual, desde que siendo adolescente tuve una videocámara, regalo que tan deseaba. Recuerdo que grababa ‘películas’ con mis sobrinos, que eran como mis hermanos pequeños.
Además, era consciente de la inestabilidad del sector de las artes escénicas y me lo tomé como un Plan B que pudiera ayudarme cuando lo de actor no funcionara tan bien. De hecho, como curiosidad, en el momento que estudiaba el máster de Realización cerró Canal 9, en 2013.
«La actuación en parte es un ‘juego’ y cuando sales de escena o de un plató el trabajo se debe quedar ahí»
¿Otra opción es el doblaje y la publicidad?
Por supuesto, un mundo apasionante, que está muy relacionado con la interpretación y el audiovisual. Los actores de doblaje son actores. Hay quien hace solo cine, teatro o doblaje… Yo soy un intérprete y, con suerte, desarrollo mi profesión en los diferentes formatos que existen.
¿Cuáles consideras tus trabajos más destacados?
¡Han sido muchos, y todos me agradan! De entre los últimos montajes ha sido una experiencia inolvidable ‘La tempesta’, cuya gira acabó en el Teatre Nacional de Catalunya. Disfruté mucho asimismo en ‘Por delante y por detrás’ o ‘Molt de soroll per no res’, elaborada con mis compañeros de carrera, la gente que más quieres…
¿Tienes algún proyecto en marcha?
Tras unos años sin apenas descanso, ¡con jornadas de trece horas!, ahora es una época más calmada, una vez finalizada la grabación de ‘L’Alqueria’. Sigo colaborando en los reportajes de ‘La via verda’, de À Punt y estoy focalizado en la tercera temporada del programa didáctico ‘Apunts de Llengua’.