Entrevista > María José Costa Gómez / Directora Cáritas Nuestra Señora de Loreto (Xàbia, 15-noviembre-1979)
María José Costa, directora de Cáritas en la parroquia de Nuestra Señora de Loreto en Xàbia, nos adentra en la labor esencial que realiza esta organización en la comunidad. Más allá de la asistencia básica, Cáritas se erige como un faro de esperanza, ofreciendo orientación y herramientas para que las personas en situación vulnerable puedan reconstruir sus vidas.
¿Cuál es la labor principal que llevan a cabo en Cáritas?
La atención de primera mano, la primera atención caritativa. Queríamos ir más allá de la entrega de la bolsa de comida. Además de la ayuda de alimentos, intentamos ayudarles a salir del problema. Les orientamos, porque a veces, estando dentro del problema, no saben cómo salir.
¿Y cómo ayudan a las personas a salir?
Les ayudamos a orientarse, les asistimos con alimentación y con cualquier tipo de problema, como facturas de luz o agua. Les indicamos a dónde pueden acudir, ya que nuestra ayuda es momentánea. Por eso creamos el equipo de orientación laboral, para ver hacia dónde podemos encaminarlos.
¿Es Cáritas un balón de oxígeno para personas en momentos difíciles?
Somos ese primer momento de salida. Cuando alguien dice «estoy aquí y no sé por dónde tirar», les ayudamos con vivienda, alimentación y les indicamos a dónde ir. Muchas veces acuden a nosotros para esa primera arrancada.
¿Cómo es la relación con la administración, Servicios Sociales y otras ONG como Cruz Roja?
Tenemos contacto telefónico directo, la coordinación es muy buena. Cada uno atiende un aspecto. Cáritas o Cruz Roja somos más efectivos en ese primer momento y luego ya va a manos de Servicios Sociales.
¿Esa imagen de cercanía facilita que la gente acuda a Cáritas?
Hay de todo. Algunos tienen vergüenza de venir. A veces, nosotras vamos a sus casas a tomar un café o quedamos en bares, para que se sientan cómodos. Se crea una relación de amistad.
«No deben tener vergüenza de pedir ayuda, todos podemos pasar un mal momento»
¿Qué les dirían a esas personas que sienten vergüenza de pedir ayuda?
Que no deben tener vergüenza. Todos podemos pasar un mal momento. Hoy estás tú ayudando, pero mañana puedes estar necesitando ayuda. El mundo gira y tenemos que ayudarnos unos a otros, son momentos de la vida que luego pasan.
Con tanto flujo de personas, ¿algunos demandantes acaban ayudando?
Mucha gente que ha venido a Cáritas luego ha ayudado como voluntario. Siempre digo que ahora estás tú ayudando, pero mañana puedes necesitar ayuda. Trabajamos en una red en la que tú ayudas y la gente da el 100% de lo que tú has dado.
¿Cómo es el proceso para ayudar a las personas que lo requieren?
Desde la pandemia funcionamos con citas, que es mejor porque así podemos atender a la persona más despacio y escucharla bien. En la acogida, vemos su situación, si necesitan alimentos, les damos vales para comprar productos frescos en el supermercado.
¿De qué forma funciona el equipo de orientación laboral?
Dependiendo de la persona, les derivamos al equipo de orientación laboral. Les ayudan a homologar estudios, hacer un currículum y buscar trabajo. Es importante que no solo pidan y recojan, sino que salgan adelante.
«Queríamos ir más allá de entregar una bolsa de comida»
Hablemos de la parte formativa. Han hecho cursos innovadores. ¿Cómo funciona esta parte de la organización?
Es diferente. No damos trabajo, pero sí orientación. Ofrecemos cursos de manipulación de alimentos y les enseñamos a afrontar entrevistas.
¿Cómo surgió la idea de impartir cursos de formación desde Cáritas?
El cuidado de personas mayores es una realidad en Xàbia, hay mucha gente mayor sola. Buscamos que las personas que quieren trabajar en esto tengan la mejor formación posible para atender a las personas mayores.
¿Qué tipo de formación ofrecen?
Ofrecemos el curso sociosanitario, incluso conseguimos que hicieran prácticas en las residencias de Xàbia. Todos quedaron muy contentos.
¿Tienen previsto repetir estos cursos?
Sí, queremos volver a repetirlos para próximos cursos.
Además de las ayudas cotidianas, también ayudan en situaciones de emergencia, como la DANA o la crisis en Ucrania. ¿De qué manera fue la colaboración tras la DANA?
Dependemos de Cáritas Diocesana de Valencia. Hicimos un mercadillo y una rifa para recoger dinero, que ingresamos en la cuenta de Cáritas para los pueblos afectados. San Bartolomé llevó comida directamente a los pueblos.
Se han modernizado también, por ejemplo, con un grupo de WhatsApp. ¿Cómo es la comunicación con el resto del municipio?
Tenemos un grupo de WhatsApp para informar sobre formaciones y cursos. Intentamos movernos por redes sociales como Instagram y Facebook, y también lanzamos noticias en la prensa. Lo que no se publica, no se hace.
«Funcionamos con citas, así podemos atender a la persona más despacio y escucharla bien»
¿El boca a boca sigue siendo importante?
Sí, sobre todo en un pueblo como el nuestro.
Ante esta labor tan importante, ¿cómo pueden colaborar las personas que quieran ayudar a Cáritas?
Pueden acudir a las dos Cáritas, tanto a la de San Bartolomé como a la de Loreto. Necesitamos ayuda económica, material y también voluntarios. Siempre hace falta voluntariado para ayudar.