Entrevista > Carolina Frías / Directora del Museo al Aire Libre Villa Romana de l’Albir (Madrid, 4-julio-1977)
Convertido en un referente tanto en el ámbito científico como en el divulgativo, el yacimiento de la Villa Romana de l’Albir continúa reinventándose campaña tras campaña. Cada verano, nuevas excavaciones sacan a la luz hallazgos que enriquecen el relato de este enclave romano enclavado en l’Alfàs del Pi.
Pero, además, el equipo de Patrimonio Cultural no cesa en su empeño por hacer más comprensible, accesible y atractiva la experiencia para quienes lo visitan. Este año, como novedad, el museo incorpora una aplicación de realidad virtual que permite al visitante revivir el funcionamiento de la antigua bodega romana descubierta en 2024, la más meridional localizada hasta ahora en la antigua provincia Tarraconense.
Cada temporada, en las campañas de excavación, se descubren nuevos restos en el yacimiento de la Villa Romana de l’Albir. A la vez, casi cada temporada, presentáis nuevos avances tecnológicos para hacer más comprensiva y didáctica la visita al museo. Este año, de hecho, estrenáis una nueva aplicación.
Este yacimiento se ha convertido, casi desde que empezamos a trabajar en 2008, en un laboratorio de experimentación tecnológica para mejorar la experiencia, como decías tú, de las personas que visitan el museo y el patrimonio arqueológico. Se ha convertido, como decía, en un laboratorio de experiencia en colaboración con la Universidad de Alicante.
Hace ya muchos años que se presentó la primera experiencia en realidad aumentada. En este tiempo, los avances tecnológicos no han parado y supongo que cada vez se pueden hacer cosas más atractivas. ¿Por dónde van los tiros en esta ocasión?
Aquella experiencia se puso en marcha en el año 2015 con el iPad y, como tú decías, era realidad aumentada. Lo que presentamos ahora es una nueva herramienta basada, en este caso, en la realidad virtual. La diferencia más importante con respecto al iPad es que, en este caso, cada persona con su propio dispositivo se puede descargar la aplicación y utilizarla sobre los restos arqueológicos que abrimos el año pasado al público como una zona nueva del museo.
«Cada visitante puede descargarse la app y vivir la experiencia en 360 grados»
Como decía antes, cada año se producen nuevos descubrimientos. ¿Podríamos hacer un rápido repaso cronológico a todo lo que habéis ido desvelando?
Claro. Los primeros restos aparecieron en los años ochenta. Se excavó el yacimiento por parte de Guillermo Morote, arqueólogo alteano. Poco después, a principios de los noventa, ese yacimiento se cerró y se terminó ese proyecto y quedó unos veinticinco años abandonado.
Fue tras la llegada al gobierno local del nuevo equipo de gobierno cuando se retomó la actividad. En 2008, ya en colaboración con la Universidad de Alicante, empezamos a excavar y a recuperar esos restos que estaban prácticamente abandonados aplicando una metodología que consiste en socializar el patrimonio.
Hoy en día, no se entiende la arqueología sin esa vertiente de socialización, de divulgación y de poner en valor unos restos arqueológicos que, al fin y al cabo, pertenecen a toda la ciudadanía.
Socialización de la cultura y nuevas tecnologías. ¿Qué aportan estas últimas en ese objetivo?
Te diría que también es una forma de preservar lo que se vivió hace 1.500 años y de poder vivirlo en el presente. Es una forma de contrastar esas dos realidades: lo que vivieron y lo que podemos ver ahora sobre cómo lo vivieron.
«Descubierta en 2024, la bodega romana es un hallazgo único en la Tarraconense»
Además, y pensando en las generaciones más jóvenes, los nativos digitales, supongo que este tipo de iniciativas también buscan ‘enganchar’ a los estudiantes a la arqueología.
Sí, de hecho, todas las semanas tenemos visitas guiadas en el museo. Y vienen muchísimos estudiantes, tanto de colegios como de institutos. Y claro, también tenemos las gafas de realidad virtual. Eso les encanta.
Me decías que me puedo descargar la aplicación en mi móvil y ahora, que se pueden usar gafas de realidad virtual. ¿Tengo que tener mis propias gafas o las tenéis a disposición de los visitantes?
La aplicación se puede visualizar con el propio dispositivo de cada persona que vaya allí. Es una aplicación en 360 grados. Hay unos marcadores en el suelo donde la persona se tiene que ubicar para visualizar dos aspectos de la chela binaria, que es la bodega, lo que se está virtualizando en este caso.
En el primer nodo se puede ver las instalaciones desde dentro, con el patio, con todas las personas que trabajarían en esta instalación, los dolios enterrados en el suelo, las estructuras que localizamos también el año pasado… Desde el segundo nodo, lo que ofrecemos es una visión exterior de ese patio, de esa chela binaria, donde aparecerían también las zonas de cultivo.
«Buscamos conectar con los estudiantes utilizando su propio lenguaje digital»
Ahora que estamos en verano, es bueno recordar que ese recinto también se utiliza, dentro de la programación del ‘Estiu festiu’ para celebrar conciertos y otras representaciones.
Hoy en día los museos ya no se conciben como templos cerrados donde se exhiben objetos antiguos. Desde el equipo de Patrimonio Cultural, concebimos el museo arqueológico como un espacio de irradiación de cultura.
Es un espacio donde, efectivamente, hacemos conciertos, recreaciones históricas, actividades varias con colectivos que necesitan también esos espacios. Es decir, concebimos el museo como un emisor de cultura y como un lugar de reunión de la sociedad alfasina y de los visitantes que vienen cada año a l’Albir.
También es el verano el momento en el que se llevan a cabo las campañas de excavación en el yacimiento. ¿Qué nos queda por descubrir?
El año pasado, la chela binaria fue una sorpresa porque es un hallazgo científico muy singular. Estamos hablando de la bodega, de la instalación de producción de vino de época romana, de época alto imperial; situada más al sur de la Tarraconense.
Los vinos de Sagunto o de Denia están bastante bien estudiados y el equipo de la Universidad de Alicante trabaja en ellos, pero esta es la bodega más meridional que hemos localizado hasta el momento. Con lo cual, ¿qué nos va a deparar esta vía romana? Pues no lo sé, pero todavía nos quedan por descubrir bastantes elementos.