Entrevista> Theresa Zabell / Presidenta Fundación Ecomar (Ipswich, Reino Unido, 22-mayo-1965)
Un problema grave que afecta a todo el ecosistema marino es la desaparición de la posidonia oceánica. Una planta endémica del Mediterráneo que forma praderas submarinas, cruciales para la salud del mar y las costas.
‘Acción Posidonia’ es el nombre del proyecto puesto en marcha por la fundación Ecomar. Su objetivo es claro: recuperar y proteger uno de los ecosistemas marinos más valiosos, las praderas de posidonia oceánica en las zonas más afectadas del Mediterráneo.
En la provincia de Alicante, Ecomar, que trabaja en colaboración con la federación nacional de cofradías de pescadores y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, ha centrado especialmente sus trabajos en Calpe. El motivo son los vertidos y los fondeos que históricamente han sido las principales amenazas de esta zona.
Alto valor ecológico
El Ayuntamiento de Calpe por su parte mantendrá los restos de pradera posidonia que el mar arrastra hasta la playa, con el fin de preservarlas debido a su alto valor ecológico.
Con dos medallas de oro olímpicas en vela entre otros galardones, la máxima laureada en vela en España, Theresa Zabell, decidió cuando se retiró, que crear esta fundación era su forma de devolverle al mar todo lo que le ha dado.
«A medio plazo queremos restaurar tres hectáreas en puntos clave del litoral español»
¿Qué impacto esperan lograr en el Mediterráneo a medio y largo plazo?
A medio plazo queremos restaurar tres hectáreas en puntos clave del litoral español. Pero más allá de los números queremos sentar las bases de una metodología efectiva y replicable de restauración, que pueda aplicarse en todo el Mediterráneo.
Aspiramos a largo plazo a un cambio de cultura, y que la sociedad comprenda el papel vital de la posidonia para la salud del mar, y que protegerla debe ser un compromiso de todos.
¿A qué amenazas se enfrenta actualmente la posidonia en la zona de Calpe y cómo están trabajando para mitigar estos riesgos?
Las principales amenazas en esta zona han sido históricamente los vertidos y el fondeo descontrolado. Aunque el vertido de áridos en los años noventa causó un impacto grave, hoy el riesgo es más bajo y las condiciones ambientales han mejorado. Sin embargo, seguimos muy atentos a la calidad del agua y a las prácticas humanas.
Trabajamos en la sensibilización social, promoviendo buenas prácticas de fondeo, y mantenemos un seguimiento continuo de las condiciones de las praderas para detectar cualquier regresión y actuar a tiempo.
«Contamos con el respaldo de los ayuntamientos y de la Generalitat Valenciana»
¿Cuáles son los métodos o tecnologías que utilizan, y cómo aseguran su efectividad y sostenibilidad?
Nuestro enfoque combina ciencia, tecnología y participación social. Utilizamos técnicas de replantación mediante fragmentos y semillas recolectadas de manera respetuosa, sin dañar las praderas naturales. Además, incorporamos un componente de I+D con el desarrollo de técnicas de micropropagación in vitro, que permitirá obtener plantas sin necesidad de extraerlas del medio marino.
El proyecto es una iniciativa enmarcada en la plataforma Bosque Marino, que persigue la restauración de ecosistemas marinos.
¿Podría explicarnos por qué es tan importante para el ecosistema marino del Mediterráneo?
A pesar de que muchas veces se piensa que es un alga, la posidonia es una planta marina poco conocida, con raíces, tallo y hojas que forma auténticos bosques submarinos.
Es uno de los principales sumideros de carbono del Mediterráneo: una hectárea puede absorber tanto CO₂ como diez de bosque amazónico. Además, protege nuestras costas frente a la erosión, oxigena el agua y sirve de refugio y criadero para numerosas especies marinas, muchas de ellas de interés pesquero.
«Una hectárea de posidonia puede absorber tanto CO₂ como diez de bosque amazónico»
¿Cómo colabora la fundación con las comunidades locales, pescadores o autoridades municipales?
Este proyecto no tendría sentido sin la implicación local. Organizamos talleres específicos con cofradías de pescadores en cada región, para sensibilizar y formar sobre el valor ecológico de la posidonia. También contamos con el respaldo de los ayuntamientos y gobiernos autonómicos, como la Generalitat Valenciana, para facilitar el acceso a las zonas de actuación, su protección y la implicación ciudadana.
En Calpe, por ejemplo, vamos a trabajar estrechamente con el tejido local para desarrollar la replantación en un área especialmente significativa: el entorno marino del Peñón de Ifach, donde la posidonia empieza a recolonizar de forma natural tras años de presión ambiental.
¿De qué manera pueden los ciudadanos contribuir activamente a la conservación de la posidonia?
La sensibilización es uno de los pilares fundamentales del proyecto. Queremos que la sociedad entienda que la posidonia es un tesoro invisible pero vital, y que su protección depende de todos.
Organizamos actividades formativas, talleres y materiales divulgativos que explican cómo pequeñas acciones cotidianas, como no fondear sobre praderas, reducir plásticos o apoyar iniciativas locales, pueden marcar una gran diferencia.
Nuestra visión es, que cualquier persona, viva donde viva, se convierta en defensora del mar. Porque conservar el Mediterráneo no es solo responsabilidad de los científicos o las autoridades: es una tarea colectiva y urgente.