Entrevista > Miguel Bou / Campeón del Mundo de aguas abiertas (La Nucía, 12-diciembre-2003)
El triunfo en Ibiza marcó un antes y un después en la carrera del joven nadador de La Nucía, que no sólo se proclamó campeón nacional, sino que se colgó el oro en la Copa del Mundo de aguas abiertas en la categoría de más de 20 años.
Con más de trescientos nadadores en competición, y partiendo con el cuarto mejor tiempo, logró imponerse gracias a una sensacional actuación que le permitió registrar el mejor crono absoluto de toda la prueba: 37 minutos y 39 segundos en los 3.000 metros.
Sin embargo, el logro llega en un momento de transición personal y académica. Recién regresado de su estancia Erasmus en Ostrava, donde apenas pudo entrenar, acaba de finalizar su Trabajo de Fin de Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
A pesar del oro mundial, el nadador es consciente de los límites del deporte amateur: la falta de ayudas económicas y el vacío legal que impide a su categoría competir en el Mundial de Singapur frustran sus aspiraciones internacionales inmediatas.
El triunfo en Ibiza no sólo te ha supuesto un nuevo título nacional, sino que ha significado un espaldarazo importantísimo a tu carrera colgándote el oro en el Mundial.
Creo que sí, porque la Copa del Mundo es una prueba a la que se apuntan siempre los mejores nadadores del panorama internacional. Además, este año coincidió en que también se simultaneaba con el Campeonato de España, así que, en realidad, nadabas por la victoria en las dos pruebas.
En esa prueba marcaste el mejor tiempo en la general absoluta mundial y te proclamaste ganador de tu categoría, de más de 20 años, con una competencia de más de trescientos nadadores. ¿Viajaste con ese objetivo o ha sido una sorpresa?
Sinceramente no iba con la idea de hacerme con el triunfo porque partía con el cuarto mejor tiempo. A eso, se une que he estado parado algunos meses y eso hace que no sepas muy bien dónde vas a poder estar. Volví a entrenar y sabía que estaba a tope, que tenía buen nivel, pero siempre vas con la incógnita de comprobar en qué punto estarás en la competición. Pero llegué y lo pude demostrar.
«La verdad es que no pensaba ganar porque partía con el cuarto mejor tiempo»
¿Los tiempos en los entrenamientos no te hacían ser optimista?
No es eso. Lo que ocurre es que estaba entrenando con lo que llamamos el bañador de carga, que te ofrece mayor resistencia al agua. Por lo tanto, los tiempos no eran tan rápidos como luego, ya en competición, fueron.
Terminaste la prueba de 3.000 metros en sólo 37:39. Es una barbaridad.
Sí, la verdad que ese sábado estuve muy inspirado.
Y todo ello, como decías, después de haber estado unos meses parado porque has estado estudiando fuera. ¿Dónde te has ido de Erasmus?
Me marché a la República Checa. Concretamente, a Ostrava.
«El 20 de julio nado en Benidorm, y en agosto la Travesía de la Isla»
¿Allí no pudiste competir, aunque fuera de manera más amateur?
No. Allí no competí y entrenar… menos. Una de las asignaturas que tenía era natación y cuando mi profesor me vio, me dijo que tenía buen nivel y que le gustaría que entrenara con su equipo, que resulta que era la selección de la República Checa. Estuve entrenando con los mejores de la República Checa, aunque entrenaba una vez a la semana.
¿Qué estás estudiando?
Acabo de terminar el Trabajo Final de Grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
¿Ha sido una carrera complicada?
Bajo mi punto de vista, es una carrera asequible por así decirlo, aunque tiene asignaturas que no tienen punto medio. O son muy fáciles, como puede ser un deporte (como la natación), o muy difíciles, como fisiología o anatomía.
«Entrenaba con bañador de carga, los tiempos no reflejaban mi nivel real»
Pese a haber conquistado ese gran logro en aguas de Ibiza, no vas a poder estar en el Mundial de Singapur.
No, porque para los premáster de 20 a 25 años es como si hubiese un vacío legal. Es decir, no nos dejan participar en la Copa del Mundo ni en competiciones europeas o mundiales de piscina. Así que ahora, hasta los 25 años, tocará mantenerse como estamos y a partir de los 25 años tocará apretar un pelín más para volver a empezar otra vez.
Puestos a soñar despiertos y, sobre todo, tras estos últimos resultados, ¿te ves en unos Juegos Olímpicos?
Sinceramente, no. Lo he pensado siempre, pero estar ahí supone mucho sacrificio, es muy sacrificado. Conozco gente que está en la Selección Española, que ha ido a los Juegos Olímpicos de París, y entrenan dos horas y media por la mañana y dos por la tarde. Se dedican a eso. Yo ni me decido a ello ni quiero hacerlo porque esto no te da de comer.
¿Te ha costado asimilar esa realidad?
Es que no te da para vivir, ni para nada. Yo, gracias a Dios, tengo algún patrocinador como el que me paga los bañadores o La Nucía, que me paga algún viaje. Pero cada vez que voy a competir un sábado o un domingo, a mis padres les cuesta dinero.
No es que yo cobre ni nada de esto. Gano de los premios que consigo con los resultados. Ganando alguna travesía, quizás me pagan cien euros. Pero eso sucede en una de cada quince.
En un futuro cercano, ¿te vamos a ver nadar en ‘casa’?
Sí. El próximo día 20 de julio nadaré la Travesía Heartbreak de Benidorm y en agosto volveré a nadar la travesía de la Isla.