Desde que el 1 de julio de 2025 se lanzó la noticia del descubrimiento de un nuevo objeto interestelar, el tercero de su tipo conocido hasta la fecha, astrónomos de la Universidad Estatal de Michigan (MSU), junto con un equipo de investigadores internacional del que forma parte Toni Santana-Ros, del Instituto de Física Aplicada a las Ciencias y las Tecnologías de la Universidad de Alicante (UA) y el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universitat de Barcelona (ICCUB), enfocaron sus esfuerzos en recopilar datos de este exótico cuerpo.
Así, el equipo ha publicado el primer artículo científico sobre lo que se conoce hasta el momento del bautizado como 3I/ATLAS, en honor a la red de telescopios que descubrió el objeto el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) de la NASA. ATLAS consta de cuatro telescopios, dos en Hawái, uno en Chile y uno en Sudáfrica, que escanean automáticamente todo el cielo varias veces cada noche en busca de objetos en movimiento.
Según detalla Santana-Ros, “el cuerpo se encuentra lejos de la Tierra, a 3 unidades astronómicas, es decir, unos 500 millones de kilómetros, y su trayectoria no supone ningún riesgo de impacto con este planeta”.
Como se recoge en el artículo, los expertos confirman que 3I/ATLAS es apenas el tercer objeto interestelar detectado pasando por el sistema solar y que es posible, aunque está por confirmar, que emita gas como otros cometas. Entre otros datos, también señalan que se mueve a una velocidad vertiginosa de 216.000 km por hora con respecto al Sol, y sigue una trayectoria orbital con forma de bumerán o hipérbola, con la que abandonará el sistema solar y no regresará.
Los astrónomos esperan que el Telescopio Espacial James Webb y el Telescopio Espacial Hubble revelen más información sobre su tamaño, composición, rotación y cómo reacciona a la creciente radiación solar que recibirá en los próximos meses.
El investigador de la UA y del ICCUB y coautor del artículo, que ha estado activamente implicado en el seguimiento de 3I/ATLAS, explica que “estudiar objetos interestelares que provienen de fuera de nuestro sistema solar representa una oportunidad para avanzar en la comprensión de cómo se forman y evolucionan los sistemas planetarios”.
Además de la MSU y la UA, colaboran en la investigación y en el artículo el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra de la Agencia Espacial Europea (Italia), el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA/Caltech (EE. UU.), la Universidad de Hawái (EE. UU.), la Universidad de Auburn (EE. UU.), la Universitat de Barcelona (España), el Observatorio Europeo Austral (Alemania), la Universidad de Villanova (EE. UU.), el Observatorio Lowell (EE. UU.), la Universidad de Maryland (EE. UU.), el Observatorio Las Cumbres (EE. UU.), la Universidad de Belgrado (Serbia),el Politécnico de Milán (Italia), la Universidad de Michigan (EE. UU.), la Universidad de Western Ontario (Canadá), el Instituto Tecnológico de Georgia (EE. UU.), la Universidad Diego Portales (Chile) y la Universidad de Boston (EE. UU.).